Tres médicos del Centro de Salud del Norte, de Villa Adelina, una enfermera, una empleada administrativa, y la jefa de mucamas de esta clínica privada que atiende PAMI. También el dueño y una empleada de M. Menini Sepelios, y al menos cuatro familiares de una víctima. En total 12 personas, hasta ahora, infectadas de coronavirus. Este cuadro de situación hasta el cierre de esta nota, producto de haber estado en contacto con una mujer que falleció la semana pasada en esa clínica privada del partido de Vicente López, cuyo test post mortem dio positivo. Si bien la mayoría está en sus casas en aislamiento obligatorio por orden judicial, al menos dos -según reconstruyó Infobae- están internadas.
La muestra para el análisis de COVID-19 se la extrajeron al cuerpo de la jubilada de 65 años por orden de la jueza Sandra Arroyo Salgado, a cargo del Juzgado Federal Nº 1 de San Isidro, luego de que su familia hiciera la denuncia ante la sospecha de que había muerto de coronavirus y no había recibido el tratamiento adecuado. Desde la clínica aseguraron que aplicaron el protocolo recomendado por las autoridades sanitarias y descartaron la “probabilidad de alguna infección cruzada desde otro paciente internado en la Institución”.
Pese a que los síntomas que presentaba la mujer eran compatibles con la enfermedad, Infobae recabó testimonios que coinciden en señalar que la clínica - cuyo dueño es Benjamín José Teitielbaum - no venía tomando precauciones para evitar contagios. Tampoco le advirtió a la familia ni a la cochería que retiró el cuerpo para el sepelio, que podía tratarse de un caso de COVID-19. Es más, ante la pregunta del hermano de la víctima a la doctora Ana Bellusci, esta “lo descartó y minimizó la situación”, según relató ante Infobae Carlos Cellini.
“No había medidas de prevención de ningún tipo. Mi hermana había entrado por una infección urinaria el 8 de marzo, la ingresaron a terapia y ya en ese momento, cuando ya se sabía de la epidemia, ni los médicos ni las enfermeras tenían barbijo, ni nada", reconstruyó Cellini ante este medio. “Después la pasaron a piso y estaba recuperándose. Yo la vi el 16 de marzo, y recién pude volver el 30 porque había estado con faringitis y, en el medio, dictaron la cuarentena y tuve que tramitar el permiso para circular. Cuando volví el 30 de marzo, ella ya estaba con oxígeno, respiraba agitada y había tenido diarrea, no quería comer y estaba muy desmejorada”, recordó.
Su hermana murió una semana después, el 6 de abril, luego de descompensarse y tener dos paros cardíacos. En la clínica no le hicieron el test de coronavirus pese a los síntomas que presentaba. “Después que murió, me empezaron a caer las fichas y me asaltaron las dudas de que se podía haber contagiado dentro de la clínica. Mi mujer me convenció de hacer la denuncia y gracias a eso frenamos la cremación del cadáver de mi hermana, y pudimos saber que dio positivo el test”, agregó Cellini.
Según el relato de cuatro empleados del Centro de salud Norte que recogió Infobae, que pidieron mantener reserva de sus nombres por miedo a perder el trabajo, y de particulares que tuvieron a familiares en esa clínica que atiende a pacientes por PAMI, ni el personal de enfermería, ni los médicos, ni las técnicos, ni mucamas tenían barbijos, guantes o camisolín para prevenir posibles contagios. Ahora, la mitad de ellos están en aislamiento obligatorio, y varios esperando el resultado del test que estará en estos próximos días.
Intervención de la Justicia
Tras el resultado positivo de COVID-19 de la mujer fallecida, la jueza Arroyo Salgado dispuso el aislamiento obligatorio del hermano de la víctima y su grupo familiar; de su sobrina, marido e hijos; de los dueños y personal de la cochería M.Menini Sepelios, y de los ambulancieros que tuvieron a cargo el traslado del cuerpo desde la morgue de la clínica a la casa funeraria. Y a todos ordenó que le hagan el hisopado. El mismo sábado que tuvo el resultado que le envió la Morgue Judicial, mandó a secuestrar la historia clínica de la paciente.
Si bien Arroyo Salgado está a cargo de la investigación penal por presunta negligencia de la clínica, y se está manejando con extremo hermetismo, Infobae pudo saber que pidió una batería de medidas a las autoridades sanitarias destinadas a contener la propagación de la enfermedad.
