El ministro de transporte alemán llevaba semanas hablando de la efectividad con la que una primera partida de mascarillas habían llegado al país transportadas en vuelos de la línea aérea Lufthansa. Andreas Scheuer incluso resaltó en sus redes sociales lo bien que se había desarrollado la logística. Se trataba de una primera entrega de un paquete mayor acordado, de unas 100 millones de máscaras.
Es que los barbijos se han transformado en un bien de primera necesidad en un mundo puesto en jaque por la pandemia del coronavirus, que ya dejó más de 200.000 muertos a nivel global. En este contexto, las potencias llegaron incluso a pelearse por estos productos y a cruzar acusaciones de “piratería moderna”.
Sin embargo, las mascarillas que llegaron de China resultaron ser “una basura”, según informa el diario alemán Der Spiegel. Citando al dueño de la empresa importadora, una compañía que usualmente se dedica a la ropa deportiva, el diario afirma que los barbijos llegaron con los filtros en mal estado y con las cintas rotas. “Todas Basura”, dijo la fuente al sobre las 11 millones de mascarillas.
Alemania se suma así a la larga lista de estafados. Ayer, por ejemplo, el Departamento de Salud de Canadá reveló que un millón de mascarillas KN95 adquiridas a China resultaron defectuosas. No cumplen las normas federales de calidad para su uso contra el coronavirus y, por lo tanto, no se distribuyeron entre el personal sanitario.
“Se descubrió que esa importante cantidad de mascarillas pedidas a China están por debajo de los estándares de protección necesarios para combatir el COVID-19”, afirmaron desde el gobierno al local Globe and Mail. “Canadá se enfrenta a la competencia de países de todo el mundo por equipos médicos de protección en este momento”, afirmó el Departamento de Salud, y agregó que Ottawa a veces “se ve obligada a comprar equipos vitales de proveedores desconocidos”.
Las mascarillas estaban destinadas a los trabajadores de la salud que están en la primera línea del tratamiento del brote de coronavirus.
Algo similar ocurrió días atrás en España. La semana pasada el Ministerio de Sanidad español ordenó a las comunidades autónomas que retiren una partida de más de 140 mil mascarillas después de que el Ministerio de Trabajo y Economía Social haya avisado que no cumplen con la normativa europea.
El producto defectuoso está identificado como mascarillas FPP2 de la empresa Garry Galaxy, una firma que se encuentra entre los proveedores del Ministerio de Sanidad de España, y que figura en el listado de fabricantes de material sanitario autorizados por China. “Un par de lotes de mascarillas de un proveedor autorizado, presentaba dudas. Fueron analizadas y un lote cumplía los requisitos y otro presentaba problemas, por lo que se ordenó su retirada”, anunció el ministro de Sanidad español, Salvador Illa.
Según informó TVE, el resultado del estudio indicó que las mascarillas contenidas en envases verdes no cumplían con ninguna clasificación indicada en la norma ‘UNE-EN 149:2001+A1:2010’. Las mascarillas llevan marcado N95 y código de barras 6 972306 630042. Se trata de una mascarilla autofiltrante, plegada, con pinza nasal, con arnés de cabeza consistente en cintas elásticas que pasan por detrás de las orejas.
China ha exportado desde principios de marzo casi 4.000 millones de mascarillas para luchar contra la pandemia. Pese a la disminución de casos en su territorio, Beijing instó a las fábricas a aumentar la producción de equipos médicos en momentos en que otros países se enfrentaban a la falta de materiales.
Desde el 1 de marzo, el gigante asiático ha exportado a medio centenar de países 3.860 millones de mascarillas, 37,5 millones de trajes protectores, 16.000 respiradores y 2,84 millones de kits de diagnóstico de COVID-19, declaró Jin Hai, una responsable de los servicios aduaneros.
Sin embargo, casi dos meses después, crecen las denuncias de diferentes países sobre la calidad de los productos.
Holanda es otro país que integra esa lista. El 28 de marzo denunció que 600.000 mascarillas no cumplían las normas de calidad, no se ajustaban debidamente en el rostro y algunos filtros no funcionaban correctamente.
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