Es un error común creer que Bitcoin es una red de pagos anónima. Las transacciones de Bitcoin son seudónimas, y puesto que cada transacción puede ser vista por cualquier tercero, hay una gran cantidad de información disponible para cualquiera que quiera saber quiénes están detrás de ciertos movimientos. Indiscutiblemente, alguien que quiere usar una moneda para llevar a cabo una operación ilícita sería más prudente usando dinero en efectivo antes que bitcoin. Con cada transacción, bitcoin deja una huella digital permanente en la blockchain.
Si la privacidad y el anonimato es lo que se busca, las tres criptomonedas que dan prioridad a esas características son, en orden de lanzamiento, Dash, Monero y Zcash. De las tres, Monero es quizá la más relevante, con un registro sostenido de operaciones, criptografía sólida y un justo modelo de emisión. Zcash, lanzada en 2016, usa una de las criptografías más nuevas del mundo, pero es un critpoactivo relativamente joven.
La moneda virtual que por primera vez priorizó la privacidad, la fungibilidad y el anonimato en el desarrollo de su protocolo fue Dash, que llegó al mundo el 19 de enero de 2014, pocos meses antes que Monero. Aunque la criptomoneda tiene méritos tecnológicos que actualmente la posicionan en el puesto número 14 del Índice de Cotizaciones de Cripto247, sus orígenes son controvertidos.
Dash fue creado por Evan Duffield a través de una bifurcación del código de Bitcoin que se enfocó en acelerar la confirmación de las transacciones y en desarrollar una nueva moneda centrada en la privacidad. En las palabras del propio libro blanco de Dash:
Una criptomoneda basada en Bitcoin, la obra de Satoshi Nakamoto, la cual consta de diversas mejoras, tales como una red incentivada de dos niveles denominada red Masternode. Otra aportación integrada en la misma se trata de Darksend, dotándola de una fungibilidad creciente, e InstantX, la cual facilita la confirmación instantánea de las transacciones sin una autoridad centralizada".
Dash, sin embargo, comenzó con el pie izquierdo. A diferencia de un premine (preminado) al estilo Bytecoin, la precursora de Monero, los tokens de Dash fueron emitidos mediante instamine, o un minado instantáneo en el cual se crearon 1,9 millones de monedas en las primeras 24 horas. Teniendo en cuenta que actualmente hay menos de 8,2 millones de dash en circulación, el modelo de emisión de la criptomoneda fue un error significativo que benefició drásticamente a las computadoras que minaron dash en las primeras 24 horas, en particular al propio Duffield. Según él, no fue intencional, simplemente se descuidó con su otro trabajo de aquel momento.
Algunos inversores sostienen que si hay una interrupción o error importante en el lanzamiento de un criptoactivo que distorsiona significativamente su distribución, entonces el criptoactivo debe ser relanzado. De hecho, Duffield fácilmente pudo haber relanzado a Dash, sobre todo considerando que su red tenía sólo unos pocos días cuando se empezó a cuestionar su instamine.
Un relanzamiento no hubiera sido inusual, tampoco, dado que otros criptoactivos lo han hecho a través de una bifurcación del código original. Los creadores de Monero, por ejemplo, optaron específicamente por no seguir sosteniendo la red de Bytecoin porque su modelo de emisión había sido percibida como injusta.
Sin embargo, Duffield decidió no hacerlo.
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