Una buena muestra de esta renovación es el conjunto de películas que se exhiben por primera vez en Argentina en esta tercera edición de la Semana del Cine Italiano en Buenos Aires (del 2 al 8 de junio en el Cinemark Palermo, con apoyo del Instituto Luce Cinecittà, la Embajada de Italia, el Instituto Italiano de Cultura de Buenos Aires, la Agencia italiana para el Comercio exterior, el Ministerio de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y el INCAA).
En estos días, se exhibirá una docena de películas italianas (ver la lista al pie de esta nota), la mayoría de las cuales tendrá luego un estreno comercial en Buenos Aires.
Entre ellas, un interesantísimo y flamante film de Roberto Andò, en coproducción con Francia –que aporta un actor de la talla de Daniel Auteuil- y protagonizada por Tony Servillo, en la que probablemente, aunque el director niega haberse inspirado en él, los argentinos veremos una alegoría al Papa Francisco y sus críticas al poder del dinero y la "cultura del descarte", en el personaje de un monje misterioso que irrumpe en una cumbre del FMI y les dice a los poderosos que "no se esfuercen en acumular tesoros en la tierra".
Diálogos de alto vuelo que dejan frases memorables –"Nadie merece ser alabado por su bondad si le falta valor para ser malo"-, intriga, fotografía, actuación y realización impecables, Le Confessioni seguramente impactará cuando se estrene en nuestros cines el próximo mes de septiembre.
Actor del momento en Italia, Stefano Accorsi, a quien los cultores del cine francés recordarán por La culpa es de Fidel, protagoniza dos de los títulos que integran esta muestra, Viajo sola (estreno inminente, el 12 de junio) –un film costumbrista que refleja los cambios en las relaciones familiares y en particular en el estatus de la mujer- y Veloz como el viento, una historia de autosuperación, basada en un hecho real, que no tiene nada que envidiar al cine norteamericano en el modo y la calidad del relato. Esta película se estrena el próximo 14 de julio.
Su joven director, Matteo Rovere, da en esta charla con Infobae su visión de cómo se está haciendo cine hoy en Italia.
Acotación al margen de esta muestra: Italia también se ha sumado al fenómeno de las series. El canal Europa Europa exhibe varias; entre ellas, una que también protagoniza Stefano Accorsi y cuyo tema es especialmente sensible para la actual coyuntura argentina: 1992, una reconstrucción del Mani Pulite, la mega investigación desarrollada por fiscales de Milán sobre la corrupción.
A continuación, toda la charla con Roberto Andò, Matteo Rovere y Stefano Accorsi, de la que puede verse un extracto en el video.
—¿Cómo definirían este momento del cine italiano?
Roberto Andò: —Creo que es un momento muy interesante desde hace algunos años, tanto respecto al cine más industrial, de entretenimiento, como respecto a la capacidad de los autores para comunicar sus propios films incluso a un público no italiano. Por lo tanto me parece un momento interesante, vivo.
—Tener detrás a los grandes "monstruos" de una época dorada del cine italiano –hace poco acaba de fallecer uno de los últimos, Ettore Scola-, ¿es una ventaja o una desventaja para ustedes como realizadores?
Matteo Rovere: —En realidad es una ventaja, en el sentido de que tener detrás una historia cinematográfica no solo respetable sino importante ayuda a la formación cultural y al recorrido de los realizadores. Es verdad que en este momento, sobre todo para mi generación, estamos asistiendo a un mix entre la cinematografía clásica italiana -pensemos en la comedia, también en aquel elemento neorrealista- que se mezcla con los géneros que están llegando, no importados, sino adoptados del exterior, y de todo eso nacen films un poco particulares. Pero en realidad, en la historia del cine italiano hemos tenido de todo, porque tuvimos desde el western, el thriller, el film de acción, hasta los más clásicos, los films de autor. Por lo tanto Italia tiene una historia que nosotros en pequeño tratamos de continuar
—Su película tiene un estilo que hoy llamaríamos norteamericano, mucha acción, el protagonista que toca fondo y luego se levanta…
Matteo Rovere: —Es un tipo de historia que estamos habituados a ver en el cine norteamericano pero es una historia muy italiana. Son incluso cosas que los italianos hicimos antes que los norteamericanos, ya en los años 60 hacíamos films de género, de acción, diversos, pero calando en la realidad cultural de nuestro país, porque los cines de todos los países tienden a tomar los géneros… por ejemplo en Argentina pienso en Nueve Reinas, que en cierta forma es un thriller pero muy ambientado aquí y que por lo tanto se hace fuerte por el lugar desde donde se relata, como hacen los norteamericanos, como hice yo en Veloz como el viento, que es una película que cuenta el mundo de las carreras automovilísticas, algo que estamos acostumbrados a ver desde el exterior, pero con una ambientación italiana.
