Como ocurre con cualquier virus nuevo, a medida que pasan los meses se van conociendo más detalles de cómo progresa la enfermedad y sus consecuencias a largo plazo.
En el hospital Mount Sinai de Nueva York, uno de los más grandes de la ciudad y de los primeros en tratar casos de coronavirus, realizaron un estudio acerca de los tipos de problemas cognitivos desarrollados por pacientes de COVID-19 que fueron tratados en ese centro de salud.
Un asombroso 24% de los pacientes reportó que durante los meses posteriores a la enfermedad desarrollaron problemas como la pérdida de memoria, dificultad para desarrollar más de una actividad a la vez, problemas para procesar información de manera rápida y complicaciones para prestar atención, según informó un grupo de investigadores de la escuela de medicina Icahn, del hospital Mount Sinai.
“Se observa un deterioro cognitivo a largo plazo en una variedad de grupos de edad que presentaron distintos niveles de gravedad durante la infección”, afirmó la doctora Jacqueline Becker, autora del estudio neuropsicóloga clínica y miembro de la escuela de medicina Icahn.
En el estudio tomaron como muestra a 740 pacientes que voluntariamente aceptaron ser monitoreados por meses. Todos sufrieron la enfermedad entre abril de 2020 y mayo de 2021, siendo ya mayores de 18 años. Ninguno de ellos tenía antecedentes de demencia. Los resultados muestran una tasa alta de deterioro cognitivo a siete meses y medio de haber contraído el virus.
El primer problema reportado tiene que ver con el almacenamiento de nuevos recuerdos, o memoria a corto plazo. Uno de cada cuatro pacientes indicó sufrir este síntoma. El segundo síntoma reportado fue la pérdida de memoria en general. Otros problemas documentados, aunque con menos frecuencia, implican una deficiencia en la velocidad para procesar ideas y dificultades para iniciar, planificar, organizar y emitir juicios.
Si bien quienes más consecuencias reportaron fueron los pacientes que llegaron a estar hospitalizados, pero hubo casos entre aquellos con enfermedades más leves que solo pasaron por la sala de emergencias.
“Este estudio confirma lo que también hemos visto en el hospital Northwestern: que los problemas cognitivos son consistentes en pacientes que requirieron hospitalización tanto como en aquellos con síntomas de dificultad al respirar más leves”, declaró el doctor Igor Koralnik, del Centro Médico Northwestern.
Estos indicios están llevando a varios médicos a pedir que se consideren las evaluaciones cognitivas en pacientes de COVID como un procedimiento estándar después de la enfermedad.
En Los Ángeles también ha habido reportes de personas con pérdida cognitiva, especialmente preocupante porque los reportes del hospital de la universidad UCLA hablan de pacientes sanos entre los 20 y los 40 años.
Se calcula que son alrededor de 45 millones de personas las que en el país han sentido en algún punto este efecto secundario. La vacuna no está claro cómo afecta en estos casos. Algunos reportes indican que tras inocularse, algunas personas que habían tenido COVID-19 y sufrían consecuencias cognitivas vieron mejoras. Pero hay otros informes que dicen que no hubo cambios, o incluso, que empeoraron.
Se estima que entre el 20% y el 30% de los pacientes con COVID van a desarrollar esta consecuencia. La buena noticia es que en la gran mayoría de los casos, los síntomas desaparecen después de un par de semanas.
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