En este sentido, envió oficios al Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires, a la directora de la Regional V, Mariela Torres, y al Municipio de Vicente López, para informarlos de la situación y pedirles que actúen en sus distintas órbitas para evitar la multiplicación de contagios, y evalúen la continuidad de la clínica e, incluso, la posible derivación de los pacientes. A la Regional V que depende de la cartera de Salud bonaerense, le pidió que realice una inspección y auditoría e investigación epidemiología para detectar la posible transmisión comunitaria del virus dentro de la clínica.
Al intendente de Vicente López, Jorge Macri, Arroyo Salgado le solicitó por escrito que tome medidas en forma urgente ya que la clínica -si bien es privada- está en ese municipio, y les avisó a los distritos bonaerenses de Pilar donde vive el hermano de la víctima, y de San Martín, donde reside parte de su familia.
En tanto, al director médico Jorge Pinzetta la magistrada le requirió que le informe qué medidas adoptó respecto del personal médico y no médico de la clínica, por ser el grupo primario que podría actuar como vector del contagio dentro de la institución, y de los pacientes allí internados. Por lo pronto, la respuesta del Centro de Salud Norte al requerimiento del Juzgado fue parcial, ya que solo detalló los nombres de médicos, técnicos, enfermeras y mucamas a los que se le dio licencia por haber estado en contacto con la paciente fallecida, pero por ejemplo no informó qué medidas se tomaron con los pacientes internados. Por ser todos de PAMI y de avanzada edad, constituyen población de alto riesgo para el contagio de coronavirus.
Según pudo saber Infobae, Pinzetta no fue citado a declarar como testigo ya que podría ser imputado a futuro como presunto responsable. En tanto, un abogado de la clínica presentó hoy un escrito en el Juzgado.
Desde el Municipio de Vicente López, en tanto, afirmaron que están “haciendo un seguimiento del tema” y “en plena colaboración con la Justicia en todo lo que piden con una respuesta inmediata”. Asimismo, detallaron las medidas que le pidieron a la clínica que implemente. Entre ellas, el hisopado y aislamiento obligatorio a todo el personal, a los médicos y empleados que estuvieron en contacto con la fallecida, el listado de los pacientes ambulatorios o que estuvieron internados para hacerles un seguimiento desde el área de epidemiología, y la suspensión de visitas y nuevos ingresos de pacientes.
Fuentes del Municipio aclararon que éste “no puede intervenir, ya que no tiene poder de policía” y que es “el Ministerio de la Salud de la Provincia de Buenos Aires el que debería disponer, cuanto menos, una inspección y si detecta irregularidades, clausurar”.
Si bien el director médico Pinzetta le habría informado a la secretaría de Salud de Vicente López que “fue hisopado todo el personal y licenciado para aislamiento aquellos que tuvieron contacto con la paciente” y que "no había ningún paciente con COVID-19”, según los testimonios recabados por Infobae, solo le hicieron el hisopado a los empleados que tuvieron un contacto más cercano con la jubilada fallecida, o a los que presentaron síntomas.
Este medio habló con dos empleadas del Centro de Salud Norte que reclamaron hacerse el test ante la sospecha de haberse contagiado y en la clínica no accedieron a realizárselo, al menos hasta el momento. La sospecha de los trabajadores del sanatorio es que el virus circula ya dentro de la clínica por la falta de medidas de prevención para evitar contagios, que recién comenzaron a implementarse cuando la Justicia informó que el resultado del test a la mujer fallecida había dado positivo.
“Había pacientes que entraban con una neumonía y eran posibles casos de COVID-19, pero no los tratábamos como si lo fueran. No teníamos los elemento adecuados para esa situación. No respetábamos el protocolo”, se lamentó una enfermera en diálogo con Infobae. Pidió no publicar su nombre ya que trabaja en la clínica y temer perder su fuente de trabajo.
“Hicimos un planteo de que se tomaran medidas de prevención. Como no nos daban insumos, nos compramos nuestros propios barbijos y no nos dejaban usarlos, nos dijeron que no había que alarmar a los pacientes. Pusimos plata para comprar nosotros las botellas del alcohol. Nadie usaba camisolín para entrar a los cuartos. Recién nos dieron barbijos después que se supo que esta mujer que falleció dio positivo. Pero yo trabajo 14 horas y me dan solo dos barbijos por día. No nos cuidaron, y ahora todos tenemos miedo de estar infectados. No puede ser que yo tenga que estar dentro de mi casa con barbijo para no contagiar a mis propios hijos", agregó.
Según un chat interno de un grupo de WhatsApp de enfermería al que accedió este medio, el 30 de marzo una supervisora advertía que a partir de ese día “no hay más alcohol para los ofices (sic), incluida terapia” y “las vías se colocan con pervi (por el desinfectante Pervinox). De ser necesario para algún paciente tendrá que ser bajo orden médica”.
