Con tan sólo siete casos activos de coronavirus en el Municipio de Dolores, su intendente, Camilo Etchevarren, tomó una drástica decisión y anunció la vuelta a la fase 1 hasta el 13 de julio. Lo particular de esta situación es que los infectados pertenecen todos a una misma familia, uno de cuyos miembros es personal de la salud y del que se constató que fue la persona que expandió el virus en esa localidad bonaerense.
Desde que se confirmó la presencia del primer caso de COVID-19, se generó una gran inquietud en la ciudad por conocer quién era la persona que había contraído la enfermedad. Esta situación se agravó aún más cuando se confirmó que la paciente que había resultado infectada era una trabajadora del Hospital San Roque que había viajado a Buenos Aires como parte de su servicio esencial.
Actualmente esa mujer se encuentra internada en su mismo lugar de trabajo mientras que sus dos hijas, una beba y una joven embarazada, permanecen aisladas en el Hospital Polivalente con buen estado de salud.
Pero la alarma que provocó la marcha atrás en el aislamiento social obligatorio se produjo cuando este jueves se confirmaron cuatro nuevos casos, todos de contacto estrecho con ella: una hermana, sus dos hijas y su esposo. Tres de ellos se encuentran aislados en el Polivalente y uno está cumpliendo con el confinamiento en su domicilio, con guardia policial.
“Estamos muy preocupados por el hecho de que tanta gente ha estado en contacto”, admitió el intendente en conferencia de prensa. El funcionario está a la espera de los resultados de los hisopados que se le realizarán a 46 personas, seis de ellas integrantes del equipo de salud.
Además, el jefe comunal aseguró que van a realizar “un fuerte control de los accesos a la ciudad” porque no quieren “que venga nadie de afuera”.
“Tenemos la Covid-19 en la ciudad y estas medidas tomadas son para tratar de evitar la propagación del contagio”, señaló Etchevarren, quien semanas atrás había expresado su preocupación al ver un relajamiento en la población en relación a la cuarentena.
Por su parte, la secretaria de Salud de la comuna, Sandra Metz, precisó que algunos de los casos positivos tuvieron fiebre pero se encuentran en buen estado de salud y adelantó que está previsto que vuelvan a sus domicilios con custodia policial.
Desde la comuna pidieron a modo de recuerdo que quienes hayan tenido contacto con los infectados llamen al número 107 para que las autoridades les brinden las indicaciones a seguir y notificaron que en el Hospital San Roque se atiende sólo a los pacientes que acudan por urgencias o que no posean mutual. Aquellos que sí estén mutualizados serán atendidos en los sanatorios.
Como si esta situación no fuera lo suficientemente angustiante para esta familia de Dolores, medios locales dieron a conocer la viralización de audios de WhatsApp donde vecinos contaban supuestas conductas y actividades de los miembros de la familia.
“Mi hermano y mis sobrinas están bien, no han tenido síntomas de ningún tipo. Mi cuñada está muy bien, pero va a quedar internada por una patología pulmonar que tenía antes de contraer el virus. De salud están muy bien, más que el virus, nos están dañando todas las cosas que se están diciendo”, dijo a El Dolorense la cuñada de la primera mujer infectada.
Y aclaró que la beba tampoco presentó síntomas. “Cuando aislaron a mi cuñada, la beba quedó al cuidado de mi hermano y mis sobrinas. Lloró mucho los primeros tres días, porque se alimentaba del pecho de la mamá y no estaba acostumbrada a la mamadera”, dijo la mujer, dando a entender que el contagio de ellos habría sido a través de la pequeña.
Al ser consultada de cómo se produjo el contagio inicial, el de la estudiante de enfermería, explicó: “Ella fue a trabajar, a hacer un traslado. Cuando volvió de Buenos Aires trabajó normalmente durante toda la semana. Tanto ella como mi hermano siguieron trabajando, toda la familia continuó haciendo su vida normalmente, en ningún momento estuvo en cuarentena al regresar como se dijo. Nadie le indicó eso”.
Pero unos días después, tuvo 38 grados de temperatura y recién ahí la aislaron. “Cuando decidieron aislarla, inmediatamente hicieron lo mismo con mi hermano -el cual cumplía la función de parrillero en un reconocido restaurante de la ciudad- y a sus compañeros de trabajo, tanto en el local gastronómico, como en un campo donde también trabajaba”, precisó.
Lo que más sorprende de la decisión política es que Dolores estaba atravesando la última etapa del ASPO y, por ende, estaban permitidas las reuniones sociales, la realización de actividad física, la apertura de comercios, bares y restaurantes.
Durante los próximos 9 días, las únicas actividades habilitadas serán: farmacias, estaciones de servicios, supermercados, almacenes, industria alimenticia, cajeros automáticos. Además los servicios de lavandería, postales y de paquetería.
En lo que respecta a restaurantes y locales de comidas rápidas, sólo funcionarán con sistema de delivery. Los locales de venta de materiales de construcción, las mutuales y la actividad notarial siguen habilitadas; al igual que la actividad bancaria, que funcionará sólo con turnos.
Por otro lado, los talleres de mantenimiento y reparación de automotores fueron permitidos únicamente para atender las urgencias de vehículos de las fuerzas de seguridad, de salud o de aquellas personas que cuenten con la autorización para circular.
También podrán abrir los locales de venta de repuestos para automotores, bicicletas y motos bajo la modalidad puerta a puerta. La venta de artículos de librerías e insumos informáticos seguirá a puertas cerradas con entrega a domicilio. Y el horario para comercios habilitados será de 8 a 18 horas.
Por otro lado, estarán habilitados a circular los funcionarios municipales abocados a la emergencia y servicios esenciales que presta el Municipio, personal de Anses y los trabajadores de medios de comunicación.
Lo cierto es que desde el inicio de la cuarentena, este municipio bonaerense ha sido particularmente estricto en el control de los ingresos a la ciudad con el fin de evitar el ingreso del virus, al punto de generarse una polémica con el intendente de la vecina localidad de Castelli que denunció que no lo dejaban ingresar para ver a su hijo recién nacido en el hospital de Dolores.
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