Una médica terapista de un hospital público en Palermo y de una importante clínica privada del barrio de Recoleta dijo en las últimas horas que muere más gente joven y más rápido en las terapias intensivas producto del COVID. Vanina Edul aseguró: “No estamos acostumbrados a lidiar con tantas complicaciones en simultáneo con un índice de mortalidad del 60% cuando en tiempos ‘normales’ es del 20 o 30%”.
Primero es importante diferenciar mortalidad de letalidad. La mortalidad es la cantidad de personas que fallecen por una cantidad de población o un número absoluto de personas. Mientras que la letalidad es la cantidad de personas que han fallecido, sobre un denominador común: las personas que se han enfermado. Es decir que una vez enfermo, qué probabilidad tiene ese paciente de morir. Y aquí se trata de una medición más específica sobre los enfermos y no de la población general.
Del análisis de los datos surge, por ejemplo, que la letalidad del virus en la Ciudad de Buenos Aires llegó a 3,4% y hoy está más de un punto por debajo de aquel pico (2,27%). Así, la Capital Federal registra un descenso de casi un 30% respecto del momento de más alta letalidad en el distrito.
“Cuando uno mira la letalidad en la Ciudad de Buenos Aires, uno ve con toda claridad que la cantidad de personas que fallecen por cada una de las personas que se enferma, ha ido descendiendo permanentemente. Desde junio y julio del 2020 hasta el día de hoy, cada mes que vino la letalidad fue inferior al mes anterior”, afirmó Fernán Quirós, ministro de Salud porteño, este martes.
Inclusive por grupo etario, la letalidad es menor que durante la primera ola. “Todos los grupos de edad han descendido la letalidad. Hoy enfermarse de coronavirus es un poco más seguro que lo que ha sido anteriormente y eso tiene que ver con el aprendizaje del sistema de salud, las nuevas drogas y los nuevos tratamientos”, añadió el funcionario porteño.
En la mayoría de los distritos pasa algo similar. Aunque esta tendencia se replica en el resto del país (el promedio es de 2,14% - 2 fallecidos por cada 100 personas contagiadas), existen provincia como Jujuy (4,14%), La Rioja (3,48%) y Salta (3,66%), que se encuentran superando ampliamente este indicador clave para evaluar la evolución de la pandemia.
“El sistema de salud en Salta ha sido un sistema de salud que durante años no tuvo inversiones”, analizó el pediatra e infectólogo Antonio Salgado. “También tiene que ver mucho con que en esta provincia no se está haciendo vigilancia genómica. Salta hizo 15 secuenciaciones genómicas y todavía no recibimos ningún resultado del Malbrán. Es decir que no sabemos qué variantes circulan. En CABA se ve que hay una prevalencia de la variante andina, seguida de la de Manaos y luego la de Inglaterra”.
“Para nosotros es como disparar en la oscuridad. El sistema de salud estuvo durante mucho tiempo hirviendo y con la pandemia llegó a la ebullición”, agregó Salgado.
“No creo en los datos. Son muy de mala calidad”, asegura en diálogo con Infobae el infectólogo de Jujuy Carlos Remondegui, qué agregó: “Acá los testeos no son más de 300 ó 500 por día y en Formosa hablamos de 7 mil. Podemos dibujar algo en el aire pero no son datos regulares ni representativos ni tampoco bien diseñados en cuanto a la dispersión”.
Pero igualmente aclaró: “La letalidad alta se debe a pocos testeos que darían positivo, por lo que el denominador de casos positivos es bajo, entonces esa ecuación da un falso dato de letalidad alta”.
¿Hay más mortalidad en gente joven?
Según los expertos sanitaristas, al día de hoy no existe evidencia clara de que estas variantes y la enfermedad en general haya aumentado la mortalidad de gente más joven.
Sin embargo, el ministro Quirós reconoció que hay más jóvenes internados y explicó los dos principales motivos de esto: “La gente con edad mayor ha estado más protegida con la vacuna y se ha enfermado menos y ha ido menos a las terapias, y los promedios de edad lógicamente bajan. Y por otro lado, esta ola ha tenido el doble de casos y con mucho más jóvenes, por lo que es natural que haya más jóvenes internados”.
Así, el ministro descartó –por el momento– que la mortalidad y letalidad en este grupo etario sea peor en la segunda ola. “Cuando uno mira lo que pasó el año pasado durante todo el invierno, el 70% de los que fallecieron tenían más de 70 años, cuando las personas que se enferman con más de 70 años no eran más del 10%. Estaba concentrado todo en ese grupo. Hoy eso ha cambiado significativamente porque la cantidad de personas de más de 70 años que se han enfermado es mucho menor”, añadió.
Finalmente, el ministro porteño reiteró que “al menos una dosis de la vacuna contra el COVID tiene una enorme protección, casi un 90% de efectividad. Así, las personas vacunadas han bajado su riesgo de enfermarse notoriamente”, concluyó.
Una encuesta realizada por la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI) reveló que el promedio de edad de los pacientes internados en la actualidad es de 53 años, cuando durante el 2020 el promedio era de 70 años.
El Ministerio de Salud de la Nación informó ayer que, en las últimas 24 horas, se registraron 540 muertes y 15.920 nuevos contagios. Con estos números, el total de infectados desde que comenzó la pandemia asciende a 3.021.179 y las víctimas fatales son más de 65 mil.
Según indica el último parte epidemiológico, de momento en Argentina hay 5.426 personas con coronavirus internadas en terapia intensiva. El porcentaje de ocupación de camas a nivel nacional es del 68% y en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) del 75,1%.
Al día de ayer, según el Monitor Público de Vacunación (el registro online del Ministerio de Salud que muestra en tiempo real el operativo de inmunización en todo el país) ya son 8.039.793 las vacunas aplicadas: 7.051.772 personas recibieron la primera dosis y 988.021 ambas. El 60,02% de las aplicaciones (4.825.384 dosis) fueron realizadas a mujeres; mientras que el 39,78% a hombres (3.197.895 dosis).
Entre los más de ocho millones de inmunizados hay 1.996.309 trabajadores de la salud, 445.825 personas de 18 a 59 años con factores de riesgo, 4.850.210 adultos mayores de 60 años y 741.795 personas consideradas “estratégicas”, como integrantes de las fuerzas de seguridad y armadas, docentes y personal no docente de todos los niveles educativos, responsables del funcionamiento del Estado y personal del Servicio Penitenciario.
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