Erik Finman no es un joven cualquiera: no solo tiene una fortuna valuada en más de dos millones y medio de dólares sino que decidió utilizar parte de su dinero para financiar un robot y regalárselo a un chico de 10 años que sufre problemas de movilidad.
El niño podrá controlar las extremidades mecánicas utilizando los dos dedos medios de cada mano, ajustados en un guante que permite manipular los brazos robóticos en múltiples ejes.
Finman, que nunca terminó el secundario y fue elegido como uno de los adolescentes más influyentes por la revista Time en 2014, ayudó a financiar y desarrollar una traje prostético parecido al personaje de los cómics Doctor Octupus. Dijo en un tuit que es "importante hacer actos de caridad e invertir en nuevas tecnologías".
El adolescente es un adelantado en el mundo de las criptomonedas. Su abuela le regaló mil dólares para su cumpleaños número 12 y en vez de gastarlo como hubiera hecho cualquier otro joven de su edad optó por invertir ese dinero en comprar bitcoin. En ese momento, cada token costaba alrededor de 10 dólares mientras que hoy vale cerca de 6400 dólares.
"Me encontré con este niño, Aristou, cuyo padre es amigo de la familia. Dijo que su sueño era construir un modelo en la vida real del Dr. Octopus, debido a su propia situación [de salud]. Es un niño increíblemente inteligente, es el próximo Albert Einstein, y sentí que era un alma gemela", le explicó a Teen Bitcoin.
La idea se ocurrió al Arisou "porque es un gran fanático de los libros de comics". "Es importante fomentar este tipo de pensamiento a una edad temprana. Así que decidí usar mi experiencia en robótica, reunir un equipo de ingenieros y construir el traje de Dr. Octopus de la vida real", indicó Finman.
El traje financiado por Finman se imprimió en 3D. Los brazos mecánicos son controlados y montados desde la parte posterior y funciona con ocho motores que lo alimentan y que permiten manejar los brazos y levantar objetos.
Meehan se emocionó con el resultado del traje, según informó Digital Trends, y ya lo utilizó en un Comic-Con (una convención de cómics) "con gran éxito".
Finman explicó que su pasión por la robótica nació desde muy chico: "Obtuve mi primer kit [de robótica] cuando tenía 3. ¡Me encantó! Pero cuando fui a la escuela tuve todas estas experiencias terribles. Los maestros fueron increíblemente crueles conmigo. Me burlaban por estar tan metido en la robótica".
Aseguró que "no recomendaría" estudiar en el sistema formal de educación porque no considera que esté bien estructurado. "No funciona para nadie. Yo recomendaría internet, que es todo gratis. Podés aprender un millón de veces más de YouTube y Wikipedia", precisó.
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