—Usted, Stefano, es un actor muy versátil, incluso en la película de Matteo Rovere protagoniza a un verdadero antihéroe, a un marginal, ¿en qué tipo de roles se siente más cómodo?
Stefano Accorsi: —Me siento más cómodo en los roles en los cuales inicialmente uno teme sentirse más incómodo, en el sentido de que creo que siempre es lindo tener frente a sí un personaje que te permite construirlo, sea que se trate de uno muy construido como en el film de Matteo, tanto del punto de vista físico, del maquillaje, del cabello, del habla, de la actitud, pero incluso cuando tal vez son personajes menos construidos en apariencia, pero que igualmente son personajes con una estructura psicológica compleja, porque cuando un personaje es demasiado simple, viene eso de la máscara que un actor se pone cada vez que hace un personaje, y eso aunque aparentemente sea simple, falta. Por lo tanto es importante que al comienzo haya algo que te llama en un guión y al mismo tiempo algo que te plantea un problema, porque es un trabajo que se hará paso a paso. Pero fundamentalmente es cuando un guión te llama que los personajes son para hacerlos.
—¿Italia es hoy un buen lugar para el trabajo de actor?
Stefano Accorsi: —Hoy por hoy creo que Italia es un lindo lugar para trabajar. Lo que decían tanto Roberto como Matteo es verdad, es un momento en el cual… a nosotros los talentos nunca nos faltaron, en mi opinión, en Italia, pero hoy se empieza finalmente a volver a aquello que nuestro cine era antes, cuando en los años 60, 70, se producían 300 films al año. Está claro que los que luego quedaron en la memoria son aquellos 10, 15 films por año que eran grandes obras maestras, pero había toda otra serie de films de género o comedias que servían y que también se vendían en todo el mundo. Por mucho tiempo nuestro cine no ha tenido esta variedad. Por eso, cuando yo estaba en Francia veía que un actor francés tenía como divertirse mucho más, podía hacer un film de autor, un thriller, una comedia. Entre nosotros en cambio los actores cómicos para la comedia y los actores tradicionales, entre comillas, para los films más de autor. Hoy en cambio uno empieza a tener más formas de hacer cosas diversas. En Italia hace unos años se hicieron más de 260 films en un año. Nuestro problema es la estructura. Necesitamos una estructura más sólida y una legislación más precisa.
—¿Su film, "Las confesiones", está de algún modo inspirado en el Papa Francisco? Esas críticas de un monje vestido de blanco a los jefes de la gran finanza parecía una alegoría…
Roberto Andò: —No, en realidad hay puntos de coincidencia y hay seguramente mil modos de referirse al Papa, incluso por el film, pero el film ha nacido de una inspiración autónoma: me interesaba contar un crimen y el mundo del poder hoy, puesto en contacto con un elemento sorprendente, como es el personaje del monje, interpretado por Tony Servillo. Pero el motivo por el cual me gusta la figura del monje es porque los monjes son extremistas de lo humano e incluso más bien excéntricos respecto a la iglesia, al poder central de la iglesia. Fueron siempre contestatarios. Y el papa Francisco es a su vez un hombre solo en la iglesia: no sé hasta donde la Iglesia va detrás del papa Francisco. Seguramente es un hombre solo. Y por eso es interesante su voz, así como está solo este monje.
—¿Pero es consciente de que el público interpretará su film como una alusión a las criticas que hace el Papa al capitalismo?
