Luego de la nota que publicó Infobae este sábado, donde dio a conocer la situación desesperante que viven aquellas personas que se encuentran varadas en la Argentina porque la cuarentena los sorprendió lejos de sus casas y ahora no pueden volver, llegaron a la redacción muchísimas más historias por mail.
Todos los casos son dramáticos. Y así como el Gobierno ayudó a los argentinos que estaban dispersos por el mundo con los vuelos de repatriación, ellos piden que las autoridades también los auxilien y les emitan algún permiso excepcional para poder movilizarse por sus propios medios y llegar a sus hogares.
Teniendo en cuenta la asistencia que la Cancillería -a través de sus Embajadas y Consulados- les brindó a los que estaban en el exterior, ellos se muestran esperanzados en que los municipios y las Casas de las Provincias también los ayuden.
Consultados sobre esa inquietud, desde el Ministerio de Transporte descartaron esa posibilidad. “De momento no hay permisos para circular”, precisaron a este medio.
Y explicaron que en el hipotético caso de otorgar alguna excepción en ese sentido “la decisión de implementar la autorización es del Ministerio de Salud y ellos nos piden que no haya movimiento”.
60 mineros varados en Santa Cruz
Diego Mella, un minero oriundo de Bahía Blanca que trabaja en la mina santacruceña Cerro Vanguardia, reclama que el Estado le de una respuesta a los compatriotas que se encuentran atrapados dentro de sus propias fronteras. “Considero que nuestro derecho no es menos válido que el de los argentinos repatriados del exterior”, señaló.
“La cuarentena obligatoria nos sorprendió cumpliendo con nuestro turno de trabajo. Nos encontramos aislados en nuestros puestos desde el 12 de marzo y algunos de nosotros incluso desde antes. Actualmente, hay una dotación de aproximadamente 60 personas varadas en el yacimiento”, contó Diego, quien se encuentra junto a compañeros que residen en las provincias San Juan, Mendoza, Catamarca, Salta, Buenos Aires y Chubut.
Si bien la empresa para la que trabajan se mostró dispuesta para proceder a su traslado, el problema radica en que no cuenta con la autorización necesaria para circular por las rutas y así garantizar el retorno de sus empleados a sus hogares sin ser retenidos en algún control de las fuerzas de seguridad.
“En condiciones normales, el trabajo minero implica un desarraigo difícil de sobrellevar para nuestros vínculos afectivos. Y dadas las condiciones inéditas que está atravesando el país y el mundo, esa ausencia se hace aún más notoria”, se lamentó Diego.
A 60 km de su marido y a 2000 km de su hogar
A Miriam Pissolitto (53) la cuarentena la encontró a 60 km de su marido y a 2000 km de su casa. Llegó al barrio porteño de Palermo en febrero desde Puerto San Julián (Santa Cruz), para acompañar a su hija de 19 años en el inicio de un curso de verano de la Facultad de Arquitectura de la UBA. Luego, en marzo, llegó su marido -junto a su hijo menor, de 17 años- que tenía un turno médico con un traumatólogo.
“Como éramos 4 personas viviendo en el depto de mi hija, de 27 m2, decidimos que mi marido se fuera a La Plata a la casa de su mamá porque tanto él como mi hijo son asmáticos y ya le estaba costando compartir entre tantas personas un lugar tan pequeño por su cuadro preexistente”, recordó la mujer a Infobae.
Como los demás afectados, hicieron llamadas telefónicas y mandaron mails a diferentes entes nacionales y provinciales, pero ante la falta de respuestas concretas a sus inquietudes decidieron, por el momento, quedarse en Capital.
“En la Casa de la Provincia de Santa Cruz, por ejemplo, nos anotaron en un listado para recibir ayuda económica. Pero no es lo que necesitamos, nosotros queremos hacer el aislamiento en nuestra casa del campo donde vamos a estar más seguros y cuidados ya que vamos a tener menos contacto con la gente, sobre todo mi marido y mi hijo. Hasta ahora nadie nos asegura que al salir a la ruta no tengamos problemas”, señaló Miriam.
Para llegar hasta su ciudad, esta familia tiene que hacer cinco paradas para cargar nafta. “La tenemos clara porque ya viajamos varias veces a Bs. As. pero la incertidumbre también por si nos van a permitir la entrada a los pueblos. No sabemos qué hacer, estamos desesperados”, se resignó.
Preocupada por su hijo que quedó sólo en Buenos Aires
Su amiga Fabiola Galosi (47) atraviesa una situación similar. Su hijo de 19 años se se instaló en La Plata en febrero para rendir unos exámenes en la universidad y le suspendieron todo a raíz de la pandemia por coronavirus. “Se mudó a la casa de un amigo para pasar la cuarentena porque él estaba solo y es muy angustiante la situación de encierro”, remarcó su mamá.
