El Mercosur inició hoy su cumbre de presidentes que esta vez será completamente virtual y que tendrá entre sus objetivos centrales establecer una agenda común para enfrentar la pandemia del coronavirus en la región a pesar de las diferencias de estrategia sanitaria que encararon hasta ahora Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay para enfrentar al COVID-19.
La reunión virtual de mandatarios que organiza esta vez Paraguay por ser presidencia pro témpore del bloque será el jueves, y el miércoles se dará la videoconferencia de cancilleres. Pero desde esta mañana empezaron a deliberar las comisiones técnicas y desde la Cancillería dijeron a Infobae que la intención del presidente Alberto Fernández en esta cumbre es establecer “puntos de encuentro” y una agenda común para encarar la pandemia.
Por lo pronto, se pondrá en debate la idea de establecer una puesta en común sobre los conocimientos científicos que haya en la región en relación a los avances para contrarrestar el COVID-19. A la vez, se coordinará el trabajo para instrumentar el fondo especial de 16 millones de dólares que se creó recientemente para ser usado exclusivamente en iniciativas relacionadas con la lucha contra el coronavirus.
El canciller Felipe Solá mencionó que ese fondo especial de lucha contra el COVID-19 que conformó el Mercosur “tiene como objetivo colaborar de manera coordinada con las autoridades nacionales de los cuatro Estados miembros para mejorar las capacidades de cada país en la realización de test de detección del virus”.
A la vez, el Mercosur ya destinó una primera partida de USD 5.800.000 para la compra de equipamientos e insumos sanitarios para hacer frente a la pandemia y para financiar el desarrollo de la técnica de diagnóstico que detecta la respuesta de anticuerpos de los pacientes, sean sintomáticos o asintomáticos.
Desde la Cancillería dijeron a Infobae que “seguramente la agenda del COVID-19 será la central en la cumbre de presidentes ya que se busca establecer una estrategia común de mitigación del virus”.
La semana pasada los ministros de Salud y los de Justicia del bloque realizaron sendas reuniones virtuales donde también se acordó la necesidad de llevar adelante una estrategia común. Allí se acordó remover las barreras de acceso a la futura vacuna o los tratamientos para contener el virus. Esto se profundizará en la cumbre de esta semana.
Hay que tener en cuenta que desde que estalló la pandemia en febrero pasado los presidentes del Mercosur no mantuvieron ninguna reunión virtual y sólo hubo algunas conversaciones informales entre los jefes de Estado, como el caso de Alberto Fernández con su par de Uruguay, Luis Lacalle Pou.
Sin embargo, existen marcadas diferencias de criterio entre los países del bloque en cuanto a estrategias a seguir. Concretamente el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, desestimó desde un primer momento la idea de hacer una cuarentena obligatoria en todo el país a diferencia de lo que ocurre en la Argentina, Paraguay y Uruguay.
El resultado de estos planes sanitarios en cada país del bloque hasta ahora es visible: al día de hoy la Argentina tiene 1.245 muertos por COVID-19; Brasil 57.622; Uruguay 27 y Paraguay 15.
El presidente Alberto Fernández mantuvo el viernes pasado una videoconferencia con el ex presidente de Brasil Luis Ignacio Lula Da Silva donde expresó duros cuestionamientos a la política sanitaria de Brasil aunque se cuidó de no mencionar con nombre y apellido a Bolsonaro.
Esta manaña empezaron en Asunción y por vía virtual las reuniones de la cumbre del Mercosur. Hubo una videoconferencia del vicecanciller de Paraguay Didier Olmedo y mañana está prevista una reunión de ministros de Industria, Comercio y Servicios del Mercosur; y un encuentro virtual de ministros de Economía y Presidentes de Bancos Centrales del bloque. En tanto, el miércoles será la reunión virtual de cancilleres y el jueves la de presidentes, donde se espera un documento conjunto.
En este sentido, Solá dijo que “la actitud del Gobierno desde el primer día ha sido proteger la vida y minimizar el número de muertos por la pandemia, guiándose por la tasa de infectados y revisando geográficamente el avance de esa tasa”. Asimismo, consideró que “es un momento muy difícil para cualquier gobierno y hacer política con esto, como hacen algunos dirigentes de la oposición que los primeros dos meses de pandemia apoyaban al Presidente, es de un oportunismo cuanto menos mediocre”.
Comercio en debate
Por otra parte, el debate paralelo de la cumbre del Mercosur más allá de la pandemia de COVID-19 estará centrado sin dudas en los acuerdos comerciales que se llevan adelante en el bloque.
Solá ya adelantó que “es peligroso acelerar convenios con países que tienen sobre nosotros ventajas competitivas”. Se refería así a los discutidos acuerdos de libre comercio que está negociando el Mercosur con Corea del Sur y Singapur, donde la Argentina es muy crítica de ello respecto a los eventuales beneficios económicos que podría generar.
En relación a esto, Solá señaló que “es peligroso acelerar convenios con países que tienen sobre nosotros ventajas competitivas en la industria y aceptar el ingreso de productos que tienen muchos más años de tecnología y que nos dejan sin trabajo”. Y no dejó dudas sobre la postura Argentina al respecto: “En abril tuvimos una diferencia con la palabra ‘acelerar’ o ‘no acelerar’ en relación con convenios extra Mercosur con otros países. Esa diferencia al principio se puso dura, pero después entendimos que tanto Brasil como Paraguay y Uruguay comprendían que la palabra no era ‘acelerar’ sino mantenerse en contacto con la posibilidad de esos convenios, que es algo distinto”, consideró.
Además, el canciller argentino afirmó que “dada como está la economía y la incertidumbre sobre nuestro futuro y de cuándo y cómo saldremos adelante, es peligroso acelerar convenios con países que tienen sobre nosotros ventajas competitivas en la industria, y aceptar el ingreso de productos que tienen muchos más años de tecnología y que nos dejan sin trabajo”, y subrayó que “lo que se prometía para los productos argentinos era pobrísimo, por ejemplo, en materia de alimentos”.
Solá dijo además que “Brasil tiene ideas totalmente diferentes a nosotros sobre la economía, (pero) cada país se está ocupando a su manera del COVID, tratando de que su economía aguante o no se caiga tanto, por lo tanto, la relación no pasa a ser el centro de la cuestión en este momento, ya que estamos mirando para adentro”, aunque aseguró que con Brasil “vamos a hablar bastante”.
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