En los cinco meses que transcurrieron del 2018 el caudal de dinero que capturaron las ICO (ofertas iniciales de criptoactivos, por sus siglas en inglés) ya es mayor que el monto total de 2017. Desde enero, más de USD 9.000 millones se destinaron a esta nueva modalidad de financiación, que en comparación, recaudó menos de USD 4.000 millones el año anterior (según el recuento de CoinSchedule).
Solamente Telegram, una aplicación de mensajería similar a Whatsapp, juntó USD 1.700 mil millones en dos rondas privadas, de aproximadamente 80 inversores en cada oportunidad. El 2 de mayo anterior, canceló la oferta pública porque ya había recaudado lo suficiente para su objetivo: construir su plataforma descentralizada Telegram Open Network, según informó Wall Street Journal. El Petro, la criptomoneda de Venezuela, fue la segunda más relevante: recaudó USD 735 millones.
Si bien las ICO se encuentran en pleno auge de crecimiento, los gobiernos y entidades regulatorias en distintas partes del mundo advierten acerca de sus posibles estafas. China prohibió las ventas de tokens y la SEC de Estados Unidos dijo que deben ser regulados como valores. Los críticos de la nueva manera de financiación acusan a las ICO de ser ambiguas con respecto a la fuente de los fondos levantados y los derechos que los dueños de los tokens adquieren.
Block.one, una startup basada en las Islas Caimán responsable del token EOS, está a punto de completar una recaudación de USD 4.000 millones. El viernes concluye la ICO que inició hace casi un año, si logra su objetivo será la más grande hasta el momento.