Este certamen de esculturas al aire libre ya es parte de la imagen de marca de la provincia del Chaco y uno de los motivos por los cuales Resistencia aspira a ser declarada patrimonio cultural de la humanidad por la Unesco.
Acontecimiento artístico único en el país -también en el continente- y evento de proyección mundial, la Bienal Internacional de Esculturas de Resistencia 2016 convocó a once artistas consagrados de diferentes países que empezaron a esculpir bloques de mármol a cielo abierto el pasado 16 de julio y de los cuales este sábado saldrá un ganador. El tema: Equilibrium.
Cada Bienal tiene su tema y su material –madera, piedra, metales o combinaciones de esos elementos- y el resultado son obras que incrementan el patrimonio escultórico de Resistencia que ya es uno de los orgullos de esta ciudad, conocida como capital de las esculturas.
A medida que la Bienal fue creciendo, hubo que asignarle un espacio propio, porque la plaza central de Resistencia resultó chica para el público cada vez más numeroso. El sitio elegido es el parque 2 de febrero, donde se encuentra el Domo del Centenario, construido en ocasión de los cien años de la fundación de la ciudad. Allí se recreó una plaza para que los escultores trabajen a la vista del público, además de otras áreas destinadas a certámenes paralelos, espectáculos musicales, exposiciones y conferencias.
Este año, hasta el Río Negro, cuyos meandros abrazan el área, fue decorado para la ocasión.
La Bienal es organizada por la Fundación Urunday –del nombre del árbol cuya dura madera era el material obligado de los primeros certámenes- y el Gobierno de la provincia. Participan entre diez y quince artistas extranjeros y nacionales, seleccionados por su obra y antecedentes.
Luego de la entrega de los premios, las obras quedan expuestas durante 60 días y más tarde son colocadas en diferentes puntos de la ciudad.
Un indicio de hasta donde esta práctica se ha vuelto parte de la vida cotidiana del Chaco es el bajísimo nivel de vandalismo en estatuas que están a la vista y alcance de cualquiera y sin embargo no son dañadas por un público evidentemente educado en la valoración de este patrimonio artístico.
El Chaco tiene además una Ley de Mecenazgo de avanzada por la cual toda empresa que tributa en rentas puede donar hasta el 10 por ciento de esos fondos para cultura.
Este año, los escultores que participan son de Alemania, Bielorrusia, Canadá, China, Japón, Ecuador, Irán, Israel, Rumania, Taiwán y Argentina.
Además de un primero y segundo premio, hay varios galardones más.
La Bienal ya tiene ramificaciones: el certamen se replicará en Juan José Castelli, localidad chaqueña en el límite de El Impenetrable, entre los días 26 de julio y 2 de agosto, con características similares a las de el de Resistencia, pero el tema –con el mismo material- será "Sonido del monte".
El público que asiste a la Bienal es cada vez más numeroso. El clima ayuda, porque el invierno chaqueño es muy soleado –los escultores están obligados a trabajar llueva o truene-, aunque este año fue especialmente frío.
El aire en el predio donde trabajan los artistas se cubre de un humo de polvo blanco a medida que se ponen en funcionamiento las amoladoras y los visitantes pueden ir apreciando día a día la evolución de los trabajos.