La confirmación de dos casos de coronavirus en buques pesqueros del puerto de Mar del Plata colocó en estado de alerta a los trabajadores portuarios. El riesgo de un posible contagio impulsó a que el sector de estibadores arrancara una serie de protestas, en reclamo de mayores medidas preventivas para la actividad. Las quejas se suman a los planteos que ya venían realizando otros trabajadores del sector, con críticas a los controles sanitarios vigentes.
“Yo quisiera que vengan las autoridades a ver cómo estamos trabajando y se van a dar cuenta de que nos están mandando al matadero”, sostuvo el secretario general del gremio de los estibadores (SUPA), Carlos Mezzamico. Según el dirigente sindical, los trabajadores del sector “sienten miedo” porque su tarea no se puede modificar y “no hay un metro de distancia” para desarrollar las labores.
Los estibadores llevaron adelante hoy un corte en los accesos de las terminales 2 y 3 del puerto de Mar del Plata, junto a afiliados a diferentes gremios del rubro de la pesca. Fue después de que se confirmaran dos casos positivos en la actividad. Los contagios alcanzaron a un tripulante del Scirocco, un buque de la empresa Solimeno dedicado a la captura de calamar, y otro del Atlantic Surf III, embarcación de pesca de vieira, de la firma Glaciar Pesquera S.A.
El intendente de Mar del Plata, Guillermo Montenegro, informó que se ordenó realizar un nuevo hisopado para corroborar oficialmente ambos casos y se dispuso la activación de un protocolo preventivo a todo el personal de las embarcaciones. De esa manera, todo el personal deberá cumplir el aislamiento a bordo.
Los dos trabajadores afectados son asintomáticos y habían sido testeados masivamente en los últimos días por decisión de las empresas propietarias de los barcos. Ayer se confirmaron los primeros resultados. El tripulante del Scirocco fue hisopado al igual que los otros 29 trabajadores del buque, antes de que zarpara desde Mar del Plata el último fin de semana. El positivo se corroboró cuando estaba navegando a la altura de Bahía Blanca, por lo que tuvo que regresar a la ciudad del municipio de General Pueyrredón.
Por su lado, la tripulación del Atlantic Surf III fue testeada antes de embarcar, pero el buque permaneció amarrado. Ese es el contagio que causa mayor preocupación en Mar del Plata. El afectado se trata de un jefe de máquinas, de 45 años, que en los últimos diez días mantuvo contacto con el personal de los obreros navales, tripulantes y trabajadores del puerto. Por lo tanto, se presume que pudo haber propagado la infección hacia un importante conjunto de personas.
“Nos mandaron a la guerra sin balas”, sostuvo a Infobae Jorge Frías, titular de la Asociación Argentina de Capitanes, Pilotos y Patrones de Pesca y uno de los directores de la Liga Naval Argentina. Su entidad viene reclamando desde el 30 de marzo ante la Secretaría de Pesca de la Nación, a la Prefectura Naval y a las autoridades laborales y sanitarias para que se implementen “protocolos con instrucciones precisas” a fin de que la pesca industrial se realice de manera segura.
“Entre las propuestas, nosotros planteamos que se garantice el aislamiento y se realicen hisopados o análisis necesarios para asegurar que el virus no salga a navegar con la tripulación. Veinte días atrás, la respuesta fue que esto era inviable”, planteó el referente marítimo. Si bien su sector finalmente pudo acordar un procedimiento específico que fue presentado el pasado 11 de abril, Frías mantuvo su postura crítica sobre los controles vigentes que se estuvieron llevando adelante en la actividad.
"Dado que los hechos no se evitaron, entendemos sin dudas que el puerto de Mar del Plata debería aislarse por 15 días y realizar todos los controles posibles de las personas que transitaron, desde antes de la zarpada de los buques involucrados, como el Sirocco congelador y el fresquero Don Miguel I”, expresó Frías.
Por su lado, los estibadores advirtieron que el protocolo no se estaba aplicando y sobre la problemática situación que involucra a su rubro de la actividad portuaria, que se dedica a la carga y descarga de los barcos. En el marco de los cortes llevados a cabo en las terminales, el SUPA elaboró un petitorio en el que reclama mayores controles sanitarios y preventivos.
“No nos negamos a trabajar, pero los trabajadores quieren estar seguros de que tanto arriba de los barcos como en la estiba no está el virus. Queremos hisopados para todos los trabajadores del puerto, sean del gremio que sean, porque está en riesgo la salud del compañero y de su familia”, indicó Mezzamico en declaraciones a la agencia Télam.
Por lo pronto, los tripulantes de los buques afectados quedarán bajo revisión médica y no bajarán a tierra hasta que se corrobore que no pueden contagiar a otras personas. La medida no conforma a los sindicatos del sector, que reclaman que se apliquen las medidas de aislamiento en hoteles, como ocurrió con los turistas de otras jurisdicciones.
Hacia el mediodía, el intendente Montenegro y funcionarios locales de la cartera de Salud mantenían reuniones con los representantes de las empresas y de los trabajadores del sector pesquero y portuario para evaluar los pasos a seguir. Fuentes del municipio indicaron a Infobae que, por el momento, no habría ningún cambio de los protocolos firmados con los consorcios portuarios, aunque es materia de discusión entre los empresarios y los sindicatos. Tampoco se evaluaba como una opción factible el aislamiento total del puerto y de su personal, señalaron desde la Provincia.
Los gremios, a su turno, intentaban ponerse de acuerdo sobre la ubicación de los controles de salud en el puerto. “Todos se quedaron tranquilos”, indicaron funcionarios de General Pueyrredón tras la finalización de la reunión.
Desde el 10 de marzo, en Mar del Plata unas 280 personas fueron analizadas ante posibles casos de COVID-19. De ese conjunto, unas 15 fueron confirmadas, de las cuales 11 ya se recuperaron. En total, en el balneario fallecieron dos personas por coronavirus y dos continúan bajo tratamiento. Para los próximos días, se esperaban los resultados de más de 200 hisopados a personas asintomáticas que llegaron a “La Feliz” desde otros países.
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