Roberto Andò: —Puede ser. Pero yo escuché ayer del público argentino, muy cálido con el film, los motivos reales por los cuales el film viajando es reconocido. Aquí en América Latina se siente aún con más fuerza que en Europa el tema de la pobreza. Y esto va más allá de Francisco. Ciertamente hoy ese tipo de economía liberal puede encontrar un enemigo en la filosofía franciscana de la cual el Papa hoy se hace intérprete.
— ¿Qué esperan como resultado de esta Semana de Cine Italiano?
Roberto Andò: —Estamos aquí porque nuestros films se estrenarán comercialmente aquí y entonces nos parecía una ocasión ideal para conocer este extraordinario país, del que siempre escuchamos hablar, pero también para hablar de nuestras películas, es una ocasión para tomar contacto con una cultura, con un mundo, a través de nuestro trabajo.
—En parte gracias a Internet, los argentinos estamos retomando contacto con el cine europeo que ha perdido mucho terreno frente al cine norteamericano. ¿Creen que eso puede contribuir a relativizar el monopolio de distribución que parece tener Hollywood?
Matteo Rovere:—Internet puede ayudar a los espectadores a ver productos diferentes, pero yo creo mucho en un cine que se ve en el cine, es decir que necesita de la sala cinematográfica para ser apreciado y comprendido a fondo, por lo tanto es preciso un esfuerzo tanto de los distribuidores argentinos como de los productores italianos para unir estas cinematografías que son naturalmente tan cercanas porque la comunidad italiana es tan numerosa en Argentina, por lo tanto ver films producidos por el pueblo de origen es realmente interesante.
—¿Conocen el cine argentino?
Stefano Accorsi: — Sí, he visto algunos films. Es verdad que las redes permiten tomar contacto. Hay películas que se vuelven famosas en el mundo, argentinas, italianas, que atraen la atención y entonces es importante que haya iniciativas como ésta, una Semana de Cine Italiano en Argentina, que permite a muchas personas no sólo descubrir las películas sino también crear formas de encuentro para estar aquí y hablar de ellas, para que luego todo film que salga tenga más resonancia en el momento de su estreno en sala. Por lo tanto es verdad que, gracias a algunos films, pienso por ejemplo en el de (Juan José) Campanella (El secreto de sus ojos), que ganó el Oscar hace algunos años… y también vi Nueve reinas, del que hablaba Matteo y otros films; son descubrimientos que se hacen gracias a esas cabeceras de puente que luego permiten una exploración más amplia.
— ¿Hay también un renacimiento de las series en Italia?
Roberto Andò: —Sí, primero era un fenómeno ligado a la vanguardia de Sky, pero ahora la RAI está tratando de comprometer a los autores para hacer series de gran calidad. Yo por ejemplo estoy escribiendo una sobre la política, pero hay muchos otros amigos y colegas que han sido contactados en este último tiempo para hacer series. Y es gente que viene del cine, que nunca ha hecho televisión, que por lo tanto lo hace con un espíritu del oficio completamente diferente.
Los títulos que se verán en la Semana del Cine Italiano
"El nombre del hijo" (Il nome del figlio) de Francesca Archibugi
"Veloz como el viento" (Veloce come il vento) de Matteo Rovere,
"Viajo sola" (Viaggio sola) de Maria Sole Tognazzi
"Il solengo" de Alessio Rigo de Righi y Matteo Zoppis
"Sangre de mi sangre" (Sangue del mio sangue), de Marco Bellocchio
"Las confesiones" (Le confessioni) de Roberto Andò
"Lo llamaban Jeeg Robot" (Lo chiamavano Jeeg Robot) de Ganbriele Mainetti
"¡No renuncio!" (Quo vado?) de Gennaro Nunziante
"Historias napolitanas" (Bagnoli jungle) de Antonio Capuano
"Arianna", de Carlo Lavagna
"No seas malvado" (Non essere cattivo), de Claudio Caligari
"Solo" (Assolo), de Laura Morante
(Tráiler de "Las Confesiones")
(Tráiler de "Veloz como el viento")