Por las características del virus, el tiempo promedio que un paciente grave permanece internado en la Unidad de Terapia Intensiva (UTI) es de 20 días. En ocasiones, pueden presentar lo que se denomina el Síndrome Post Terapia Intensiva (SPTI), que es un conjunto de secuelas físicas, psíquicas y neurocognitivas por las cuales aún necesitan del apoyo y cuidado de los profesionales para recuperar sus funciones motrices básicas y su autonomía. Esa patología se desarrolla en el contexto de una enfermedad crítica y puede persistir por períodos prolongados luego del alta.
Con el objetivo de contar con espacios para el tratamiento de estos pacientes a causa de un cuadro de coronavirus grave, el Ministerio de Salud de la Ciudad creó las nuevas Salas de Rehabilitación Intensiva Post COVID-19 que ya se encuentran funcionando en tres hospitales públicos.
De esta manera, los hospitales Argerich, Fernández y Álvarez cuentan con un total de 40 camas disponibles para tal fin; y próximamente se implementarán en el Hospital Pirovano.
Las nuevas salas permiten acelerar la recuperación gracias al acompañamiento y la estimulación permanente a lo largo de un tratamiento intensivo adaptado a las necesidades particulares de cada persona.
Las unidades están conformadas por un equipo transdisciplinario de salud integrado por: enfermeros, médicos clínicos, kinesiólogos, fonoaudiólogos, nutricionistas, psicólogos, musicoterapeutas y trabajadores sociales.
En conjunto, realizan un abordaje en pos de la pronta recuperación de las personas que son derivadas desde la UTI y aún requieren de cuidados especializados.
El equipo lleva a cabo una rutina diaria intensiva con cada paciente que consta de cinco estímulos de rehabilitación: tres de motora, una de fonatoria, una de neurocognitiva.
Además, se les brinda la asistencia permanente correspondiente y estímulos grupales con características recreativas, lúdicas y ocupacionales.
La situación del sistema sanitario es una de las principales preocupaciones de las autoridades porteñas, cuyo índice R se ubica en torno a 1.
El Ministerio de Salud de la Ciudad forma parte del Ensayo Clínico Nacional para evaluar la efectividad del tratamiento de transfusión de plasma a pacientes con complicaciones a causa de la infección por COVID-19. Las personas recuperadas de coronavirus poseen en el plasma de su sangre anticuerpos que podrían beneficiar a quienes están cursando la enfermedad. Esto podría significar una alternativa de tratamiento.
Mientras el mundo busca una vacuna contra el coronavirus, el ministro de Salud de la Ciudad de Buenos Aires, Fernán Quirós, advirtió que “las próximas semanas serán muy intensas, quizás las más duras”, en cuanto a la pandemia y pidió a la ciudadanía evitar reuniones familiares y con amigos en lugares cerrados.
“Poco estamos dialogando sobre los encuentros de familia, de compañeros de escuela, pero cualquiera que ha tenido encuentros los fines de semana sabe que esto es peligroso. Lo más importante de todo son los encuentros sociales en lugares cerrados. Este es un momento para evitar los cruces de familia y de amigos”, dijo el ministro porteño.
Si bien desde el Ministerio aseguran que la curva se mantiene estable a pesar del crecimiento de los casos y que el sistema de salud está respondiendo ante la demanda, un informe interno de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI), realizado sobre 34 centros de salud públicos y privados de la ciudad, reveló que el promedio de camas ocupadas al 24 de julio era del 82,9 por ciento en el sector público y desciende a 81,3 en el privado.
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