El mundo extravagante de Benito Laren, el "Julio Verne" de las artes plásticas

Con una obra surgida en los 80, al calor del Centro Cultural Rojas, la nueva muestra del artista argentino es una retrospectiva de su universo singular, llamado Larenland: el cuarto propio, la moneda propia, la brillantina y también los ovnis.

“Visita Guiada”: Técnica mixta sobre vidrio.

"El mundo me frustra", dice, mientras acomoda sus extravagantes lentes rosas. Será por eso que Alberto Juan decidió reinventarse como Benito Eungenio (e´un genio) Laren, y crear su propia tierra: Larenland. Su seudónimo artístico lo ideó como una conjugación del parecido físico que tenía con Benito Urquiaga, compañero de colegio en su San Nicolás natal, y por su enamoramiento precoz con Sofia Loren. Larenland emerge el 16 de diciembre de 2014. Su territorio se encuentra extendido por las Islas Divinas, cuya capital es Barbilonia (repleta de mujeres Barbies), rodeadas por un mar tranquilo -el "Mar Mota"- y un mar de brillos, el "Mar Avilloso".

Benito Laren, durante la inauguración de la muestra en el Museo Fortabat.

Cada persona que forma parte del "reino de un metro cuadrado" de Benito Laren goza de un título de nobleza o gubernamental. Su hijo es Carlos Guillermo I (por Guillermo Vilas y Carlos Gardel) príncipe de Larenland y duque de las Islas Divinas; su colega y amiga Amalia Amoedo es la ministra de Belleza, y Marcela de Diago es el pilar de esta patria, porque "es la que me pone pilas", expresa Laren con agradecimiento en la mirada.
Este país de fábula cuenta con su propio billete el Dolaren -"uno a uno con el dólar"-, su moneda La Pepa, su anillo real, sus estampillas, su gaseosa Naranjoda (indicada para tomar con "moderna acción"), sus bebidas con alcohol Atorrantés y Cabaret Sabañón, y hasta su propia fragancia, una alquimia compuesta con "luz de estrellas", "agua de día" y "larenitosis". El Animal típico de la región es el larenito.

Rey en su tierra, Laren forma parte de la generación de los 90 que mostraron su obra en el Centro Cultural Rojas, en la época de Jorge Gumier Maier. Es técnico químico y tenista amateur. Construyó un personaje alrededor de su figura tan ecléctico e "ingobernable" como las técnicas y los soportes de los que se vale para la realización de sus obras. Usa vidrios esmaltados, espejos, hologramas, monedas, papeles metálicos, y brillantina. Interviene ruedas de bicicleta, puertas de autos, raquetas, displays de celulares y matafuegos. Amante de los juegos de palabras, Benito dice "ponerle la tapa a todos": su obra Le Moulin De La Gallete es la portada de la guía del Museo de Bellas Artes, y su Viaje estrellado es la tapa de la edición número uno de la colección de arte popular "Mansalva".

Laren dice que su escuela es el “Pop Oh Art”.

Este poeta, escritor y artista plástico, comenzó a adentrarse en el mundo de la música junto a Nacho Marciano, con su álbum debut Saturdido, con hits como El Mantra del estacionamiento (que hace alusión al caos de encontrar un lugar donde dejar el auto en Capital Federal) y Una noche en el museo. Actualmente se encuentra trabajando en su primer guión cinematográfico.

Expuso en España, Estados Unidos -Miami, Texas y Nueva York-, Puerto Rico, Alemania, y, en 2017, el OVNI de Laren desembarcó en Argentina para dar a conocer a los terrícolas todo acerca de su mundo. La muestra Fabularen, repasa toda la carrera del excéntrico artista. Comienza con la instalación Julio Le Parc Kinson, un colgante conformado por filtros de cámaras de fotos de colores, tanza y parrilla metálica, realizada en honor al pintor abstracto Julio Le Parc. Luego, una bandera celeste con estrellas blancas, y un plato volador con los colores de la insignia española (homenaje a su abuelo paterno, de oficio inventor), da la bienvenida a la patria de Benito Laren: Larenland. "Es un artista que no representa el mundo en el que vive y que no hace caso a la realidad. Su principal mundo es contener otro real, otro simbólico y otro imaginario", destaca el curador de la muestra Claudio Ongaro Haelterman. "Tengo cuatro nacionalidades: soy argentino, español, larenlandés y marciano", expresa Laren con una sonrisa que le recorre todo el cuerpo.

