Los vecinos de Villa Azul que realizan actividades esenciales pudieron retomar sus trabajos a partir de este lunes, luego que se levantara el cuarenta comunitaria impuesta durante dos semanas por un brote de coronavirus.
De esta manera, los trabajadores que viven en este barrio vulnerable de Quilmes, y que no presentan síntomas de la enfermedad, fueron habilitados a salir de la zona que había sido bloqueada por seguridad. Durante dos semanas ninguno pudo entrar ni salir para evitar la expansión del virus.
Pasadas las 8 de la mañana, un joven partió de su casa en su bicicleta para dirigirse hacia Villa Domínico, Avellaneda, como solía hacerlo a diario antes del aislamiento comunitario. Pero antes, tuvo que pasar por uno de los cuatro puestos de control sanitario que bordean la urbanización.
Allí le midieron la temperatura corporal, le tomaron sus datos, le chequearon que tuviera en su celular la aplicación Cuidar y lo rociaron con un líquido sanitizante. Una vez que los efectivos de seguridad constataron que estaba en condiciones, le permitieron salir.
“Estoy contento de volver otra vez al ruedo, poder salir a trabajar para no perder el trabajo y seguir siendo el sustento de la familia”, contó a TN uno de los vecinos que se que se dedica a lavar autos. Y agregó: “Gracias a Dios mis patrones me entendieron y pude conservar mi trabajo".
"También le doy las gracias al Estado por ayudar tanto”, señaló este joven, quien recordó que vivió esos 14 días de bloqueo total con “angustia e incertidumbre de lo que podía pasar”.
“Si todos ponemos nuestro granito de arena vamos a poder volver a lo de antes. Recién cuando pusieron las vallas, los vecinos empezamos a caer de que era algo serio”, admitió.
A diferencia de él, las cámaras de TV también registraron el momento en que una persona de la tercera edad, que no es trabajador esencial, fue autorizada a moverse por fuera del barrio. “Salgo a hacer unas compras y una diligencia”, contó el hombre que arrastraba un changuito. “Fueron 14 días de encierro pero la pasamos bien. No nos queda otra que cuidarnos entre nosotros. Fue una alegría volver a salir y más que yo estoy acostumbrado a salir a caminar”, relató entusiasmado.
Una vecina embarazada, que espera su cuarto hijo, fue otra de las habilitadas ya que tenía que hacerse un control médico. “Tenemos que estar tranquilos y más si uno se cuida porque la ayuda llegó. Fue mejor que hayan vallado el barrio porque sino la gente no tomaba conciencia. El miedo del contagio siempre está”, dijo la mujer al ser entrevistada en Telefé, quien además contó que luego del chequeo tenía que pasar a cobrar para realizar unas compras que necesitaba su familia.
No obstante, aquellos infectados que todavía estén haciendo el aislamiento domiciliario o los contactos estrechos que estén cumpliendo con la misma medida de prevención no podrán salir de ninguna manera de sus casas. Ellos deberán continuar con un “aislamiento focalizado” que se extenderá durante 14 días más.
Por otra parte, también se mantendrá la asistencia alimentaria para las familias que sean contactos estrechos desde el último contacto con el paciente que resultó positivo de coronavirus.
Según informaron desde la gobernación bonaerense, durante todo este tiempo se realizaron en este asentamiento popular más de tres mil entrevistas para detectar casos sospechosos, a partir de las cuales se pudo confirmar que 344 vecinos se infectaron y dos personas murieron a causa de la enfermedad.
Al recorrer esta mañana la Villa Azul, el ministro de Desarrollo Social de la Provincia de Buenos Aires, Andrés “Cuervo” Larroque, remarcó que desde que se aisló el barrio la curva comenzó a aplanarse.
“Este tipo de barrios tiene de problemático que por el nivel de hacinamiento, si te explota un brote es difícil aislarlo”, admitió el funcionario.
Remarcó que "en los barrios populares la transmisión es más rápida por el nivel de cercanía que tienen las viviendas y es por eso que cuando hay un caso positivo tenemos que estar atentos para que no derive en caso comunitario".
Larroque, además, se refirió a otros brotes que se dieron otras zonas. Detalló que en el barrio popular José Luis Cabezas, que comparten los municipios de Berisso y Ensenada, “se dio un foco de contagio comunitario rápido pero muy circunscripto a una parte, que es la que se aisló”, y aseveró que se trata de unas 220 personas que viven en unos 250 metros.
“Se aislaron unas 40 o 50 casas. El resto del barrio no está cerrado”, aclaró Larroque y contó que la decisión de cerrar “tiene que ver con que ese barrio si bien es chico, linda con zonas de poblaciones mayores y se puede expandir a zonas con 14 mil personas”.
Luego, manifestó que en territorio bonaerense hay unos 30 barrios críticos, sobre los que desde el gobierno presta “especial atención”.
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