Nadie da precisiones. Todos miran un poco para otro lado. Sólo el ministro de Salud, Ginés González García dijo que los médicos cubanos vendrían. Pero ni cuántos, ni cuándo, ni dónde. La chispa se encendió y los profesionales de la salud argentinos pusieron el grito en el cielo. Desde los colegios profesionales hasta médicos varados en el mundo, las quejas no tardaron en llegar.
Juan Manuel Jimenez Torrado, es médico Urólogo (MP 449512 y MN 116314), tiene 40 años y hace 14 que ejerce en el Hospital Central de San Isidro y en dos clínicas privadas. “Tanto el hospital como los sanatorios en los que trabajo se encuentran prácticamente vacíos, parece que fueran todos los días domingo. Queda claro que no existe ninguna necesidad ni urgencia en la incorporación de personal nuevo. Antes de traer médicos cubanos, que traigan los profesionales argentinos que están varados esperando volver. A mi me angustiaría muchísimo estar lejos de casa en este momento”.
Su posición tiene dos pilares: una, que no son necesarios en este momento: hay -según el propio ministerio de Salud- entre 650 y 670 mil médicos. Y el segundo, la laxitud en el control de quiénes se pondrán a decidir sobre la vida y la muerte de argentinos. "Si bien estaba el rumor de que iban llegar médicos extranjeros como una refuerzo de la dotación actual de profesionales argentinos, ayer en la pagina del Colegio de Médicos apareció que autorizarían sus matrículas sin reválida, automáticamente. Es una planilla de una carilla con datos básicos: nombre, apellido, donde viven, que especialidad tienen, una foto del titulo. Por lo general, el Colegio de Médicos, en la zona 4 a la que pertenezco, que es San Martín, Don Torcuato, San Isidro, Tigre, y otras, por lo general es bastante riguroso, cuida mucho a quién va a matricular. Se piden datos, se verifican y se homologa. Pero en el caso de los cubanos, no. Yo, siendo argentino y habiendo estudiado en el país, tuve muchos mas requisitos para matricularme que esta gente. Mandé un pedido de explicaciones al Colegio y me dijeron que lo hicieron por orden del Ministerio de Salud y no tuvieron más remedio que cumplir. Se empezó toda una movida, porque la verdad es que no hacen falta. Es una falacia que existe una urgencia en la incorporación de médicos ya que la capacidad de respuesta sanitaria se encuentra actualmente holgadamente disponible.
-¿Cuál sería la forma correcta de validar un título?
-Nosotros tenemos un montón de compañeros extranjeros. Llegan con sus títulos, los llevan a la Facultad de Medicina, o a la Secretaría de Salud, hacen los trámites para ver que ese documento es válido,esperan de una semana a un mes, y les devuelven el título homologado. Y así se comprueba que son médicos recibidos. Hay países con quienes hay convenios. Si uno estudia en ellos puede homologarlo, no debe dar una reválida. Es un trámite administrativo, un paso indispensable.
-¿Esta sería la mayor observación?
-Hoy no se necesitan. Pero si quieren venir, tienen que hacer los mismos trámites que cualquiera persona que quiere venir a trabajar a la Argentina.
-En este momento, muchos médicos recién recibidos pero con el título en trámite son aceptados, por la emergencia, para eventualmente atender pacientes con Covid-19. ¿No sería el mismo caso?
-Si. A ellos se lo están agilizando. Algunos ni lo hacen. Y eso es un problema, porque si uno tuviera realmente la urgencia, se entiende. Pero hoy no está esa urgencia.
-¿Por qué dice que no hacen falta?
-No hay necesidad de ningún refuerzo ahora. El hospital, por ejemplo, está prácticamente paralizado. Un servicio que atiende a 80 pacientes por día hoy atiende a 4. La guardia pasó de atender a mas de 200 personas por día a menos de 20. La gente no va. Los pacientes no concurren salvo por urgencias y las cirugías programadas se han reprogramado con fecha incierta. Al hospital va sólo la gente que está con mucha necesidad. No es que hay cataratas de consultas por sospecha de síntomas de Covid-19, para nada. Son muy pocos. Y con los que van se cumplen todos los protocolos. Hay pisos disponibles para internar a la gente, y a medida que pasan los días cada vez se tienen más cosas. El pico no ha llegado o tal vez nunca llegue. A los pacientes que puedan venir se los espera con tiempo y con todo preparado. Entonces, de repente, mientras uno hace todo el esfuerzo -yo soy urólogo y estoy capacitándome en atención a pacientes respiratorios agudos- aparece que van a traer una dotación de médicos sin revalidar títulos y los pondrán a trabajar de una.
