El hospital René Favaloro, de La Matanza, demandó una inversión de $254 millones para su infraestructura y $120 millones en equipamiento. Fue diseñado como un centro sanitario de alta complejidad con 160 camas de internación repartidas en una superficie cubierta de 18.000 metros cuadrados.
Cuando fue puesto en marcha el 7 de octubre de 2015 por la entonces presidenta Cristina Kirchner, lo presentaron como un centro de vanguardia que contaría con guardia externa, consultorios de clínica médica, tocoginecología, cirugía y pediatría; salas de cuidados progresivos, intermedios e intensivos; salas de maternidad y seis quirófanos; diagnóstico por imágenes, ecografía y radiología digital. Sin embargo, cinco años después de ese anuncio solo funcionaba un sector: la guardia pediátrica.
De acuerdo a la información difundida en 2015, el centro de salud iba a estar organizado en tres pisos de acuerdo a la complejidad de las áreas: primer piso con servicio de guardia, consultorios, emergencias, diagnóstico y tratamiento, farmacia y morgue; segundo piso con sectores de internación y áreas críticas; y tercer piso con área de administración, docencia e investigación.
Más allá de que hubo acto oficial y las fotos del evento también fueron subidas a su red social, el presidente Alberto Fernández desacreditó su puesta en marcha y el 24 de marzo utilizó su cuenta de Twitter para referirse a la situación de este hospital. En un tuit, publicó un video en el que prometía terminarlo “en no más de sesenta días”.
Fuentes oficiales consultadas por Infobae informaron que en ese momento el hospital estaba terminado pero no inaugurado. Dijeron que estaba en proceso de equipamiento, que su apertura sería en etapas y que estaría en condiciones de empezar a recibir pacientes en julio.
Y así fue como este martes, el materno infantil René Favaloro fue nuevamente inaugurado. Pero ahora, por el presidente Alberto Fernández y destinado a la atención de pacientes con COVID-19 con 144 camas de internación general y 14 de terapia intensiva, un sector de guardia con atención las 24 horas, seis shock rooms para urgencias, guardia pediátrica y servicios de apoyo como laboratorio, diagnóstico por imágenes y consultorios externos.
El hospital está situado sobre la Ruta 101 entre las calles Soldado Sosa y Echeverría, en la localidad bonaerense de Rafael Castillo. Y aunque el anterior gobierno peronista prometió que brindaría un Servicio de Atención Médica Integral para la Comunidad (SAMIC), sobre todo para el área de influencia de este distrito del oeste del conurbano y también los partidos de Morón y Merlo, ahora sus prestaciones se vieron reducidas a los efectos de la pandemia.
Las obras del hospital se reactivaron este año frente al avance de los casos de coronavirus y con el objetivo de reforzar el sistema de salud. Estaba terminado en un 70% y su interior se encontraba muy vandalizado.
Su construcción fue paralizada en febrero de 2016, según documentos oficiales, “por temas administrativos y de certificación”. La propia María Eugenia Vidal, ex gobernadora de la provincia de Buenos Aires, había dicho que prefería mejorar los hospitales ya abiertos antes que finalizar otros dos más: “La salud no es un edificio, a mí no me interesa cortar cintas. Yo no vine a la gobernación para cortar cintas y decirle a la gente que tiene un hospital que después no tiene”.
“Esperemos que nunca más en la Argentina un gobierno de un color político deje de generar el desarrollo de la salud y la educación que empezó otro gobierno”, dijo hoy el intendente Fernando Espinoza.
Cuatro años después llegaron las réplicas oficiales a esas declaraciones. “¿Tienen presente que, por cuatro años, tuvimos una gobernadora que decía que no iba a abrir un hospital más en la provincia de Buenos Aires?”, cuestionó en mayo de este año el Presidente en diálogo con radio Rivadavia. Dijo que odiaba volver al pasado: lo hizo para atribuir responsabilidades a las gestiones anteriores en Nación y en Provincia de Buenos Aires sobre los problemas de infraestructura estatal para contener los efectos de la pandemia.
En 2015, la encargada de encabezar el acto fue la ex presidenta Cristina Kirchner, quien también recorrió las instalaciones y luego brindó su discurso en la puerta del nosocomio. Hoy, en plena pandemia, fue Alberto Fernández a través de una video conferencia desde la Residencia de Olivos.
Participaron también del acto, en forma presencial o por videoconferencia, el gobernador de la Provincia de Buenos aires, Axel Kicillof; la vice gobernadora, Verónica Magario; el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero; el ministro de Obras Públicas de la Nación, Gabriel Katopodis, y el ministro de Salud de la Nación, Ginés González García.
El Hospital Dr. René Favaloro fue concebido y programado no sólo por su ubicación estratégica sobre la Ruta Provincial 1001, que brinda un rápido acceso no sólo para Rafael Castillo y las localidades vecinas de La Matanza, sino también por estar cerca de los límites con los partidos de Morón y de Merlo, por lo que ofrece acceso a la salud de calidad para más de 2.700.000 de bonaerenses.
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