Hace más de 15 años que dejó su Uruguay natal pero no perdió ni un "ta" de su acento. Pablo Coirolo, ex CEO de Telefónica Data Uruguay y emprendedor serial de blockchain desde 2014, se convirtió hace unos meses en el embajador de la Asociación Crypto Pais de Liechtenstein. Viajó a Montevideo la semana pasada para participar del Blockchain Summit en esa ciudad donde expuso sobre la nueva legislación del principado para las iniciativas blockchain.
Nacido en Las Piedras, una localidad en el interior de Uruguay, ahora vive en Zug, el valle cripto de Suiza, pero trabaja en Liechtenstein, "una de las jurisdicciones más amigables del mundo para iniciar un proyecto blockchain". En ese territorio fértil para este tipo de iniciativas fundó Light 47, una empresa que ofrece una amplia gama de servicios como gestión de proyectos, estructura legal y corporativa, desarrollo de sistemas, auditoría inteligente de contratos, evaluación de proyectos, desarrollo y asesoría de White Papers, así como plataformas y procesos de KYC (conozca a su cliente)/ AML (prevención del blanqueo de capitales).
—¿Cómo un uruguayo del interior terminó en el Principado de Liechtenstein?
—Es una historia interesante. Yo soy un nómade que hace 15 años dejó el Uruguay. Viví en Argentina seis años, en Perú cinco, después estuve en Alemania donde en 2014 descubrí bitcoin. Cuando tuvimos la oportunidad con mi señora (que trabaja para Siemens) de ir a Estados Unidos o a Suiza, nos decidimos a ir al Crypto Valley en Suiza. Ahí es como llegué a Zug.
—¿Y qué relación tiene la ciudad de Zug con las criptomonedas?
—Crypto Valley estaba recién comenzando en ese entonces. Zug es una ciudad en Suiza que ha decidido convertirse en "amigable a blockchain". Desde el gobierno y el ente regulador han creado las condiciones para que puedan venir todas las empresas de blockchain a realizar sus proyectos de ICO.
Esta ciudad queda a 40 minutos de Zúrich y siempre fue un centro de innovación. Incluso antes de esto, era conocida por atraer industrias por los bajos impuestos.
—¿Pero cómo terminaste en Liechtenstein?
—Estaba con Alena Vranova, la ex CEO de Trezor, que me invitó a participar en un proyecto de ICO (Ofertas Iniciales de Monedas) y como yo era el miembro del equipo que estaba en Suiza me puse a buscar jurisdicciones donde instalarnos. Lo que encontramos en todas las jurisdicciones era que había una incertidumbre legal de qué iba a pasar con los fondos que íbamos a recaudar con el ICO. Por pura casualidad, decido ir a un meetup (éramos unas 15 personas) donde me encuentro a Marion Vogel de Aeternity que estaba haciendo una presentación sobre su proyecto. Cuando termina le pregunto dónde estaban localizados ellos y me contesta "en Liechtenstein". Y yo le digo, "¿y eso dónde queda?".
Le pregunté por qué se habían ido ahí, y me cuenta que en una reunión se había sentado al lado del príncipe y le comentó acerca de blockchain y el príncipe se recontra entusiasmó y lo invitó al principado para ver si era posible hacer proyectos de blockchain allá. Notó que había una actitud positiva por parte del gobierno. Y este fue el gran diferenciador.
Un poco como Mario Bergara [el presidente del Banco Central del Uruguay].
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—¿Y entonces?
—Fui. Y fue muy gracioso porque nadie me presentaba un abogado y Marion Vogel no me devolvía los mensajes. Comencé a tocar puertas y averiguar. Y un conocido de Crypto Valley conocía a un socio que estaba intentando hacer una ICO allí. Le tuve que insistir, insistir e insistir. Lo llamé 10 veces y después de tres semanas de encontrarme en las esquinas (Zug es una ciudad súper pequeña), me mandó el nombre de Thomas Nagele, el abogado que escribió la actual ley de Liechtenstein.
Con Thomas nos juntamos con todo el equipo para hablar sobre lo que tenía para ofrecernos esta jurisdicción. Luego nos sentamos todos con el regulador, y este resultó ser totalmente abierto a entender las ideas. Esto fue en 2017, en pleno boom de las ICO. Lo que encontré en el regulador era una persona razonable, dispuesta a entender distintos modelos de negocios y me explicó cuáles eran sus problemáticas. Lo mejor fue ese ida y vuelta…
—En tres palabras, ¿qué tiene de especial la legislación en el Principado de Liechtenstein?
—Economía tokenizada o token economy. Te la dije en dos.
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—¿Qué diferencias y qué similitudes tiene con la legislación de Malta?
—Malta está tomando un acercamiento un poco distinto, similar a lo que hizo con el tema del gamming. Crea una autoridad para poder regular esto, mientras que en Liechtenstein se utiliza la autoridad vigente que, además, es el órgano más grande del gobierno. Liechtenstein piensa en la economía tokenizada y Malta en productos específicos, hablan de productos financieros mientras que el principado entiende al token como un vehículo de transferencia. Para Liechtenstein lo que hay dentro del token es lo importante.
—No solo valor…
—Valor o cualquier otra cosa. Damos un paso más allá de la criptomoneda. El token puede no valer nada.
—¿Los ICO en Liechtenstein son legales?
—Sí. Pero hay un procedimiento para poder hacerlo. Tú debes tener una opinión legal que especifica que tu token no es ninguna de las entidades que sí requieren regulación. Que tú no estás haciendo intermediación financiera, que no necesitás licencia de banco, que no sos emoney.
Un grupo multidisciplinario (fiduciarios, abogados, etc.) hace un análisis en profundidad para certificar que lo que está haciendo la empresa no requiere una regulación.
Ahora, si lo que está haciendo la firma es un security token, esta requerirá una regulación. Pero no es prohibitivo, solo te dicen "este es el camino, este es el tiempo para hacerlo, y este es el costo". Reglas claras.
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