Con voto unánime, la Legislatura de CABA aprobó en la sesión ordinaria de este jueves la declaración, impulsada por el GEN y Frente de Todos, que solicita la excepción del cumplimiento del Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio y de la prohibición de circular a paseadores caninos. Ahora resta que en el transcurso de la próxima semana el Ejecutivo lo apruebe y ponga fecha para el inicio de la actividad.
De esta manera, los diputados le solicitaron al Gobierno porteño que gestione las medidas pertinentes para que le traslade al Ejecutivo nacional la necesidad de que se exceptúe del cumplimiento del aislamiento social preventivo y obligatorio y de la prohibición de circular, en el ámbito de la Ciudad, a los paseadores.
“Este es un sector que resuelve muchos problemas porque, además, la mayoría de los paseadores son monotributistas que aportan al fisco. Son 4 mil en toda la Ciudad y no producen un problema en la circulación o el distanciamiento social porque trabajan de tal manera que no se mezclan con nadie. Además, evitan que muchas otras personas salgan de sus casas. Permitirles trabajar implican que vuelvan a comer, que es lo más importante”, dijo a Infobae Sergio Abrevaya, legislador porteño por el GEN que encabezó la declaración en el Salón Dorado durante la sesión de este jueves.
La declaración, que fue aprobada por unanimidad de todos los bloques, permite que los paseadores puedan sacar los perros de los trabajadores exceptuados, de quienes cumplen el aislamiento y de quienes no pueden salir a la calle por ser parte de la población de riesgo.
"En promedio cada uno de ellos tiene 15 clientes o abonados al servicio, por lo tanto se podría inferir que si 15 personas por cada paseador no salen de sus casas para pasear a sus animales, serían aproximadamente 75 mil las personas que se evita que circulen”, señalaron los legisladores.
La posibilidad de retomar la actividad permitirá, además, que los perros estén más tranquilos por dar un paseo más largo como era su rutina. Los paseadores, por otra parte, respetarán el distanciamiento social con los dueños de los animales y tomarán los recaudos necesarios para cumplir los protocolos sanitarios.
Avrebaya tomó en consideración la economía actual de las personas que se desempeñan de ese rubro, y así lo fundamentó en el Salón Dorado: "Estos trabajadores están muy mal económicamente porque desarrollan una actividad diaria, de cuentapropista y este tipo de actividad necesita trabajar”.
Enfocado en el pesar de los animales y de sus dueños, explicó a este medio: "Durante el aislamiento se produce en una especie de crisis absoluta donde el animal sale poco o no sale, y quizás la persona mayor lo saca una cuadra y el perro que está acostumbrado a pasear más tiempo queda ansioso. Eso replica adentro de la casa con el perro estresado y la persona estresada. Los paseadores nos han planteado los cuidados sanitarios a seguir: la desinfección de las correas, el uso de barbijos y no irán a caniles sino que harán caminar a los perros. Esta es una actividad que fácilmente se puede incorporar como esencial”.
Asimismo, el legislador se refirió también al vacío legal en el que la actividad cayó: se entendía como permitida pese a no haber sido mencionada como exceptuada. “También tuve esa interpretación, pero la actividad no apareció en las excepciones aunque los paseadores consideraron que podían ser trabajadores esenciales ya que pueden ayudar a resolver la vida de las personas que están en el sistema sanitario... es una relación indirecta, pero necesita que el Gobierno diga que pueden trabajar”.
Algunos de estos trabajadores continuaron atendiendo a algunos de sus clientes particulares, no solo por un tema económico sino por necesidad de los dueños de los perros. Ese fue el caso del paseador Mario Rusconi que habló con Infobae sobre los notables cambios que las personas estaban notando en sus animales como tristeza, ansiedad y temores.
“Solía pasear todos los días a 23 perros y los dueños de tres de ellos me mandaron videos en los que manifestaban actitudes desconocidas y que los preocuparon mucho”, señaló Rusconi que había adelantado a este medio que los gremios que rigen la actividad habían realizado presentaciones al Gobierno porteño para que el trabajo fuera considerada uno de los esenciales.
“Se presentó el Protocolo de Seguridad que tenemos para contribuir con la cuarentena y a su vez acompañarla. No es solamente nuestra parte económica la que está afectada sino que por cada paseador que trabaja hay entre 15 y 25 familias que pueden permanecer en sus casas y cumplir con la cuarentena si nosotros paseamos sus animales. Nuestro pedido tenía doble propósito: favorecer a los animales y sus familias”, dijo.
Enterado del pedido, el diputado Abrevaya tomó nota porque además convive con dos perros que diariamente salían a la calle con un paseador.
“Este tema, personalmente, me preocupa desde el día uno de la cuarentena porque mis perros siempre salen con paseador. A los 10 días del aislamiento lo llamamos, le pagamos para ayudarlo y le preguntamos cómo estaba la actividad. Ahí supimos sobre la problemática que estaban atravesando. Particularmente siempre pensé que tenían que seguir trabajando porque, al igual que en otros sectores, los paseadores también necesitaban trabajar porque estan pasando hambre de verdad”.
Por su parte, tras la aprobación del proyecto el Sindicato de Trabajadores Caninos aseguró que “queremos agradecer a los diputados que acompañaron la declaración, por escuchar y comprender la realidad que estamos viviendo los trabajadores caninos y la importancia de que volvamos a las calles para colaborar con el aislamiento social en esta cuarentena”.
A continuación, el proyecto de ley completo.
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