Dos sobrevivientes del genocidio ejecutado por las fuerzas alemanas contra el pueblo judío recuerdan los días en los que fueron prisioneras en los infernales campos de exterminio de Auschwitz, cuando siendo adolescentes vivieron cada segundo esperando la muerte. Este testimonio del horror es la historia central de Lea y Mira dejan su huella, el emocionante nuevo documental que será estrenado mañana en el Malba, a las 20.
"Hacía tiempo que tenía un particular interés en la historia de la Segunda Guerra y en la Shoah. En mi familia materna hay sobrevivientes del Holocausto; judíos asimilados a la cultura alemana, que no se definían incluso como judíos porque no eran religiosos y sin embargo tuvieron que escapar para no terminar en campos de exterminio", contó a Infobae Poli Martínez Kaplun, directora del film, y recordó que su familia debió emigrar, primero a Egipto y después a la Argentina.
Fiel a sus raíces, necesitó dejar testimonio, por lo que se unió con unos amigos para lograrlo. "Junto a Lucas Werthein y Carlos Winograd vimos la posibilidad de hacer un documental con sobrevivientes de los campos de concentración", aseguró quien luego emprendió la búsqueda de esos sobrevivientes que quisieran compartir su historia. Y llegó a Lea Zejac y a Mira Kniaziew.
"Ni bien entramos en Auschwitz se sabía lo que nos esperaba porque las cámaras de gas trabajaban 24 horas, los crematorios trabajaban 24 horas", cuenta Mira Kniaziew en un tramo de la película, que logra un maravilloso clima de cercanía con sus protagonistas. "Con los productores fuimos a la fundación Tzedaka en Buenos Aires a un taller literario de sobrevivientes de la Shoah. En ese taller, conocimos a Lea y Mira", dijo Martínez sobre el contexto de confianza logrado con las mujeres tras un año de amistad y encuentros.
El documental, contado en primera persona, es íntimo, conmovedor. Es el relato crudo de dos mujeres regresan a los tristes sucesos de cuando tenían 15 y 16 años: estuvieron dos años en el horroroso campo de exterminio, vivieron en el hambre extrema; ambas fueron llevadas en los trenes de la muerte, vieron morir a sus familiares y cada uno de sus días esperaban su turno de ser la próxima víctima. Al salir caminaron meses en pleno invierno y con rumbo a ningún lado. Así fueron las vidas de las que necesitaron dejar testimonio, no para volver a ser víctimas sino para enfrentar el negacionismo, y porque para ellas contar sus pesares es un legado para que no haya discriminación.
Martínez contó a Infobae que le costó disociar la historia de las personas y su propia persona de la profesional que filmaba un documental. Es que conocer historias crudas pasa las fibras de cualquier profesión. "Tuve que atragantar varias veces el llanto porque al escucharlas de una manera tan cercana era muy doloroso. Le costó al equipo porque estábamos todos exponiéndonos a la historia de esas dos mujeres, y acompañándolas en ese proceso que les pedimos de vivir y revivir todo eso". Es que ellas fueron sobreviviendo milagrosamente y gracias a la solidaridad de los que quisieron salvar a los más pequeños. Sobrevivieron después de la tortura y del exterminio, debieron sobrevivir al hambre extrema, al frío extremo y a las miradas que aún hoy desconfían de sus historias.
Funciones
-Todos los domingos de marzo a las 20 y el domingo 2 de abril, a las 20 en el Malba (Av. Figueroa Alcorta 3451). En las funciones del 5 y 12 de marzo Lea estará presente.