Otra empleada que pide no identificar su nombre ni el área de la clínica donde trabaja, ya que son “muy pocos”, advirtió en diálogo teléfonico con Infobae: “Desde un principio, yo venía reclamando medidas que teníamos que tomar. No había barbijos ni alcohol. No había higiene por falta de mucamas. No podía ser la cantidad de gente que entraba al quirófano, incluso proveedores que traían instrumental de afuera. Pedimos que nos hicieran el hisopado a todos pero nos dijeron que no porque el análisis es caro. Ahora la mayoría debemos estar infectados”. Ante los síntomas que empezó a tener, y después de insistir, le hicieron hoy la extracción de la muestra para analizar y ahora espera el resultado.
Graciela Vargas estuvo diez días en la habitación con la mujer fallecida, cuidando en la cama de al lado a su suegra, que murió de cáncer tres días antes. Fue testigo de su deterioro, y de la falta de medidas para prevenir posibles contagios. “Las enfermeras trabajan con mucho descuido frente a la emergencia, sin barbijo, la gente se saludaba con un beso. Usaban camisolín muy de vez en cuando. En general entraban con el ambo”, relató angustiada en diálogo con este medio.
“La gente que traía la comida era la misma que luego limpiaba el baño, sin una protección adecuada. No había medidas de higiene, ni profilaxis. Mucha voluntad, pero muy pocas enfermeras”, agregó.
Se enteró que la mujer que estaba en la cama de al lado, y a la que ella asistía muchas veces al día porque pasaba todo el día en la habitación cuidando a su suegra que estaba en estado terminal, tenía coronavirus por la nota que publicó Infobae. “Ahora tengo miedo de haberme contagiado. Nadie me avisó de la clínica después que le dio positivo el test para hacerme el análisis”. Vargas llamó ayer a la línea 148 para informar su caso y hacerse el hisopado, pero le dijeron que si no tenía síntomas, debía esperar al menos cumplir 15 días y permanecer, mientras tanto, en aislamiento absoluto. Vargas le dijo a este medio que fue contactada hoy desde el Juzgado para tomarle declaración testimonial y que le adelantaron que pedirán que le hagan el test.
Paola Gómez es delegada del gremio de Sanidad en el Centro de Salud Norte. Consultada por este medio, confirmó que “el barbijo se empezó a usar cuando pasó lo de esta señora” ya que “antes no había ningún caso confirmado de coronavirus en la clínica”. Sin embargo, sostuvo que a “los pacientes siempre se los trató con camisolín cuando era pacientes aislados en el segundo piso”. La mujer fallecida estaba en el primer piso, en una habitación común, la número 26. También aseguró que en la clínica “están todos los materiales que llegaron para prevenir” y que “una vez por semana llegan insumos”.
Si bien dijo entender que “la gente (por el personal) esté enojada por lo que está pasando”, advirtió: “Todos estamos corriendo peligro, es lo que uno elige cuando hace este trabajo, sabés los riesgos que corrés”.
Denuncia ante la UFI-PAMI
Andrea Abión es cuidadora y fue contratada por una familia para acompañar a una señora que iba a ser operada en el Centro de Salud Norte. Estuvo entre el 2 y el 15 de marzo en la institución, y denunció en las redes sociales y en la UFI-PAMI las condiciones edilicias y mala atención de la clínica. En diálogo con este medio aseguró que “la falta de limpieza y abandono que hay en el edificio es terrible. No desinfectan los colchones cuando hay un ingreso. Los baños están sucios. No funciona la luz en la habitaciones, las barandas de las camas están rotas, y atan a los abuelos para que no se caigan. Y la atención a los pacientes también es deplorable. Si no tienen un familiar o acompañante, no comen y los cambian cuando quieren".
“Nos tocó la habitación 1B pegada a la morgue en la planta baja, el olor era impresionante. La puerta estaba rota. Al costado estaban las bolsas con residuos patológicos. Todas la noches, entre las tres y cuatro de la mañana, pasaban con los pacientes fallecidos, y se sentía cuando los tiraban. Llegaron a pasar por noche, entre cinco y seis”, aseguró.
Ademas de publicar su testimonio en Facebook junto a fotos del lugar, también envió el 19 de marzo una denuncia por mail a la Unidad Fiscal que se ocupa de investigar los temas relacionados con el PAMI, a cargo de Javier Arzubi Calvo. Desde esta Fiscalía, confirmaron el ingreso de la denuncia e informaron que se abrió una investigación penal preliminar, y le pidieron información a PAMI sobre los antecedentes de esta clínica. Una vez que confirme que es prestadora de este organismo del Estado, que detalle si le hicieron controles a esa institución médica y si tiene denuncias anteriores.
