Cumplir 100 años es un hecho extraordinario, cumplirlos en un contexto de pandemia mundial lo vuelve aún más inusual. En 1920, Hipólito Yrigoyen estaba al mando de la presidencia argentina, lo que pasó después es historia conocida, lo que está sucediendo hoy es irreconocible para muchos. En el medio del aislamiento por el Covid-19, y el probable estigma de estar en el grupo de riesto, este 6 de mayo Atilio llegó al centenario de vida. "¿Sabés cuál es el secreto para vivir tantos años? No hablar mal de nadie”, le dice a Infobae.
Ati -como le dicen sus cuatro nietos- está casado con Pilar, que tiene noventa años. "La conocí en una milonga. La invite a bailar, y para que acepte le tuve que mentir con la edad, le dije que tenía diez años menos”. De ese largo matrimonio nacieron sus hijos, Roxana y Hugo, quienes hoy los visitan una vez a la semana, en su departamento de Colegiales para asistirlos con las compras.
Este comerciante, hijo de italianos del sur, transitó innumerables hechos históricos y otras tantas transformaciones culturales y tecnológicas, aunque pocas están a la altura de esta pandemia. "Su estilo de vida no se vio modificado, salvo por el uso del alcohol en gel y la ausencia de reuniones con amigos y familia. Mis abuelos viven solos, no tienen ayuda. Comparten mucho tiempo juntos, hacen crucigramas, ven series en la tele, o miran el noticiero. A la tarde salen a balcón a tomar sol”, relata su nieta Sofía.
La fecha redonda ameritaba un festejo singular, algo quedó en pausa. “No habíamos organizado una gran fiesta para sus 100, pero sí algo especial. Somos una familia muy chica y unida, queríamos juntarnos los poquitos que estamos en Buenos Aires, a escuchar los tangos que tanto le gustan, soplar la velitas, y celebrar el siglo de vida”, reconoce Roxana.
Ante la imposibilidad de la presencia física, el cumpleaños adoptó el formato virtual, una opción que reina en estos tiempos para seguir conectados a la distancia. "Que paradójico llegar a los 100 y tener que soplar las velitas a través de una pantalla. Fueron tan distintos sus otros cumpleaños, que esta vez el cariño llega de manera virtual. Es imposible reemplazar el contacto directo pero ayuda en estos tiempos ”, reflexiona al respecto Sofía.
Cerca del mediodía, la sala de zoom reunió a los once integrantes de la familia con dirección en Bueno Aires, Miami y Londres. Con la ayuda de Sofía, en la pantallita central estaban Atilio y Pilar, que ni bien aparecieron en línea, empezaron con los saludos. Minutos después cantaron todos juntos el Feliz Cumpleaños con choctorta incluída y decoración alusiva a Boca Juniors.
Hubo tiempo para hacer un repaso en imágenes de su vida, a través de un video que Sofía se encargó de armar con recuerdos familiares. “Estaba muy emocionado, para él fue un sentido reencuentro. A su vez, no lograba dimensionar lo que estaba sucediendo, aunque sabía que se trataba de un regalo porque nos agradecía. Lo más simpático es que se preguntaba: ’¿me están cargando? ¿tengo 100 años...?”, describe su nieta.
Los regalos fueron oportunos para el contexto: una mesita plegable para que coma en su sillón -porque “nadie lo saca de ahí”-. También le obsequiaron unas remeras blancas, sus preferidas.
Días antes de la fecha, Sofía también hizo otro video, con su voz en off de fondo y lo publicó en sus redes sociales. Conmovió a más de uno, incluso a los desconocidos.
"..Atilio, que es como Ati y Lio. Es hijo de italianos bien tanos, se crío en una casa antigua, en el cruce de Boedo y San Juan. Fanático de Boca, del chocolate y de Carlos Gardel. Se sabe de memoria los diálogos del Zorro y le pone mucha azúcar al café”.
Hoy cumple 100 años, y tiene 10 años más que Pilar, mi abuela, su mujer. Cuando la conoció la sacó a bailar y le mintió: cambió el año en que nació para parecer menor.
Hoy cumple 100 años. Y nos toca explicarle que hoy los cumpleaños se festejan con zoom, que es una pantalla donde se ve a toda la familia en cuadraditos. Que ahí está Sebi desde Estados Unidos, desde Londres Danilo, y desde Belgrano Silvia y Raúl.
En el cierre, hace una pausa, e invita a la reflexión de los nuevos tiempos. “Me pregunto cómo será guardar tantos recuerdos. Me pregunto si entenderá todo lo que pasó en el medio. Tal vez nada tan gráfico como soplar las velitas y que el abrazo sea virtual.
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