Hasta ahora, las manifestaciones cutáneas causadas por el nuevo coronavirus pasaban desapercibidas. Sin embargo, recientemente, un trabajo publicado en la revista British Journal of Dermatology, y que ha recibido el apoyo de la Academia Española de Dermatología y Venereología, arrojó que las lesiones cutáneas se pueden clasificar en cinco patrones asociados a un pronóstico específico de la infección por COVID-19.
Tras haber recabado y analizado 375 casos -bien por cumplir criterios clínicos o bien por confirmación en laboratorio y alteraciones cutáneas concomitantes sin una causa conocida-, el estudio “COVID Piel” puede ofrecer ya sus conclusiones. Además, de recoger información sobre el estado de salud de los participantes, también se han tomado fotografías de cada uno de los problemas cutáneos, algo que ningún otro estudio hasta el momento había conseguido.
El análisis y el uso de un método de consenso han mostrado que se pueden establecer cinco patrones de manifestaciones cutáneas: erupciones similares a sabañones en zonas acrales (19%); erupciones vesiculosas (9%); lesiones urticariformes (19%); erupciones máculo-pápulosas (47%) y livedo-reticularis o necrosis (6%).
Las manifestaciones cutáneas de la enfermedad se han hecho más fáciles de leer, gracias al estudio multicéntrico en el que participaron casi un centenar de dermatólogos españoles, liderado por Cristina Galván Casas, del Servicio de Dermatología del Hospital Universitario de Móstoles en Madrid; Alba Català Gonzalo, del Servicio de Dermatología y Venereología del Hospital Plató de Barcelona y Gregorio Carretero Hernández, del Servicio de Dermatología del Hospital Universitario Gran Canaria Doctor Negrín de Las Palmas de Gran Canaria.
“Lo que hemos visto, además de categorizar las manifestaciones cutáneas en cinco grupos, es un gradiente de enfermedad, de menos grave en los casos donde había pseudo-sabañones a más graves en pacientes con lesiones livedo-reticularis, que presentaban más casos de neumonía, ingresos hospitalarios y necesidad de atención en cuidados intensivos”, señala el doctor Ignacio García-Doval, director de la Unidad de Investigación de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).
Cada uno de estos patrones se ha podido asociar con unas características específicas de pacientes, evolución y gravedad de la enfermedad:
Las erupciones acrales similares a sabañones (manos y pies) aparecían como áreas de eritema o violáceas, vesículas y pústulas. Son frecuentemente asimétricas. Este tipo de lesiones se detectó en el 19% de los casos, en pacientes más jóvenes, en las etapas tardías del proceso COVID-19, con una duración de 12,7 días y estaban asociados a un pronóstico menos grave.
Las erupciones vesiculosas, detectadas en el 9% de los casos, se han visto principalmente en el tronco. Consistían en pequeñas vesículas monomórficas (lesiones muy similares entre ellas) a diferencia de las que aparecen en la varicela que son polimórficas. En ocasiones asentaban en las extremidades y podían tener contenido hemorrágico, agrandarse o diseminarse. El estudio ha mostrado que este tipo de manifestación se asocia a una gravedad intermedia y es más frecuente en pacientes de edad media. Suelen durar unos diez días y aparecer junto con los síntomas generales, en ocasiones antes que ellos.
Las lesiones urticariformes, el tercer tipo de patrón, se han registrado en el 19% de los casos, se han visto principalmente en el tronco o dispersas por el cuerpo, en algún caso en las palmas de las manos. Su duración media es de 6,8 días. Suelen producir intenso picor. Este tipo de manifestación se han observado en pacientes más graves y con más frecuencia han aparecido al mismo tiempo que otros síntomas vinculados a la COVID-19.
Máculo-pápulas, las manifestaciones más frecuentes, fueron detectadas en el 47% de los casos, el cuadro dermatológico es con frecuencia similar al de otras infecciones víricas. En ocasiones muestras patrones específicos, cómo la distribución peri-folicular, o similar a pitiriasis rosada o eritema multiforme. Duran 8 o 9 días de media. También se han visto en pacientes más graves.
Por último, las lesiones que orientan a obstrucción vascular, cómo la livedo-reticularis y la necrosis, se han encontrado en el 6% de los casos, han aparecido en los pacientes de más edad y más graves (en este grupo se registró un 10% de mortalidad). Los pacientes mostraron grados diferentes de afectación, incluyendo áreas de isquemia acral o en el tronco. Sin embargo, las manifestaciones COVID-19 en este grupo fueron más variables, cómo es el caso de la livedo reticular transitoria en pacientes jóvenes con buena evolución del proceso.
Adriana Raimondi, médica dermatóloga miembro de la Sociedad Argentina de Dermatología y de la Academia Americana de Dermatología, asegura que “los dermatólogos tenemos obligación de pensar en COVID-19 en pacientes que presenten lesiones de tipo vascular, de las categorizadas en este estudio y de hacer las preguntas correspondientes como si el paciente ha tenido fiebre, tos, o pérdida del gusto o el olfato”. “Las lesiones dermatológicas vienen a sumarse al grupo de síntomas ya conocidos”, sostuvo la especialista en diálogo con este medio.
“El trabajo en muy completo y tiene una revisión de un número muy alto de casos. Lo que los dermatólogos conocemos es que todas las enfermedades virales pueden tener manifestaciones cutáneas. Esto es muy variado en la presentación pero estamos acostumbrados a ver distintos tipos de manifestaciones como muestra el estudio y el COVID-19, no escapa a estas características”, advirtió sobre el estudio.
Para Raimondi se trata de lesiones de tipo vascular. “A menudo el amplio rango de manifestaciones cutáneas pueden confundirse con una reacción alérgica tanto en el tronco como en lo miembros. Sin embargo, es particularmente importante la consulta frente a estas lesiones porque a veces los pacientes infectados son asintomáticos y podría tratarse de una manifestación única o que alerte para hacer el diagnóstico", concluyó.
“La investigación española permite ver las manifestaciones dermatológicas de menor a mayor gravedad. Los pacientes con livedo reticularis o necrosis eran pacientes que llegaban a una terapia intensiva, neumonía y un muy mal pronóstico”, explicó en diálogo con Infobae Claudia Sánchez, dermatóloga de Halitus Instituto Médico.
Hay que tener en cuenta, aclara la investigación, que no se puede descartar que existan otras causas detrás de algunas de estas manifestaciones cutáneas, sobre todo en el caso de las lesiones urticariformes o en las máculo-pápulas, que pudieran tener otras causas, como las reacciones a alguno de los muchos fármacos que han recibido. Sin embargo, este trabajo no tenía por objetivo conocer las causas que están detrás de estas manifestaciones sino establecer la semiología cutánea y analizar su valor diagnóstico y pronóstico.
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