Una Evita trans: así es la "Eva Perón" de Copi que se verá en el Cervantes

Por Daniel Molina

La pieza del gran artista argentino se estrenó en París en 1970 y hubo escándalo y hasta una bomba en la sala. El personaje creado por Copi, y que ahora va a ser protagonizado por Benjamín Vicuña, es una Eva transexual e iconoclasta, cuya lucidez opaca al mismísimo general Perón.

"Evita vive" era una consigna política que, a comienzos de los 70, fue pintada en todo el país. Asociada a las luchas sociales ("Evita vive en cada villa que se organiza", por ejemplo) Eva Perón se convirtió en el signo de la revuelta. Era el equivalente femenino del Che Guevara. Y al igual que el Che, alcanzó una estatura universal y una interpretación contradictorias: desde heroína de la Revolución hasta representante del Fascismo Tercermundista. En 1970, Copi, cuyo nombre era Raúl Damonte Botana (1939-1987) la convirtió en personaje teatral y la obra causó escándalo, hasta el punto de que en el teatro parisino en el que se la representaba estalló una bomba y durante los tres meses de funciones tuvieron que actuar bajo protección de la policía. Ahora, esa obra de Copi se representará desde julio en el Teatro Nacional Cervantes y el personaje de Eva será interpretado por Benjamín Vicuña.

Evita (1976), de Andrew Lloyd Weber y Tim Rice, fue el más popular de los musicales de los 70. Fue visto por millones de espectadores y el disco estuvo durante años entre los más vendidos. El tema principal de la obra, "No llores por mí, Argentina" es una de las canciones más difundidas de la historia y tiene cientos de versiones famosas, desde la de Madonna hasta la de Sinead O'Connor, pasando por las de Donna Summer o Joan Baez. Ícono pop y referente político, Eva Perón estaba condenada a ser también un personaje ficcional.

Escena de la “Eva Perón” de Copi estrenada en París, en 1970. A la derecha, agachado, se ve a Copi.

Néstor Perlongher, Rodolfo Walsh, José Pablo Feinmann, Jorge Luis Borges, Leónidas Lamborghini y muchos otros autores argentinos han escrito obras diversas sobre Eva Perón. Salvo la de Perlongher ("Evita vive") ninguna es tan iconoclasta, transgresora y lúcida como la Eva Perón de Copi. No es por casualidad o capricho que el papel de Eva Perón en la obra de Copi fuese interpretado originalmente (y volverá a serlo ahora, con Vicuña, en la versión que se verá en el Cervantes) por un varón. Eva es un personaje trans. Está siempre "más allá". En primer lugar, del género o del sexo.

Copi escribió Eva Perón en 1969 y logró estrenarla el 2 de marzo de 1970 en el Teatro de L'Eppée de Bois, en París. La misma noche del estreno un grupo de enmascarados irrumpió en la sala, golpeó a varias personas del público e hizo estallar una bomba. Según los diarios de la época, el grupo estaba ligado al general Perón, quien por entonces vivía en Madrid.
Copi era nieto del fundador del diario Crítica y su familia había tenido que exiliarse en Montevideo durante el primer Gobierno de Perón. Durante toda su vida Copi vio al peronismo como algo tan monstruoso que era irrepresentable. Lo extraordinario (la genialidad artística de Copi) es que su obra Eva Perón no es un panfleto antiperonista sino algo que trasciende toda la discusión política argentina: es una puesta en escena de cómo escapar de ese horror que es el Poder.

Copi era nieto del fundador del diario Crítica

Veintitrés años antes del estreno de Eva Perón, también en París Jean Genet había estrenado Las Criadas, la primera obra del teatro moderno en la que los papeles femeninos fueron interpretados por varones. Algo de Las Criadas se puede oler en la Eva Perón, de Copi. La obra tiene pocos personajes y solo uno es "masculino": el del general Perón. Los otros personajes son una enfermera que asiste a Eva, un "secretario" (del que no sabemos bien el género), la madre de Eva y Eva.

La Eva de Copi es trans, y lo es explícitamente. No solo porque en la versión original la interpretó un varón (a pedido del autor, y ese actor fue Facundo Bó), sino porque queda claro que no tiene el cáncer que la historia asigna a Eva (de útero) porque -al ser varón- no tiene útero (ni cáncer). La Eva Perón de Copi transmuta los sexos y los significados de todas las cosas, en especial de las ideas y de los ideales políticos, de los odios y de los amores. Eva Perón vive (y por eso no muere en la obra) porque su transexualidad la salva del cáncer, de someterse al poder político y de todas las banalidades de la vida social.

Copi, en los 80. (Ulf Andersen)

En la obra de Copi, Eva Perón agoniza dentro del palacio presidencial mientras (afuera) el Pueblo está esperando El Velorio. Todos sabemos todo del mito Eva: la militante, la loca, la mujer fálica, los vestidos de Dior, las joyas, la foto con Francisco Franco, la que se pelea con la oligarquía, la puta, la santa. Copi supo más: la hizo travesti. Más allá del mito, casi como si fuera el personaje de un sueño que nos devela el destino de la Argentina (y que al despertar lo olvidamos).

Uno de los muchos rasgos geniales de la obra de Copi es que Eva opaca a Perón (entre otras cosas porque le hace decir La Verdad -en su discurso final- sin que se dé cuenta, sin que lo sepa) justo en un momento en el que el protagonismo político del General Perón en América Latina era abrumador. Evita no muere en la obra, pero para no morir (y que el Pueblo crea que ha muerto) debe matar a una mujer, la enfermera, la auténtica, la representante del pueblo peronista que cree en El Líder.

Copi fue un artista integral: narrador, dramaturgo, ilustrador, actor y mucho más.

Perón, en la obra de Copi, no sabe que Eva ha escapado y que la muerta es la enfermera. A esa muerta falsa (pero realmente muerta) Perón le dedica el discurso final. Y cada palabra que dice tiene otro significado al comprender que no es Eva la que está en el féretro sino otra, anónima, la representante del pueblo. Sin quererlo, Perón dice algo verdadero tratando de engañar, como en todo discurso político.

Copi logra transmutar todo haciendo de Eva un mito: el travesti que nunca muere.

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