“Benito ni Chita en el Mono Ambiente”, instalación.

La exhibición reúne un total de 120 obras, que van desde los dibujos de su infancia (Casita), recorre la fasceta de ovnis y mundo extraterrestre (Avistaje, Visita Guiada), repasa los homenajes con descomposiciones, reinterpretaciones y remasterizaciones, de obras de Cándido López, Antonio Berni, Xul Solar y Edvard Munch, hasta llegar a la serie de su "Pop Oh Art", con retratos en brillantina y de colores estruendosos de Mirtha Legrand, Brigitte Bardot, Frida Kahlo, Michael Jackson y Amalia Amoedo, entre otros.

“Sra. Mirtha Legrand”: técnica mixta sobre vidrio.

El espacio guarda un lugar especial para el muestrario de sus postales y cartas intervenidas con estampillas, las destacadas de las 200.000 de las cuales es poseedor. También se pueden apreciar obras de sus colecciones Locomoción (intervenciones sobre puertas de autos), y Casino (compuesta por los artículos emblemáticos de los juegos de azar).

El recorrido alcanza su clímax con una intervención de 27 artistas (entre los que se pueden mencionar a Leon Ferrari, Roman Vitali, Fernando Fader, Guillermo Kuitca, Pablo Siquier, Cándido López y Vincent Van Gogh), aunada en la instalación Benito ni Chita en el Mono Ambiente, en lo que se podría imaginar, sería la habitación ideal de Laren.

“Avistaje”: técnica mixta sobre vidrio.

Es imposible enmarcar el arte de Benito dentro de un ismo, no obstante en su obra se connotan, de manera deliciosa, las influencias del impresionismo de Claude Monet, el postimpresionismo de Vincent Willem van Gogh, el puntillismo de Georges Seurat, el dadaísmo de Marcel Duchamp, la abstracción de Pablo Piccaso, el Op art de Antonio Lizarazu Balué, y el pop art de Andy Warhol pero, en especial, el de Roy Fox Lichtenstein. De este modo, con la mixtura del bagaje adquirido, y con el toque del simbolismo generado en el subconsciente de Laren, originó su propia escuela: el "Pop Oh Art". "Lo llamé así, porque mis tías no sabían que yo pintaba, y cuando vieron mis creaciones dijeron ¡OH!", cuenta con una breve carcajada este ingenioso exponente del arte plástico.

En este extraterrestre, camuflado de humano, hay un gran influjo del esoterismo y de lo lúdico. Le gustan los naipes, el tarot y el azar. "Yo quería ser tenista", expresa Laren mientras señala una de sus creaciones: Haga así, una raqueta de cristal austríaco y bañada en oro, con mango de cedro con pintura Martilux de Miguel Harte, pero con tonos creados por el propio autor.

“Haga así”, raqueta de cristal austríaco y bañada en oro, con mango de cedro con pintura Martilux de Miguel Harte.

Benito Laren es la personificación de "El eterno retorno", de Nietzsche: "el niño" Laren con su Primer Dibujito, "el camello" que recolecta todo lo que puede para resguardarse en los tiempos de sequía, que luego descarga en creaciones como Flor de Casino 1 y Flor de Casino 2 de la serie "Matafuegos", y "el león" con toda su majestuosidad y en todo su esplendor, con obras como Puerto Madero, que predijo la llegada de una ballena a dicha dársena. "Por ese cuadro, mis amigos me bautizaron como el Julio Verne de las artes plásticas".

Laren sentencia: "El mundo está al revés y yo trato de acomodarlo. Mi misión en esta tierra es avivar a las personas, porque las personas viven confundidas".

*Fabularen, de Benito Laren. Museo Fortabat, Olga Cossettini 140, CABA. Horarios: martes a domingos de 12 a 20. Lunes Cerrado. Ingreso hasta media hora antes del cierre. Tarifa normal: $80. Menores de 12 años, jubilados, estudiantes y docentes con acreditación: $40. Miércoles: tarifa normal $40 y sin cargo para menores de 12 años, jubilados, estudiantes y docentes con acreditación. La muestra puede verse hasta el 25 de junio.

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