La pandemia modificó absolutamente todo. Nueve años después de que abriera sus puertas como una feria de ciencias, cultura y entretenimiento, Tecnópolis se convertirá en los próximos días en una “ciudad sanitaria”, un espacio inmenso que servirá -o eso esperan las autoridades del Gobierno- para contener la explosión de casos positivos de Covid-19 en el conurbano bonaerense.
La decisión se tomó a mediados de marzo atrás durante la previsión de cómo se iba a enfrentar la llegada del virus al territorio bonaerense. Ubicado en Villa Martelli, pegado a Capital, Tecnópolis les pareció a las autoridades sanitarias un lugar propicio para internar y mantener aislados a pacientes con síntomas leves de los barrios de la periferia. De momento, una empresa privada ya construyó en uno de los galpones que ocupa este predio de 24 hectáreas 800 cubículos donde se ubicarán, en principio, 2.500 camas.
Será algo así como un hospital de campaña gestionado por Cruz Roja Argentina. Aunque no habrá salas de terapia intensiva ni respiradores, contará con un 1 médico y 2 enfermeros cada 50 pacientes, según informó el Ministerio del Interior.
Los pacientes graves seguirán su tratamiento en hospitales. Justamente la idea es que Tecnópolis sirva para contener a afectados no graves que vivan en condiciones de hacinamiento o en situaciones que no les permitan mantener el aislamiento en sus casas sin contagiar al resto de los habitantes del hogar.
Según contaron fuentes del Gobierno a Infobae, los afectados que lleguen a Tecnópolis no lo harán por propia voluntad sino derivados por los sanitaristas que confirmen sus casos positivos. También se especula con que el predio de Villa Martelli albergue a las personas cuyos casos sean etiquetados como “sospechosos”.
Las autoridades sanitarias estiman que, como se modificó días atrás la definición de caso sospechoso y en consecuencia se harán test a quienes tengan síntomas compatibles con coronavirus en territorios donde haya circulación comunitaria (algo que ya ocurre en provincia de Buenos Aires y en CABA), aumentará sustancialmente la demanda del sistema de salud.
Eso generará un pico de casos, que se espera que aparezca en lo que queda de abril o las primeras semanas de mayo. Para evitar el colapso es que, explican, se pensó en Tecnópolis. En una segunda fase de construcción de este Centro Sanitario Tecónopolis, como le puso el Gobierno, se prevé duplicar la cantidad de médicos y de camas. “Va a ser uno de los lugares más grandes del mundo, los enfermos de ahí van a ser leves, pero así hacemos una ampliación masiva”, anticipó días atrás el ministro de Salud nacional Ginés González García en el programa de TV Intrusos.
Además de médicos y enfermeros habrá varios equipos de voluntarios tipo “cascos blancos”. A los aislados les quitarán la ropa que lleven y les darán vestimenta nueva. Les permitirán tener sus teléfonos celulares en la “habitación” que ocupen donde, prometen, habrá señal de wifi. Pero, en principio, no podrán moverse del lugar que les sea asignado.
Los “boxes”, que están siendo montados por el Ejército, estarán divididos para hombres, mujeres y niños. No está claro cómo se distribuirán en caso de llegar una familia entera.
Por ahora, las fuentes consultadas no pudieron responder cuál es la previsión respecto del tiempo que pasarán allí los pacientes aislados, tampoco cuánto y cómo será el trabajo de los médicos (pero se presume que dormirán allí) y cómo será el protocolo de bioseguridad, es decir, cómo se desinfectarán las personas que entren y salgan del lugar.
Las autoridades del Ministerio de Educación trabajan contrarreloj para preparar una partida de miles de libros de literatura y educación a fin de ofrecerle a los internados otras herramientas de distracción y cultura más allá de sus teléfonos celulares.
Se repartirán en dos modalidades: habrá una especie de biblioteca móvil de donde los aislados podrán elegir el libro que quieran leer y luego devolverlo (ese libro pasará por una desinfección y recién 5 días más tarde estará disponible nuevamente) y un kit con libros, cuadernos, lapiceras que podrán llevarse a sus casas una vez que sean dados de alta.
“Todo esto nos agarró en un momento donde no habíamos comprado libros porque los procesos de licitación son muy largos. Estábamos por largar la licitación”, comentó a Infobae un funcionario de Educación que trabaja para tener todo listo al viernes, fecha que Casa Rosada puso como límite.
Según explicaron, habrá libros de todo tipo y autores. “Todos los títulos que están repetidos en la Biblioteca Nacional del Maestro los vamos a llevar, tenemos de literatura infantil, juvenil y para adultos”, explicó la fuente. Además, ya pidieron a las editoriales donaciones importantes pero la situación es difícil porque al no ser consideradas una actividad esencial en el decreto de aislamiento obligatorio, las empresas comunicaron que tienen los depósitos cerrados.
“Hay un marco de solidaridad de todo el mundo pero está complicado por el aislamiento”, explicaron desde Educación, desde donde admiten que primero habrá un envío estándar y después ajustarán con nuevos ejemplares en relación a quienes estén internados.
En cuanto a la custodia del lugar, las autoridades están preocupadas por cómo será el comportamiento de las personas aisladas allí. En un principio pensaron en contratar vigilancia privada pero tras una reunión llevada a cabo la semana pasada entre funcionarios de los ministerios de Cultura (gestiona Tecnópolis), Interior y Seguridad, se definió que todo el predio estará custodiado por agentes de la Policía Federal.
Tecnópolis tuvo su origen en el contexto de los festejos del Bicentenario tras un conflicto entre la ex presidenta Cristina Fernández y Mauricio Macri, en su tiempo de jefe de gobierno porteño. La líder kirchnerista quería armar una feria durante algunos días frente a la Facultad de Derecho de la UBA, sobre la avenida Figueroa Alcorta, pero Macri se opuso. Y así se construyó el inmenso predio en Villa Martelli, que pertenecía al Ejército.
“Lo habíamos imaginado como la culminación de ese Bicentenario maravilloso. Lamentablemente, no nos autorizaron a hacerlo y, respetuosos, nos pusimos a pensar. No nos pusimos a rezongar ni a quejar. Nos pusimos a pensar cómo hacerlo”, dijo Cristina Fernández de Kirchner el 14 de julio de 2011, cuando inauguró el predio.
Con la pandemia al acecho de la población, quedarán suspendidos en la memoria los recitales, los partidos de tenis y las muestras de ciencia y tecnología.
Seguramente desde la semana próxima, Tecnópolis se sumará al hospital militar reubicable levantado en Campo de Mayo, veinte Unidades Sanitarias Móviles (USM) y los cinco hospitales modulares de emergencia (HME) que el Gobierno prometió terminar de manera urgente.
Ese dispositivo tendrá un objetivo esencial: frenar el avance del virus en el conurbano bonaerense, donde viven más de 10 millones de personas, y evitar una propagación letal en las poblaciones más vulnerables.
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