Los comentarios negativos sobre el Centro de Salud Norte son numerosos en las redes sociales. En mayo de 2007, por un incendio ocurrido en la institución, murieron 10 ancianos. Sobre esos antecedentes, Arroyo Salgado ya habría pedido un relevamiento de causas en las que pudiera haber estado involucrada la clínica a otros juzgados.
Los infectados hasta hoy
Del centro de salud Norte, ya fueron confirmados hasta el momento como casos positivos tres médicos -entre ellos médica que participó de la reanimación cuando la mujer fallecida tuvo el paro cardíaco-, una enfermera, una empleada de administración y la jefa de mucamas, quien está internada en otra clínica del mismo dueño, el sanatorio Mariano Pelliza, en Munro.
Hoy recibieron la noticia de que están infectados uno de los dueños de M.Menini Sepelios, Mario Menini, y su sobrina y empleada de la cochería Maricel Menini. Esta última fue la que le contó en un primer momento a Infobae que la clínica no había tomado precauciones en el manejo del cuerpo de la jubilada fallecida, ni les había advertido que podía ser un caso de COVID-19 a la hora de manipular el cadáver para el sepelio. Todos están en aislamiento obligatorio por disposición del Juzgado.
Maricel Menini prestó declaración testimonial ayer vía telefónica ante un secretario de la jueza Arroyo Salgado, y ya fue aceptada como víctima y querellante en la causa. Su madre Marcela, la otra dueña de la cochería, deberá realizarse nuevamente el test, ya que la muestra que le extrajeron no resultó apta. “Le pedimos al Juzgado que disponga que el área de Salud del Municipio de San Martín le tome la muestra en nuestro domicilio, ya que el domingo pasado nos llevaron al Hospital Thompson y el propio médico que nos atendió en la Guardia nos dijo que el lugar era un fuente de contagio, ya que había muchos infectados”, advirtió a este medio. Sin embargo, pese a este reclamo ante un posible contagio, Marcela Menini fue trasladada nuevamente hoy por el SAME a ese hospital municipal para hacerse un nuevo hisopado.
La misma situación se dio con el hermano de la fallecida y denunciante ante la Justicia, a quien el repitieron el test el lunes a la noche, ya que la primera muestra no sirvió para el análisis. También le hicieron el hisopado a la esposa de Cellini y a sus dos hijos. Todos aguardan el resultado con angustia. A su sobrina que vive en el partido de San Martín -y con quien él estuvo en contacto y que tuvo en sus manos la documentación de la hermana fallecida-, le informaron que dio positivo, al igual que a su marido y dos de sus tres hijos.
También aguardan el resultado los dos ambulancieros que trasladaron el cuerpo, Edgardo Campagna y Carlos Ramón Figueredo, y sus respectivas familias. Todos están en aislamiento obligatorio hasta el 26 de abril por orden del Juzgado para evitar mayor cantidad de contagios.
La versión de la clínica
Desde la clínica, ante el requerimiento de Infobae, hicieron llegar un comunicado en el que se afirma que “la institución cuenta con protocolos de trabajo para el manejo de casos sospechosos de COVID-19 implementados desde febrero del corriente año, contando con sectores de Triage al ingreso a la Clínica y áreas de aislamiento de pacientes sospechosos manejados por personal entrenado adecuadamente, utilizando todos los elementos de protección personal normatizados por el Ministerio de Salud de la Nación y el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires”.
En relación a la jubilada que falleció cuyo análisis post mortem dio positivo, sostuvieron que “fue ingresada sin presentar ninguna evidencia clínica ni epidemiológica de infección por coronavirus que permitiera catalogarla como caso sospechoso y de esa manera activar los protocolos correspondientes”. Asimismo, afirmaron que “no se sospecha sobre la probabilidad de alguna infección cruzada desde otro paciente internado en la Institución, ya que, hasta el día de la fecha, en la Clínica no se ha confirmado ningún caso de infección por COVID-19”. Por último, aseguraron que “a partir de la sospecha de la infección viral en la paciente de referencia se activaron todos los protocolos correspondientes de aislamiento, hisopado e investigación epidemiológica de todo el personal involucrado y de los pacientes internados”.
Según reconstruyó Infobae, a partir de que la clínica fuera informada del resultado positivo a la mujer fallecida el 6 de abril, implementaron medidas de prevención, como prohibir las visitas y el ingreso de personas externas la institución, el uso de barbijos, y la toma de temperatura al ingreso para el personal.
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