Este sábado, se registró la primera muerte por coronavirus en la Villa 31 del barrio porteño de Retiro. Se trata de una jubilada de 84 años quien era la madre de la primera contagiada en ese asentamiento, una mujer de 43 años que ya se recuperó y fue dada de alta hace dos días atrás.
Según precisaron fuentes del gobierno nacional, la mujer estaba internada desde el 20 de abril en el Hospital Rivadavia. “A la semana de su internación había sido intubada y luego quedó en terapia intensiva con pronóstico reservado, producto de una falla hemodinámica y renal. Ayer, su cuadro había empeorado y hoy falleció pasado el mediodía”, comunicaron.
El marido de la mujer fallecida también dio positivo para la COVID-19. En su caso, había sido internado con un grave cuadro de neumonía el mismo día que su mujer. Actualmente, continúa recuperándose en el Hospital de Clínicas.
En Capital Federal, la curva de contagios continúa creciendo. La pandemia se hace sentir mucho más en los sectores vulnerables, donde solo hasta el jueves pasado, se habían contabilizado 124 casos positivos, lo cual representa un 10% del total de infectados en la ciudad de Buenos Aires.
La Villa 31, donde hay más de 40 mil habitantes, y la 1-11-14 de Bajo Flores, donde viven más de 53 mil personas, son las que presentan los niveles más elevados de contagiados.
La gran cantidad de gente concentrada en los barrios carenciados hace que el distanciamiento físico resulte muy complicado de cumplir. A eso se le agrega las interrupciones ocasionales del suministro de servicios. En los últimos días, vecinos, referentes barriales, organizaciones sociales y un puñado de legisladores denunciaron falta de agua potable y cortes de luz.
Ambas problemáticas agravan la situación de las barriadas donde también preocupa el avance del dengue y donde las condiciones ambientales y habitacionales provocan que el acatamiento del aislamiento obligatorio establecido por Alberto Fernández desde fines de marzo opere de una manera muy particular, en una suerte de “cuarentena comunitaria”.
La situación despertó alarma entre los vecinos y las autoridades del gobierno porteño. Frente a esta realidad, el propio jefe de Gobierno de la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta, reconoció que trabaja para aminorar el impacto. “El aumento de casos va a llegar y el objetivo es prever y reducir su impacto con el cuidado de todos y en especial de los adultos mayores. Necesitamos que nos sigan acompañando en el uso de barbijos, el aseo, distanciamiento social y salir lo mínimo indispensable y apelamos a la responsabilidad individual”, pidió.
A raíz de esto, las autoridades reforzaron las cuatro líneas de acción orientadas a mitigar el impacto del virus. Se repartieron folletos en la modalidad “bajo puerta” para evitar contacto entre las personas y se comunicaron las medidas de prevención vía redes sociales y grupos de WhatAapp a cargo de los referentes de cooperativas barriales. También se implementaron acciones en radios comunitarias y a través de instituciones religiosas y los curas villeros.
Además, se realizan recorridas territoriales con megáfonos por las calles internas de los barrios y se articuló la comunicación con comedores barriales para que entreguen material de difusión junto a las raciones de comida. En todas esas oportunidades se aprovechó para informar sobre la prevención del dengue.
Según el último informe del Ministerio de Salud de la Nación, el total de infectados en el país asciende a 4.681, de los cuales 237 fallecieron. El total de personas recuperadas se eleva a 1.320 (el 29%), mientras que 2.983 siguen con la infección en curso. En terapia permanecen 164 pacientes.
En las últimas 24 horas se registraron 12 nuevas muertes por coronavirus y 149 contagios. Del total de esos casos, 917 (19,6%) son importados, 2.012 (43%) son contactos estrechos de casos confirmados, 1267 (27,1%) son casos de circulación comunitaria y el resto se encuentra en investigación epidemiológico.
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