En la votación que rechazó el pedido de los gemelos Winklevoss de listar Winklevoss Bitcoin Trust -un ETF, o fondo de, bitcoin- en bolsa, uno de los cinco miembros de la Comisión de Bolsa y Valores de los Estados Unidos (SEC) disintió respecto al voto de los demás reguladores, quienes consideraron que la solicitud no pudo demostrar que el mercado era "resistente a la manipulación".
"Contrariamente a la determinación de la Comisión, creo que la modificación de la norma propuesta satisface el criterio reglamentario y que deberíamos permitir que Bats BZX Exchange, Inc. (BZX) listara y comercializara este producto cotizado en bolsa basado en bitcoin", afirmó la Comisionada Hester Peirce.
"En términos más generales, la interpretación y aplicación por parte de la Comisión del criterio reglamentario envía una señal clara de que la innovación no es bienvenida en nuestros mercados, una señal que puede tener efectos mucho más graves que el destino de los ETF de Bitcoin", agregó.
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A diferencia de otros tipos de fondos (como fondos mutuos, fondos cerrados, etc.) en los Estados Unidos, las leyes federales de valores no contemplaron los ETF, un instrumento de inversión relativamente nuevo en el mercado bursátil, con poco más de 25 años. Como resultado, los ETFs deben obtener una orden específica por parte de la SEC antes de salir al mercado, cuyos reguladores juzgan de acuerdo al Securities Exchange Act de 1934.
El protocolo para la aprobación de la orden comienza cuando la empresa que pretende lanzar un ETF presenta una "propuesta de modificación de las normas" del Exchange Act ante la SEC. El comienzo del procesamiento de la petición se advierte tras la publicación de un aviso en el Registro Federal informando que la agencia federal ha recibido la solicitud y acepta comentarios del público al respecto. A partir de ese momento, la SEC tiene 45 días para aprobar o rechazar el ETF, aunque en la práctica el plazo suele extenderse a 240 días.
"Desde mi punto de vista, debemos ser conscientes de cuál es nuestro papel y no es el de ser quienes deciden qué innovaciones y qué tecnologías pasan y cuáles no", dijo Peirce en una entrevista. "La aprobación de esta orden demostraría nuestro compromiso de actuar dentro del ámbito de nuestro limitado papel en la regulación de los mercados de valores".
Según la reguladora, las normas de protección de los consumidores no deben quitar la oportunidad a inversores de apostar por una nueva tecnología. "Históricamente, la misión de la Comisión ha sido y debe seguir siendo garantizar que los inversores dispongan de la información que necesitan para tomar decisiones de inversión inteligentes y que las normas del intercambio estén diseñadas para proporcionar transparencia y evitar la manipulación a medida que los participantes en el mercado interactúan entre sí. La Comisión va más allá de este papel limitado cuando se centra, en cambio, en la calidad y las características de los mercados subyacentes a un producto que una bolsa pretende listar", dijo en su carta de disentimiento.
Peirce agregó en la justificación de su voto que no se trata de su postura respecto a las criptomonedas, sino al rol que las regulaciones deben tener en cualquier mercado naciente. "No es que esté apoyando a un activo en particular, sino que estoy apoyando el ingenio, la creatividad y la curiosidad que está motivando a la gente a invertir su tiempo y dinero en estas nuevas tecnologías", dijo.
“Creo que es emocionante. Pero de nuevo, no puedo opinar sobre ningún activo en particular, incluyendo Bitcoin”, añadió.
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