Alberto Fernández ya decidió auxiliar a las intendencias del conurbano que no puedan afrontar su nómina salarial de empleados públicos como consecuencia de la caída de la recaudación causada por la cuarentena obligatoria y sus profundos efectos en la economía nacional. El presidente rescatará a todos los intendentes que prueben la quiebra tácita de sus cuentas y no hará ninguna distinción respecto a su pertenencia partidaria.
El mecanismo de emergencia financiera a las intendencias del conurbano podrá implementarse a través de Aportes del Tesoro Nacional (ATN) o de fondos nacionales que se deriven directamente a las cuentas de las comunas que estén en rojo perpetuo por la baja recaudación de los tributos municipales.
El auxilio de la administración nacional también incluirá a la Provincia de Buenos Aires, que soporta el mayor peso en la contención social del coronavirus y su gasto público corriente está desfasado a la baja respecto a lo que percibe por coparticipación federal secundaria.
Alberto Fernández ratificó su compromiso de apoyar con fondos frescos a las intendencias del conurbano en virtual quiebra durante un cónclave que protagonizó con los intendentes Juan Zabaleta (oficialista de Hurlingham) y Jorge Macri (opositor de Vicente López) en la quinta de Olivos.
El Presidente apostó a la cuarentena obligatoria como método social para contener al coronavirus. Esta estrategia sanitaria causó consecuencias económicas que se perciben de manera extraordinaria en los barrios carenciados del conurbano. El confinamiento terminó con las changas y los trabajos informales y multiplicó las necesidades financieras y alimentarias de millones de argentinos que viven por debajo de la línea de pobreza.
Desde esta perspectiva, Alberto Fernández fortaleció la asistencia en alimentos -con un aumento de las partidas presupuestarias en 2 mil millones de pesos-, se duplicó la Ayuda Universal por Hijo (AUH), se doblaron las jubilaciones y pensiones, se descentralizaron 300 millones de pesos a los municipios para comprar alimentos frescos y artículos de higiene, y se otorgó un bono de 10.000 pesos a través de la ANSES (Ingreso Familiar de Emergencia) que será percibido por al menos 6 millones de beneficiarios.
“En este momento no me preocupa el déficit fiscal. Mi única preocupación es que los que tienen menos no sufran más por la cuarentena”, explicó el presidente a Infobae.
-¿La ayuda de emergencia se prolongará en mayo?-, preguntó este medio.
-Sí. Ya tendremos tiempo de revisar las cuentas públicas, el ingreso y los gastos públicos. Ahora estamos en una emergencia, y los recursos deben servir para atenuar la emergencia en la medida que podamos-, contestó Alberto Fernández desde Olivos.
Hace unos días, la conducción institucional de Juntos por el Cambio solicitó una entrevista virtual con Alberto Fernández. El presidente descartó -por ahora- un encuentro formal con la oposición y decidió profundizar sus vínculos unilaterales con los legisladores Mario Negri y Luis Naidenoff, el jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, los gobernadores Gerardo Morales (Jujuy) y Rodolfo Suárez (Mendoza), y los intendentes Diego Valenzuela (Tres de Febrero), Néstor Grindetti (Lanús) y Jorge Macri (Diego Valenzuela).
Alberto Fernández acepta el rol institucional de la oposición, pero cree que Patricia Bullrich (titular del PRO) y Alfredo Morales (líder de la Unión Cívica Radical) exceden las formas y no favorecen el clima de diálogo político que Olivos intenta mantener con Juntos por el Cambio.
“Hablo con Negri y con Naidenoff. A ellos les anticipé los términos de la cuarentena. Y trabajo mucho con Rodríguez Larreta, Valenzuela, Grindetti y Macri. Ellos son de la oposición, y entiendo su papel en el sistema democrático. Pero a su vez saben de la magnitud de la crisis, y no buscan una ventaja política. Por eso prefiero conversar con ellos”, dijo el presidente a este medio.
En la intimidad de Olivos, Alberto Fernández cuestiona la perspectiva opositora de Bullrich y Cornejo. Y le quedó sabor a poco cuando terminó su última conversación con Mauricio Macri. Si lo llama, volverá a atender. Pero será una cortesía. Ya no espera nada de su antecesor en la Casa Rosada.
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