Cuando no hay otro estímulo ni contacto social, las personas tienden a tomar una copita para animarse. Mientras municipios y provincias prohíben la venta de alcohol e imponer más restricciones, para muchos, en estos días de confinamiento, un copa de vino o una cerveza son el refugio más a mano para escapar de la sobrecarga información, la incertidumbre y las exigencias múltiples.
La Organización Mundial de la Salud, sin embargo, dice que el alcohol puede poner a las personas en mayor riesgo de contraer el coronavirus, exacerbar la vulnerabilidad de la salud, los comportamientos de riesgo, los problemas de salud mental y la violencia.
“El alcohol compromete el sistema inmunológico del cuerpo y aumenta el riesgo de resultados adversos para la salud”, aseguraron desde la oficina regional de la OMS para Europa en un informe publicado el martes. “Por lo tanto, las personas deben minimizar su consumo de alcohol en cualquier momento, y particularmente durante la pandemia de COVID-19”.
El consumo excesivo de alcohol puede debilitar el sistema inmunitario, por lo que en un intento por frenar el consumo de alcohol durante la pandemia, los funcionarios de la OMS exhortan a los gobiernos de todo el mundo a aplicar medidas que limiten el consumo de alcohol y repriman la información errónea sobre el coronavirus.
Funciona como desinfectante en superficies, pero el consumo excesivo de alcohol puede hacer que el cuerpo sea menos capaz de manejar el coronavirus. Un estudio de 2015 publicado en la revista Alcohol Research encontró que el consumo excesivo de alcohol está asociado con “efectos adversos para la salud relacionados con el sistema inmunitario, como la susceptibilidad a la neumonía”.
“En momentos de cierre durante la pandemia de COVID-19, el consumo de alcohol puede exacerbar la vulnerabilidad de la salud, los comportamientos de riesgo, los problemas de salud mental y la violencia”, explicaron desde la organización.
El consumo de alcohol está asociado con una variedad de enfermedades transmisibles y no transmisibles y trastornos de salud mental, que pueden hacer que una persona sea más vulnerable a COVID-19. En particular, el alcohol compromete el sistema inmunológico del cuerpo y aumenta el riesgo de resultados adversos para la salud. Por lo tanto, las personas deben minimizar su consumo de alcohol en cualquier momento, y particularmente durante la pandemia de COVID-19.
“En tiempos de pandemia, nos encontramos con que la gente está encerrada en su casa disfrutando lo que para muchos es un gran placer que es el tomar alcohol, fundamentalmente con las cenas. El consumo excesivo de alcohol puede producir depresión, ansiedad, pánico, alterar la toma de desiciones y exacerbar la violencia. Además, favorece el aumento de peso y también se ha visto como un factor de riesgo para cuadros más críticos de COVID-19. Es decir, si se contagia un paciente alcóholico va a tener más riesgo de producir un cuadro más agudo, más crítico y con una peor evolución”, explicó en diálogo con Infobae Francisco Toscano, médico cardiólogo (MN 95.358), miembro de la Fundación Cardiólogica Argentina.
El alcohol es una sustancia psicoactiva que se asocia con trastornos mentales; las personas en riesgo o que tienen un trastorno por consumo de alcohol son particularmente vulnerables, especialmente cuando se encuentran en aislamiento.
El alcohol es responsable de 3 millones de muertes al año en todo el mundo, un tercio de las cuales ocurren en la Región Europea de la OMS. Esta no solo es la región con la mayor ingesta de alcohol y la mayor prevalencia de bebedores en la población, sino que también es la región con la mayor prevalencia de trastornos por consumo de alcohol en la población y la mayor proporción de muertes causadas por el alcohol, entre todos muertes
“El alcohol se consume en cantidades excesivas en la región europea y deja demasiadas víctimas. Durante la pandemia de COVID-19, realmente deberíamos preguntarnos qué riesgos estamos tomando al dejar a las personas encerradas en sus hogares con una sustancia que es dañina tanto en términos de su salud como de los efectos de su comportamiento en los demás, incluida la violencia", dice Carina Ferreira-Borges, gerente del Programa de Alcohol y Drogas Ilícitas de la OMS para Europa.
Para Fiorella Tartaglione, médica cardióloga (MN 144.259), miembro Fundación Cardiológica Argentina, “el alcohol altera el comportamiento, aumenta el riesgo y la frecuencia de violencia en el hogar”. “Se sabe que el alcohol es dañino para la salud en general, y que aumenta el riesgo de lesiones y violencia, incluida la violencia doméstica”, sostuvo en diálogo con este medio.
Rompiendo mitos sobre el consumo de alcohol y COVID-19
Como parte de la respuesta de salud pública al COVID-19, la OMS ha trabajado para desarrollar una hoja informativa que aborde los mitos y brinde orientación durante la pandemia: “Alcohol y COVID-19: lo que necesita saber”.
“El miedo y la información errónea han generado un mito peligroso de que el consumo de alcohol de alta concentración puede matar el virus COVID-19. No es así. El consumo de cualquier alcohol plantea riesgos para la salud, pero el consumo de alcohol etílico (etanol) de alta concentración, especialmente si ha sido adulterado con metanol, puede tener graves consecuencias para la salud, incluida la muerte”, advirtieron.
El consumo de alcohol tampoco puede hacer que las personas sean inmunes al virus, explicaron. “El consumo excesivo de alcohol puede comprometer el sistema inmunitario y debilitar su capacidad de defensa contra los virus, por lo que si las personas se infectan con el coronavirus, el consumo de alcohol puede empeorar el riesgo para su salud”, aseveraron los expertos de la salud.
"El alcohol en exceso debilita el sistema inmune, el que nos defiende y reduce nuestra capacidad de hacer frente a las infecciones. Por otro lado, hay estudios que asociaron el consumo de alcohol en exceso con un mayor riesgo de síndrome de distrés respiratorio agudo, una de las complicaciones más graves pulmonares que produce el coronavirus”, manifestó Tartaglione.
Las reglas y regulaciones existentes para proteger la salud y reducir el daño causado por el alcohol, como restringir el acceso, deben mantenerse e incluso reforzarse durante las situaciones de emergencia y pandemia de COVID-19, según la OMS.
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