Luego de la multitudinaria protesta anticuarentena que llevaron adelante los vecinos de Tigre, el intendente Julio Zamora aseguró que gracias a las cámaras de seguridad del municipio pudieron identificar a todas las personas que participaron de la caravana de autos.
“Tenemos cámaras que identifican a las personas que hicieron la manifestación y las pusimos en disposición de la Justicia”, remarcó Zamora, quien se mostró muy preocupado por la actitud de la gente en momentos donde los casos de COVID-19 están creciendo exponencialmente. De acuerdo a datos oficiales, en la última semana los casos se mutiplicaron por 5 en el conurbano bonaerense.
“Nos preocupa que luego del esfuerzo que hizo la comunidad de Tigre, donde es poco el nivel de infectados y bajísimo el nivel de fallecidos, hagan una movilización que conspira contra todo lo hecho”, señaló el intendente, e insistió en que el cuadro de situación puede cambiar de un día para el otro si se dispara la curva.
Este lunes por la tarde, los vecinos del complejo Villanueva organizaron una caravana “pacífica” en sus autos para protestar contra la extensión de la cuarentena y su impacto en la economía.
Lo hicieron pese a que el domingo a la noche la policía bonaerense había advertido que estaba “terminantemente prohibida” la movilización de vehículos.
A tono con la fecha patria, a las 18:15 salieron en una caravana de 30 autos con banderas argentinas y tocando bocina desde la puerta del barrio Santa Teresa en dirección a la estación de Tigre. Durante el camino que une un lugar y el otro –unos siete kilómetros de distancia– se sumaron autos provenientes de distintos barrios del partido de Tigre.
Indignado por la iniciativa, Zamora aclaró: “Hay formas de expresarse, pero rompiendo la cuarentena lo que hacemos es retroceder. Tigre avanzó en la apertura de industrias de autopartes, automotriz y plásticas. El camino es ir paso a paso y cuidar la vida de nuestros vecinos”.
Consultado acerca de por qué no hubo una acción policial para disuadir a los manifestantes, el jefe comunal explicó que esa acción le corresponde a la Policía de la Provincia de Buenos Aires. “Nosotros lo que hicimos fue monitorear todo a través del sistema de videovigilancia y pusimos a disposición todo lo que pasó ayer; ahora es la Justicia la que debe determinar lo que se tiene que hacer”, dijo al ser entrevistado en El Destape Radio.
Consciente de que los vecinos también están indignados porque no pueden salir a trabajar, Zamora apeló a la responsabilidad individual para que esto no vuelva a ocurrir. “Pusimos a disposición de la fiscalía que corresponde a nuestra jurisdicción todos los elementos probatorios para que estas personas sean procesadas como corresponda, de acuerdo a lo que determina la violación del artículo 205 de Código Penal”, enfatizó.
En Tigre, según explicó Zamora, “el nivel de contagio es de 20 personas cada 100 mil habitantes”, por lo que el municipio “está por debajo del promedio de la provincia”.
En ese sentido, desmintió que haya 26 infectados en un barrio humilde de Tigre. “Es una información falaz que llevó mucho miedo a la población. Estamos en una pandemia y hay que chequear la información. Pido responsabilidad a la hora de informar”, dijo.
Entre los manifestantes predominó el reclamo de poder volver a trabajar y, con ello, dar de comer a sus hijos y pagar los impuestos para que el Estado ejerza su función social.
“Después de más de 60 días encerrados decimos basta de manipulación y exigimos la reactivación del trabajo ya. Hemos aprendido cómo cuidarnos. Es nuestra responsabilidad estar sanos”, decía la convocatoria.
Zamora se animó a hacer otro análisis de los motivos que impulsaron la caravana de autos: “Hay algunas localidades cercanas al municipio de Tigre que han autorizado la salida administrada de vecinos de barrios privados. Eso es lo que ha provocado el enojo”.
Es la segunda vez que se lleva adelante una caravana de este tipo. Los vecinos afirman que los cacerolazos, por la distancia que hay entre las casas, no se escuchan. Por eso, también habían decidido salir con los autos tocando bocina, movilizados por la liberación de los presos.
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