A pesar de que las criptomonedas son, desde hace años, catalogadas como las facilitadoras de actividades terroristas, el proceso de recaudar nutridos fondos de bitcoins para financiar actividades ilegales han fallado y el efectivo sigue siendo el medio más útil para los delincuentes. Este fue parte del mensaje del documento que Yaya Fanusie, directora de análisis de la Fundación para la Defensa de las Democracias, Centro de Sanciones y Finanzas Ilícitas, entregó al Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Estados Unidos el viernes 7.
Fanusie explicó que varias organizaciones terroristas como Al Qaeda y el Estado Islámico han intentado recaudar fondos a través de criptomonedas en varias ocasiones pero no lo lograron. Más aún, la experta sostuvo que la célula terrorista denominada Mujahideen Shura Council (MSC) que opera en las afueras de Jerusalén llevó a cabo una campaña para recaudar dinero en monedas digitales durante varias semanas de 2016 pero no llegaron a sumar en donaciones más de 500 dólares.
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A diferencia del prejuicio que cae sobre bitcoin y otras criptomonedas, Fanusie comentó que estas son un medio de intercambio pobre para los terroristas ya que en general, las organizaciones terroristas se encuentran localizadas en territorios con una paupérrima infraestructura de internet haciendo que sus compras dependan del efectivo.
Otro punto que destaca la experta es que a pesar del marketing que tiene bitcoin en relación al anonimato, el efectivo es la herramienta de pago menos trazable que hay hasta el momento, por tanto, ideal para ser utilizado en actividades terroristas. A pesar de esto, sostuvo que las plataformas de reclutamiento y publicidad yihadistas están comenzando a sumar al bitcoin como fuente de financiación.
Por todo esto, Fanusie cree que el camino correcto es que el gobierno estadounidense refuerce la aplicación rigurosa de las normativas anti lavado de dinero (AML) y las de "conozca a su cliente" (KYC en inglés) para la compra y venta de criptomonedas. También sostuvo que las altcoins como Monero, que permiten un mayor grado de anonimato, son un desafío y que podrían tomarse como una creciente amenaza.
“Al prepararse ahora para el mayor uso de criptomonedas por parte de los terroristas, los Estados Unidos pueden limitar el hecho de convertir los mercados de divisas digitales en un santuario para las finanzas ilícitas”, comentó.
Las palabras de la experta concuerdan con el informe de Europol difundido en 2016 que concluye que no hay evidencia confirmada que sugiera que bitcoin se utilice para financiar el terrorismo.
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