El gobernador bonaerense, Axel Kicillof, empezó a definir hoy, después de una reunión con un equipo de epidemiólogos y expertos en salud, los próximos pasos de continuidad de una “apertura administrada” de la cuarentena, que impondrá desde el lunes en la provincia de Buenos Aires. Esto contemplará dos ejes: la flexibilización de salidas para el área de la producción industrial y la continuidad de restricciones en comercios y colegios.
Más allá de que Kicillof se alineará con lo que defina a grandes rasgos el presidente Alberto Fernández para la cuarta fase de aislamiento social en todo el país, el gobernador bonaerense se convenció hoy de que “no es bueno abrir indiscriminadamente” todas las actividades porque ello generaría una circulación exponencial de gente en las calles que haría potenciar un eventual pico de contagios de COVID-19. Esto es lo que le transmitirá en las próximas horas el mandatario bonaerense en la quinta de Olivos al jefe de Estado.
En líneas generales el consejo central que recibió hoy el gobernador Kicillof de parte de los epidemiólogos, en función de mantener la “curva semiaplanada” de casos que se observaron en las últimas semanas en la provincia de Buenos Aires, es seguir con una “cuarentena administrada” y flexibilizada por sectores, rubros y zonas específicas.
Según los datos recabados por el equipo de data de Infobae en base a fuentes oficiales, en el territorio bonaerense hay hasta el momento 1.874 casos de contagio de coronavirus mientras que el 27 de abril, que fue cuando se extendió la segunda fase de cuarentena, había 1.381 contagiados y el 15 de abril 729.
“Coincidimos plenamente con los infectólogos en que una apertura indiscriminada de la cuarentena será contraproducente, riesgoso y se podría tirar por la borda todo el esfuerzo que se hizo hasta ahora”, confió un allegado al ministro de Salud, Daniel Gollan.
En el encuentro de Kicillof con los epidemiólogos, además de Gollan y su vice Nicolás Kreplak estaban la vicegobernadora Verónica Magario y los expertos Juan Caraballeda, investigador del CONICET; la médica pediatra Rosa Bologna; el infectólogo Tomás Orduna; la investigadora de la Universidad de La Plata, Susana Ortale; Carlos Naón, presidente de la CIC; Elba Pagano, directora de Infectología del Instituto Jara de Mar del Plata; Leonel Tesler, director del departamento de salud de UNPAZ; Guillermo Docena, del Instituto de Investigaciones Inmunológicas del CONICET; Susana González Amaya del Hospital de Niños de La Plata y el infectóogo Sabino de Leo, entre otros.
De esta manera, la intención de Kicillof en base las recomendaciones de los expertos sanitarios es finalizar con el asilamiento social sólo en aquellas actividades productivas relacionadas con la industria y fábricas. El mandatario bonaerense entiende que esta rama de la economía moviliza una cantidad de gente controlable por horarios y zonas. Es decir que la apertura del aislamiento en este caso será focalizada.
Por el contrario, hubo coincidencias entre Kicillof y los expertos en salud en que los comercios, colegios o el área de la gastronomía no está en condiciones aún de levantar la cuarentena. Es que los especialistas alertaron al gobernador bonaerense de que los comercios de los grandes centros urbanos generan una circulación importante de gente en las calles que podría potenciar una ola de contagios con el desborde en hospitales que ello implicaría en el Conurbano.
En este sentido, los funcionarios bonaerenses dijeron que la idea es diferenciarse abiertamente de la estrategia de cuarentena por la que optó el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, que daría mayor flexibilidad a los comercios y shoppings de la ciudad de Buenos Aires.
De esta manera, se acordó que más allá de lo que defina el gobierno nacional la idea en la provincia de Buenos Aires es mantener cerrados los comercios, colegios y restaurantes. Se trataría eventualmente de una nueva diferencia de criterios entre Kicillof y Fernández luego del decreto presidencial que avaló las salidas recreativas de una hora y que el gobernador bonaerense junto con sus pares de Santa Fe, Córdoba y CABA rechazaron de plano.
En este sentido, Kicillof sólo avalaría la apertura de comercios en ciudades de menos de 500.000 habitantes y especialmente en aquellas donde hay bajos niveles de contagio. Según adelantó Infobae esta semana, hay unos 90 municipios bonaerenses que ya han flexibilizado bastante la cuarentena.
El anuncio de esta nueva etapa de cuarentena por parte del gobernador Kicillof se hará una vez que el presidente Fernández emita un nuevo decreto de ampliación de la cuarentena. Esto sería el domingo o antes de ese día. Es que el mandatario bonaerense quiere esperar para ver qué define la Casa Rosada en este sentido para alinearse a sus mandatos, pero mantener una línea propia de estrategia sanitaria.
Después de más de dos horas de reunión con infectólogos, el gobernador Kicillof también recibió un fuerte respaldo en la puesta en marcha del programa “búsqueda activa de casos febriles” para detectar y asilar contagiados en las villas miseria en al menos cinco municipios del Conurbano. Este opeartivo ya se empezó a ejecutar en Quilmes pero también seguirá en las comunas de Moreno, La Matanza, San Martín y Merlo. Es que en estos lugares es donde Kicillof y su equipo detectó una doble peligrosidad: elevado nivel de población en situación vulnerable hacinada en barrios populares y un crecimiento de casos recientes de COVID-19.
Según la base de datos del equipo de Infobae sustentada en cifras oficiales, hasta anoche en La Matanza había 147 casos de contagio, tres muertos por COVID-19 y hubo 21 contagiados relacionados con trabajos de la salud; en San Martín hay 107 casos, 7 fallecidos y 21 médicos contagiados del Hospital Manuel Belgrano; en Quilmes se registraron hasta ahora 65 contagios, tres muertos y uno de estos era un trabajador de la salud; en Merlo hubo 74 casos con cinco fallecimientos registrados y en Morón 48 casos con seis fallecidos.
El operativo que se realizó en Quilmes y se repetirá en los cinco municipios que están bajo la mira de Kicillof y su equipo contempla una suerte de “rastrillaje” por cada caso para tomar la fiebre de personas con síntomas de malestar, aislarlos en camiones especiales a aquellos que estén con fiebre o dolor de garganta y hacer un “bloqueo” a las familias para que hagan una cuarentena estricta y no propaguen un eventual contagio en el barrio.
El mismo nivel de alerta de eventuales brotes masivos de COVID-19 en barrios populares se registró en la ciudad de Buenos Aires donde Rodríguez Larreta junto con el gobierno nacional también desplegaron operativos de contención y prevención.
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