La circulación de personas está prohibida en todo el país. El decreto de aislamiento social, preventivo y obligatorio que firmó el presidente Alberto Fernández incluye no sólo calles, avenidas, plazas y espacios públicos: también vías navegables. La cuarentena no exceptúa ríos, lagos y mar. Pero algunos argentinos no lo saben, o no les importa. Así fue que la Prefectura Naval (PNA) detuvo ayer martes a los tripulantes de un velero y un yate de bandera argentina que entraron al país desde Brasil, uno de los países considerados de alto riesgo.
Mientras realizaban tareas de seguridad y control para hacer respetar la cuarentena obligatoria agentes de la PNA detectaron un velero que navegaba en la soledad por la zona de Tigre. Frenaron la embarcación y descubrieron que iba tripulada por un matrimonio argentino, ambos de 60 años.
Los ocupantes del velero explicaron que habían salido días atrás desde Río Grande do Sul, un estado de Brasil, y que habían tenido que hacer una escala forzosa en el pueblo rochense de La Paloma, en Uruguay, para reparar una parte del barco.
Prefectura activó el protocolo de evaluación sanitaria: los agentes se contactaron con la Dirección Nacional de Habilitación, Fiscalización y Sanidad de Fronteras desde donde se les indicó que debían realizar las pruebas de rutina para comprobar si el matrimonio presentaba sintomatología correspondiente con el virus Covid-19.
Los resultados tranquilizaron a todos: el matrimonio no tenía síntomas por lo que Prefectura les indicó que tenían que continuar con la cuarentena obligatoria en su casa y fueron hasta allí custodiados por el Servicio de Emergencias de Tigre.
No obstante, el Juzgado Federal Nº 2 de San Isidro ordenó que el matrimonio involucrado sea monitoreado diariamente por autoridades sanitarias.
Menos suerte tuvieron los dos hombres que navegaban en un yate descubierto cuando entraba al Club Náutico Olivos. Había navegado desde Puerto Itajaí, cerca de Camboriú, sur de Brasil, de donde había zarpado el 12 de marzo.
Los tripulantes fueron evaluados por los servicios médicos del SAME de Vicente López, que diagnosticaron que los pasajeros nos presentaban síntomas correspondientes al virus. Sin embargo, por orden del Juzgado Federal N° 2 de San Isidro, se les informó del DNU 297/20 de aislamiento social preventivo obligatorio y se les prescribió realizar la cuarentena en la propia embarcación hasta el 31 de marzo.
“Las autoridades sanitarias realizarán controles en los días de cuarentena restantes para asegurarse que la estén realizando correctamente”, aclararon fuentes de Prefectura a Infobae.
Estas embarcaciones no son las primeras interceptadas durante la cuarentena total. Un día antes agentes de la Prefectura Naval Argentina ya habían detenido a dos tripulantes que habían fondeado a bordo de un yate en el río Paraná, cerca de Rosario.
El juez Marcelo Martín Bailaque, titular del Juzgado Federal N°4 de esa ciudad, ordenó el secuestro de la embarcación y el arresto domiciliario de los involucrados por violar el decreto que establece la cuarentena nacional obligatoria para proteger a los argentinos frente a la pandemia.
Se trataba de Gustavo Luis Nardelli y de su esposa, María Estefanía Allegri, dueños del yate “Champagne”. La Justicia ordenó además un control sanitario sobre ellos cada cada 12 horas en su domicilio, donde están detenidos por violar el decreto del aislamiento social preventivo y obligatorio. Nardelli es directivo de la empresa cerealera Vicentín y, además, director de la Terminal Puerto Rosario.
Nardelli, además, está imputado desde mediados de febrero por el fiscal federal Gerardo Pollicita junto al ex titular del Banco Nación durante la presidencia de Mauricio Macri, Javier González Fraga, y a Alberto Padoán, otro accionista e integrante de la familia Vicentin por supuestas irregularidades en préstamos otorgados por la banca pública a esa empresa cerealera.
Un reciente trabajo de la Bolsa de Comercio de Rosario muestra que Vicentín fue una de las mayores exportadoras del complejo de mayor peso en el comercio exterior argentino, al analizar las Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior de granos, legumbres, harinas y aceites vegetales que reporta el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, y en vísperas de cerrar formalmente la campaña de soja 2018/19 el próximo 30 de marzo.
En el listado de empresas que más exportaron, Vicentín ocupó el puesto número 6 con 8,4 millones de toneladas, o un 9% del total de ventas externas agroindustriales. El total de la deuda de Vicentín es de 1.350 millones de dólares, y está dividida entre USD 1.000 millones de los bancos y el resto a empresas del sector agrícola.
El Banco Nación es el principal acreedor de la empresa con $18.000 millones, seguido por el Banco de la Provincia de Buenos Aires con $1.600 millones y el BICE con $5 millones.
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