Colaboración de Carolina Menéndez Trucco
En Room 77, un bar en Neukölln, un barrio de Berlín hay mesas, sillas y gente pasando un buen rato como en cualquier otro de la zona. La diferencia no es el producto ofrecido ni la música que pasan, si no la gran "B" en la puerta con un cartel que dice "aceptamos bitcoin" desde hace siete años.
Jörg Platzer es el dueño del primer local comercial en el mundo en aceptar criptomonedas como forma de pago. Afirma que en 2011 aceptó la primera cerveza con bitcoin. "No aceptamos tarjetas de débito o crédito. Aceptamos euros, bitcoin, oro o plata. Nadie vino a pagar con oro aún, pero lo aceptaríamos", indica y luego agrega "y es importante aclarar que aceptamos euros porque el gobierno nos obliga a hacerlo. No podés tener un negocio sin aceptar euros. Esa es la violencia del sistema financiero, esa que intenta combatir bitcoin".
“Con bitcoin, uno tiene el dinero y nadie se lo puede quitar. Con las tarjetas de crédito, por ejemplo, un bar tiene que pagar un 2, un 3 y hasta un 5 por ciento de ganancia. Entonces, le estamos dando el 60% de las ganancias a los bancos”.
Más allá de las especulaciones, si baja o sube, si es estable o no, la defensa de la criptomoneda desde el bar berlinés (situado, en palabras de su dueño, "más allá del capitalismo") pasa por una idea de sociedad con dinero descentralizado. Aunque afirma que no sabe cuándo ni a dónde llega esta transformación, sí se imagina como un primer modelo, un mundo donde las transacciones de compras entre personas se realicen en criptomonedas y solamente se usen las monedas fiduciarias para pagar impuestos y responder al sistema fiscal.
Para el dueño del bar, los bancos son instituciones criminales y si las personas no perciben eso es porque hay una legitimación de parte del gobierno. "Todo el sistema monetario existente está diseñado para acentuar las injusticias, las brechas sociales y, muchos analistas y políticos lo afirman, incluso para fomentar la guerra, la violencia. El crecimiento que necesita el modelo monetario de los países occidentales es un crecimiento violento e inflacionario. Con bitcoin no tenemos eso. Es una moneda pacífica", afirma con gran convicción.
Muchos dudan de bitcoin, buscan los defectos, los puntos débiles, pero Platzer está seguro de que no los hay y la fortaleza de la moneda le da seguridad para apostar y confiar en ella.
“Antes de bitcoin podíamos pensar en monedas más fuertes, pero no ahora. La historia de la humanidad muestra que si dos monedas están en lucha triunfa la más fuerte. No hay vuelta atrás”.
Sin pensar en lo macro, en menor medida y en sus movimientos diarios, ¿cambió en algo su vida después de empezar a aceptar bitcoin como forma de pago en su negocio y cómo su principal forma de ahorro?
Bitcoin da soberanía financiera a las personas. Nadie puede confiscarlo, ni impedir que mandes tu dinero a donde quieras. Y quita mucho poder de los gobiernos y de los bancos.
Free Money first (Primero, dinero libre) es la frase inscrita en su tarjeta personal. Es una frase de Benjamin Tucker, un economista anarquista norteamericano que decía que darle tierras gratis a la gente no era liberarlos. "Bitcoin se basa en el libre albedrío. Si le das tierras gratis a la gente, los atrapas en el sistema. Van a pagar impuestos, construir, cuidarlas, piden créditos. En cambio, si dejás la plata libre, das verdadera libertad. Es el paso más importante para construir una sociedad global más justa y pacífica: liberar la economía", sostiene.
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