Lo más traumático para el joven fue había conseguido pasaje en el último avión de Aerolíneas con rumbo a Río Gallegos y la policía platense ni siquiera lo dejó abordar el micro para dirigirse a aeroparque: “Le dijeron que la declaración jurada que había llenado para poder circular no servía y perdió la última oportunidad que tenía para regresar a casa porque ahora los vuelos quedaron totalmente suspendidos, sin excepción”.
Doble cuarentena para un marplatense en Río Gallegos
El caso de Gastón Pedersen (46) es justamente opuesto al de Miriam y Fabiola: se encuentra varado en Santa Cruz y quiere volver a su casa en Buenos Aires.
Tras arribar a Río Gallegos desde Punta Arenas (Chile), adonde había viajado por cuestiones laborales junto a su hermano y un compañero de trabajo, se puso a hacer la cuarentena obligatoria de 14 días que se les exige a los que regresan de países de riesgo antes de reencontrarse con su familia en Mar del Plata.
“Ahora me encontré con esta otra cuarentena en el medio que me va a llevar a estar un mes afuera de mi casa y sin ver a mi mujer y a mis dos hijos, de 13 y 9 años” contó el hombre.
"Lo que me está pasando es realmente de película. Tenía vuelos de cabotaje para el 5 de abril y a las dos horas de ser emitidos, Aerolíneas los canceló. Igual, ese no sería el problema porque la empresa energética para la que trabajo me ofreció un auto para moverme. No sé a quién acudir por ayuda”, indicó.
Una familia santacruceña varada en Palermo
Al también santacruceño Jorge Costa, de la ciudad de Las Heras, la cuarentena lo sorprendió en el barrio porteño de Recoleta un día antes de tomar el vuelo hacia su provincia junto a su mujer y su hijo menor.
“Teníamos programada la vuelta a Comodoro Rivadavia para el 21 de marzo pero el Presidente suspendió los vuelos a partir del 20. Estuvimos intentando comunicarnos con Latam desde el 17 de marzo pero nos resultó imposible ya que nadie nos contestaba los llamados ni los mails. Ahora estamos encerrados los 5 en un departamento muy angustiados ante la incertidumbre de cuándo vamos a poder retornar a nuestra casa”, contó.
Jorge había llegado a la Ciudad de Buenos Aires el 11 de marzo para dejar a sus nuestros hijos mayores a estudiar: “Marcio rendía la última materia en River para recibirse de profesor de educación física y Solano comenzaba su carrera de actor profesional en la Universidad de Palermo”.
A medida que pasan los días y continúa el encierro, Jorge se fue enterando de otros casos similares, incluso dentro de su propia familia. Uno de ellos es el de su suegro, que también vive el sur del país y se encuentra varado en Córdoba: “Está en un pueblito de las sierras cordobesas y se encontró con una señora de Río Gallegos que le pasa lo mismo. Me imagino que debemos ser miles y miles argentinos, casi la misma cantidad de los que están en el exterior”.
Quedaron“presos” de sus propias vacaciones
Jorge Gerola (71) y María Teresa San Vicente (63) alquilaron unas cabañas en Merlo, San Luis, para pasar unos días de descanso en el medio del campo. Llegaron desde La Plata el 16 marzo por la tarde y cuatro días después de enteraron de la entrada en vigencia de aislamiento obligatorio.
“Estamos angustiados porque quedamos presos en nuestro propio país y nadie nos ayuda. Llamé a la policía caminera de La Pampa, que podía ser una alternativa para volver por ahí, pero me dijeron que no nos iban a dejar pasar. La otra era intentar por San Fe o Córdoba pero nos dijeron lo mismo”, dijo la mujer.
A pesar de estar dentro del grupo de personas consideradas “de riesgo” por su edad, no reciben ningún tipo de asistencia de las autoridades y se las tienen que ingeniar para abastecerse de alimentos. “Nadie nos hace las compras. Como mi marido es el que maneja tiene hacer unos 8 km para ir hasta el negocio más cercano que queda en Cortaderas y ya casi nos nos quedan medicamentos”, explicó la mujer.
El matrimonio se mostró enojado por la falta de empatía que hay con las personas que están atravesando su misma situación: “No nos fuimos de vacaciones al extranjero, elegimos quedarnos en nuestro país ¿y ahora nos abandona en el peor momento?”, se preguntó.
La incertidumbre y el desconcierto es el denominador de los miles de argentinos varados por las distintas provincias. Y más sabiendo que ahora deberán esperar hasta después de Semana Santa para saber si finalmente podrán volver a sus casas o la cuarentena se seguirá estirando.
Esa posibilidad los agobia, pero lo que más les preocupa es que nadie pareciera acercarles una solución a sus problemas. Por eso, los damnificados decidieron unirse en un grupo de Facebook llamado #VolverAcasa | ARGENTINOS VARADOS EN NUESTRO PAÍS | para darse ánimo y contención ante el desamparo y la adversidad.
Seguí leyendo: