La ola 23 del informe de la consultora Poliarquía sobre el impacto del coronavirus en el monitoreo de la opinión pública en la Argentina entregó datos reveladores. El indicador de aprobación del presidente Alberto Fernández en la gestión de la pandemia presentó por primera vez un diferencial negativo. La pregunta fue: “¿Usted aprueba o desaprueba lo que está haciendo Alberto Fernández en relación al coronavirus?”. La respuesta en la segunda semana de abril había sido un 84% de aprobación y un 9% de desaprobación. Desde entonces, la distancia de 75 puntos empezó a reducirse. Actualmente, tras más de 200 días de cuarentena, las líneas se cruzaron: el 47% reprueba, el 43% aprueba.
El primer capítulo del relevamiento evalúa el manejo que el gobierno nacional hizo en materia preventiva. El 46% dice que el balance, desde la aparición del primer contagio en el país, es positivo: el 18% lo califica regular y el 32% como negativo. A nivel nacional, la extensión del período de aislamiento y distanciamiento según zona de residencia sigue dando valores positivos aunque con una tendencia a la baja: el 29% está muy de acuerdo con la prórroga y el 19% nada de acuerdo. El apoyo a las políticas de salud pública registra su nivel más bajo.
Esos indicadores cambian drásticamente en la Ciudad de Buenos Aires y en el Gran Buenos Aires. En el ámbito porteño, el 65% no está a favor de una nueva renovación del confinamiento, mientras que en el conurbano el porcentaje de respaldo a la medida se mantiene en un 57%. Sobre las condiciones de la cuarentena, la consulta se centró en el endurecimiento o en la flexibilización de las medidas de restricción. El 31% cree que hay que endurecerla y el 46% considera que es necesario flexibilizarla, y la proporción de los que piensan que sería menor menos limitaciones crece 4 puntos.
En el segmento del impacto del coronavirus en la economía personal, en una lectura retrospectiva, para el 60% la situación empeoró en comparación al primer trimestre del año, antes del comienzo de la pandemia. Los que creen que “hay que mantener la cuarentena y el distanciamiento social aunque esto genere dificultades económicas” siguen siendo mayoría, pero son cada vez menos. El 48% lo prefiere, mientras que el 39% elige “no parar la economía aunque esto genere mayor cantidad de contagios y fallecidos”. Este porcentaje alcanzó su punto máximo la primera semana de octubre.
El privilegio por la economía se manifiesta mayoritariamente en los encuestados de la Ciudad de Buenos Aires: el 52% aprueba la estimulación productiva por más que se incrementen los riesgos de contagios. En el Gran Buenos Aires, el análisis es inverso: el 54% prefiere mantener el aislamiento aunque esto conlleve obstáculos en materia económica. En el interior del país, los porcentajes son los mismos que los generales.
Poliarquía también les consultó a los 1.544 encuestados (residentes en centros urbanos de más de 10.000 habitantes y mayores de 18 años de edad) cuál diría que son las probabilidades de que pueda contraer coronavirus. El 28% dijo que son “bajas” y el 14% “muy bajas”, mientras que el 33% cree que son “altas” y el 17% “muy altas”. Además, un 9% de los encuestados dice ya haber contraído la enfermedad.
Por tercera medición consecutiva subió el porcentaje de encuestados que dicen conocer algún familiar o conocido cercano que se contagió de coronavirus. En agosto, el valor era del 25% y actualmente trepó al 61%. Asimismo, según el informe, la circulación social creció ocho puntos respecto al relevamiento anterior: algo más de la mitad de los encuestados señala haber salido de su casa tres veces o más durante la última semana.
En relación al pronóstico, a lo que pasará con el coronavirus en el futuro, el 61% cree que seguirá avanzando en el país en las próximas semanas mientras que tres de cada diez argentinos considera que irá disminuyendo el contagio entre las personas.
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