-¿De qué manera se están preparando médicos de otras especialidades para atender Covid-19?
-En mi hospital se consiguió un simulador, un maniquí similar a una tráquea y faringe humanas. Entonces, los anestesistas van instruyendo a los médicos de otras especialidades, como yo, para el caso en que sea necesario. En Tigre, por ejemplo, a todos los médicos los hacen participar en las guardias. Nos preparamos por si hiciera falta que todos tengamos que intubar pacientes.
-Por lo general, se dice que la medicina cubana es de excelencia y los profesionales de ese país están muy bien preparados.
-Opino que en un momento, cuando Cuba estaba en su apogeo con los fondos de la Unión Soviética, su medicina andaba bien. Eso fue hace muchos años. Después de los ’90 dejó de ser así. En los congresos mundiales a los que voy, por lo menos de mi especialidad, no veo trabajos cubanos. No se presentan datos interesantes de la medicina cubana como para decir que esta avanzada o mejor. Entonces tampoco me consta que la medicina de ese país sea mejor que la nuestra. En Latinoamérica, hoy la brasileña está muy bien, e incluso la chilena, pero no la cubana. No tiene la jerarquía de tuvo en algún momento.
-Me imagino que su opinión no estará basada en una posición ideológica. ¿Diría lo mismo si los médicos fuesen norteamericanos?
-A ver. Si dijeran que vienen médicos italianos o españoles, que tuvieron gran experiencia por la cantidad de pacientes con Covid-10 que trataron, sería enriquecedor y aportaría. Incluso los de Nueva York, que tendrían que llegar dentro de dos meses por la situación que viven. Pero que vengan de un lugar donde el Covid-19 no es endémico y sin experiencia en el manejo de esa patología, no aporta. Además, el número de 200, los que dicen que vendrán, tampoco va a dar vuelta una situación.
-¿Cómo evalúa la curva de contagios por Covid-19 que hay en nuestro país? ¿Se está achatando?
-Se está haciendo un buen trabajo. En ese aspecto estamos bien. No se si va a servir, pero se espera que con esto ande todo bien. Hoy no hay un pico. No explotó. Por ahí en una semana sí.
-¿Por qué en una semana sí?
-Porque cada vez sale más gente a la calle. Hay un tránsito casi normal. Pero por ahora son pocos los casos.
-Como médico, ¿ve apresurado levantar una cuarentena rígida?
-No. Lo que se logró con esto es que la gente aprenda a tomar distancia y a cuidarse. Pero en algún momento hay que levantar la cuarentena. Al consultorio han dejado de venir muchos pacientes: los que tienen cáncer, o han tenido un infarto. En algún momento hay que arrancar a atenderlos. Lo mismo pasa con la economía. En algún momento hay que arrancar. Pero, sin dudas, habrá un pico más alto.
-Ya hay cerca de 450 contagios entre profesionales de la salud. ¿Cómo está la provisión de insumos?
-Fue todo un tema, sobre todo al principio. Primero se dijo que no hacía falta usar barbijo, sólo tomar la temperatura a los pacientes y la limpieza de manos. Después, nos dijeron que era conveniente usarlos, pero la importación estaba manejada por el ministerio de salud, entonces sólo llegaría lo que enviaran. La semana que pasó, en la provincia de Buenos Aires dijeron que sería obligatorio el uso en el hospital, y aparecieron los barbijos para todos, no se demoró la entrega. En los hospitales públicos tenemos. Y en el sector privado, hay algunas clínicas muy buenas y otras como las que salen en las noticias de los médicos contagiados, donde faltan. Y no llegan insumos porque tienen deudas con los proveedores desde antes de esta crisis, y ahora, cuando se los piden, no se los mandan. Entonces les faltan barbijos y tuvieron que recurrir a tapabocas caseros.
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