Un numeroso grupo de participantes de todo el mundo siguieron con atención, durante más de una hora, un revelador simposio científico virtual organizado entre el Hospital Universitario Austral de Argentina y la Universidad de Navarra, España. Allí, dos médicos españoles compartieron sus experiencias y lecciones aprendidas en la primera línea de atención frente al COVID-19, con la singularidad de que uno de ellos, el doctor Josepmaría Argemí, médico hepatólogo, investigador de la Universidad de Navarra (UNAV) y profesor asociado adjunto de la Universidad de Pitsburgh, tuvo coronavirus.
Los prestigiosos disertantes fueron presentados por el doctor Fernando Iúdica, director médico del Hospital Universitario Austral y por la doctora Wanda Cornistein, jefa de control de infecciones del Hospital Austral.
“Lo que me pasó es que fui el primer médico en contraer coronavirus en mi hospital; me enviaron a casa, testearon a todos mis contactos y los colegas del centro de investigación -los cuales resultaron todos negativos-. Haber tenido tiempo libre durante el transcurso de mi infección que fue más bien de leve a moderada, hizo que empezara a estudiar más a fondo el COVID-19 y allí comencé a recopilar una serie de datos de la primera línea de atención ”, explicó al tomar la palabra el doctor Argemí.
El hepatólogo se refirió a la clínica, al diagnóstico y al tratamiento del nuevo coronavirus SARS-CoV-2 . La recopilación de datos que hizo el grupo científico español, liderado por el hepatólogo Argemí - permitió descubrir detalles de las características del virus SARS-CoV-2; la evolución clínica de la neumonía asociada a COVID-19 , en Wuhan, China; y trazar una descripción de la neumonía por COVID-19, el tratamiento antiviral y la permanencia del virus en objetos y su capacidad infectiva.
“Estamos ante una enfermedad que se comporta de manera bastante parecida en todo el planeta, no tiene un comportamiento especial de acuerdo a las etnias o a las geografías, lo cual también es importante aclarar”, sostuvo Argemí .
“A partir de la investigación del comportamiento del virus y del análisis de la pandemia podremos tener una idea bastante precisa de lo ocurrido en España. Por ejemplo, que la estructura molecular del coronavirus se asemeja más a las halladas en murciélagos; que el SARS-CoV -2 posee dos grandes proteínas catalíticas; y que la proteína con forma de espiga (spike en inglés) que usa el coronavirus para infectar el cuerpo humano emerge como “una punta” del virus que le permite unirse a la membrana celular -al llamado receptor AC2-. Pudimos determinar que el huésped intermedio es el murciélago”, argmentó Argemí.
Entre la conclusiones de los estudios científicos que el hepatólogo Argemí seleccionó y compartió con la audiencia mundial se refirió a la epidemiología de la neumonía por COVID-19. Allí destacó que podría estar afectando más a hombres que a mujeres, de edad media joven (50 años), con co-morbilidades comunes como hipertensión y diabetes.
A su vez, afirmó que “la presentación de síntomas es invariable: fiebre, tos seca, astenia o fatiga general, y en los casos que van a ser intubados se presenta la disnea e hipoxemia (ahogo o dificultad en la respiración) precozmente".
“El laboratorio de los pacientes con COVID-19 al ingreso en el centro médico mostró con alta frecuencia linfopenia - un número menor de linfocitos en sangre - y hipoalbuminemia - albúmina baja, la principal proteína de la circulación sanguínea-.
Los factores asociados a muerte durante el ingreso al hospital de los pacientes por neumonía COVID-19 fueron: la edad, el sistema de medición diaria de falla orgánica múltiple o SOFA por sus siglas en inglés, el dímero D -prueba que evalúa trastornos de la coagulación en sangre- y los valores de IL6 ”, explicó Argemí, quien agregó que “llamó la atención los elevados niveles de ferritina y el dímero D en estos casos”.
“COVID-19 es una enfermedad heterogénea que en algunos pacientes progresa rápidamente, mientras que en otros no. En mi caso por ejemplo me contagié, y no tuve ningún tipo de enfermedad grave, solo una tos seca que me permitió hacer una vida completamente normal, aunque dentro de mi habitación y completamente aislado”, contó Josepmaría Argemí.
El experto también se refirió a que cuando el virus “se pega” en objetos como el plástico y el acero, éstas superficies lo retienen durante horas y allí es donde se producen más contagios de manera indirecta. A su vez, manifestó que el SARS-CoV-2 puede ser transmitido por personas asintomáticas, por lo cual insistió en que las medidas de distanciamiento social y el uso del barbijo o tapabocas son esenciales.
En su presentación, el doctor Manuel Landecho, médico adjunto del Departamento de Medicina Interna Clínica Universitaria de Navarra (CUN) afirmó que “hemos tenido una tasa en torno al 10% de pacientes fallecidos en nuestra CUN, donde de los 260 pacientes que ingresaron han muerto 16, con una baja tasa de intubaciones. Es decir, hemos tenido resultados razonablemente buenos”. “Una de las cosas que hemos hecho fue intubar a los pacientes en los que esta práctica fuera indiscutible e inminente, los teníamos en cuidados intensivos, y hemos tenido en planta pacientes ventilados con pronóstico de buena saturación: aguantaron bien y no se fatigaron”, agregó.
Según explicó Landecho, “una de las cualidades específicas de este virus es que produce mucha taquipnea -una respiración rápida-, bastante hipoxemia y poca disnea; es muy llamativo que los pacientes tengan que parar a tomar aire, pero sin quejarse por ahogos o dificultad respiratoria aguda”.
Respecto a la mortalidad, Landecho manifestó que “la edad media de las personas que han muerto en nuestra clínica está entre los 80 y los 95 años, todos ellos tenían co-morbilidades preexistentes, 15 eran hipertensos”.
El experto internista hizo foco en una particularidad alarmante del COVID-19 : “es distinto que uno no se vaya a morir , a que uno no vaya a tener una enfermedad grave. Hay mucha gente joven con infecciones muy graves pero por la propia fisiología aguantan”.
“El 100% de los pacientes que se nos han muerto y el 95% que atendemos en el ingreso han tenido complicaciones respiratorias, pero el virus puede presentarse de cualquier manera. Tenemos confirmadas conjuntivitis por COVID, pericarditis -irritación de la membrana cardíaca-, anosmias - falta de olfato- y pérdida del sentido del gusto, entre otras manifestaciones o síntomas relacionados”, indicó Landecho.
“Es muy llamativo también que en todos los pacientes que ingresaron a la Unidad de Cuidados Intensivos hayan presentado marcadores de daño miocárdico muy elevados. Y curiosamente son pacientes que hicieron poca insuficiencia cardíaca clínica, es decir que hay escasa sobrecarga del volumen de sus corazones”, analizó.
Al cierre de la charla virtual, los especialistas Argemí y Landecho coincidieron en que el tratamiento siempre debe estar basado en la evidencia científica disponible, teniendo en cuenta la gravedad, urgencia y rapidez con la que se esparce el SARS-CoV-2 en el mundo.
SEGUÍ LEYENDO: