La Argentina superó el fin de semana los 70 mil muertos por COVID-19. Ayer, lunes 17 de mayo, se reportaron 28.680 nuevos contagios. Después del 16 (29.472) y el 20 de abril (29.145), fue el tercer día con más casos diarios desde que comenzó la pandemia.
En medio de la segunda ola, el Gobierno busca agilizar el Plan Estratégico para la Vacunación antes de que llegue el invierno. Sin embargo, el ritmo de aplicación es lento. Desde que comenzó con la campaña de inoculación, el 29 de diciembre de 2020, solo el 17,74% de la población argentina recibió al menos una dosis de la vacuna y apenas el 4,3% tiene aplicadas ambas dosis.
Para peor, la cantidad de testeos diarios, otra herramienta clave para contener la circulación viral (además de la vacunación y de las restricciones de circulación), está en baja. Durante los últimos 25 días, es decir, entre el 22 de abril y el 17 de mayo, el promedio semanal de testeos diarios pasó de 88.265 (máximo alcanzado desde inicio de pandemia) a 85.637. El descenso -de acuerdo a los datos arrojados por el Ministerio de Salud de la Nación- es del 3%.
“Argentina se encuentra dentro del grupo de países que menos testea por millón de habitantes. En ese contexto, lejos está de mantener la cifra diaria por debajo del 10 por cientoque recomienda la Organización Mundial de la Salud para saber si se está testeando en cantidad suficiente”, dice a Infobae la médica infectóloga Bárbara Broese, Jefa de Epidemiología del Municipio de San Isidro.
La cantidad de testeos diarios es informada por la cartera sanitaria nacional en el parte epidemiológico que se emite desde la Sala de Situación COVID-19. Por lo general, los sábados y los domingos arrojan cifras más bajas en comparación con el resto de los días de la semana.
Si se analizan los números brutos (en el cuadro, la línea gris), el viernes 16 de abril se realizaron 120.904 tests (la cantidad máxima desde que se comenzó a testear, el 3 de abril de 2020). Ese día coincide con la fecha en que se registró el pico de casos desde el inicio de la pandemia.
En cuanto al promedio de los testeos (en el cuadro, la línea naranja) el máximo fue el 22 de abril con un promedio semanal de 88.265. Hasta el momento, a pesar de la que la cantidad de contagios continúa subiendo, el país no volvió a alcanzar esa cifra. Es decir: mientras el promedio de nuevos test diarios debería estar aumentando; durante las últimas tres semanas, viene registrando un descenso.
¿Cuántos test se debieran hacer? Aunque es imposible dar una cifra, un indicador es la tasa de positividad: cuanto más baja, mayor es la cantidad de infectados detectados. De acuerdo al último parte, en Argentina, esa cifra es de 31.36%.
Según Borese, sin embargo, de nada sirve que aumenten los testeos si dicho acto no está acompañado de una adecuada estrategia epidemiológica. En ese sentido, la médica infectóloga hace hincapié en otra de las máximas de la OMS, vinculada al “rastreo de contactos”.
“Cuando una persona da positivo de COVID-19 es necesario aislar a todos los que tuvieron contacto con ella en las últimas 48 horas y, en la medida de lo posible, también testearlas. Sin embargo en la situación donde nos encontramos hoy, ya sea por cuestiones económicas o agotamiento, es muy difícil hacer que los contactos estrechos cumplan el aislamiento correctamente”, agrega.
Para Eduardo López, director del Departamento de Medicina del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez y asesor del gobierno nacional, también es clave combinar estrategias epidemiológicas.
“Un cierre total si no está acompañado por altos testeos lo único que hace es guardar el virus en el closet”, dijo en el programa La Mañana de CNN Radio. Asimismo, consideró que a las restricciones “hay que acompañarlas también con la vacunación. Es la única bala de plata para frenar la pandemia”.
Por otro lado López reveló que, hasta el momento, no hubo reuniones con los asesores para conversar sobre nuevas medidas. “No me opongo, pero los cierres completos de larga duración en Argentina no se cumplieron. Hay que ponerse en un análisis de frío equilibrio para ver qué es lo más útil”, sostuvo.
“Tenemos una curva de casos estabilizada en un número alto. Tenemos una circulación de las cepas de alta transmisibilidad. En el AMBA, el 30% de las variantes que circulan (Manaos y Reino Unido) son de alta transmisibilidad. La situación está lejos de ser controlada”, concluyó.
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