La situación se repite en distintas ciudades y aeropuertos del mundo. Desde que se desató la pandemia global de coronavirus y especialmente desde que el gobierno argentino dispuso una importante batería de medidas para prevenir el contagio y el avance del virus COVID-19 en el territorio nacional, los miles de argentinos que están fuera del país empezaron a encontrarse con cada vez mayores dificultades para regresar a sus hogares.
Esa es la situación también de más de 150 argentinos varados en la India, donde el virus comienza a expandirse, que actualmente intentan organizarse para poder volver al país a un precio razonable, a pesar de la recurrente cancelación de vuelos y el cierre de fronteras.
Pero allí, a 18 mil kilómetros de Argentina, la situación es cada vez más angustiante. De acuerdo al último reporte oficial, hay hasta el momento en India 415 casos confirmados, 23 pacientes dados de alta y 7 muertos. Sin embargo, por la alta densidad de población -es el segundo país más poblado con más de 1.300 millones de personas-, la pobreza y el hacinamiento en las grandes ciudades, sumados a una débil infraestructura sanitaria, hay un creciente temor de que India se convierta en el próximo foco de la pandemia que ya lleva casi 15 mil muertos y 339 mil contagios en todo el mundo.
Marianela Kapitanchuk tiene 35 años, está embarazada de tres meses y medio y el pasado 2 de marzo viajó con su novio desde Argentina hacia la India, donde planeaba quedarse hasta el 30. Diez días después de su llegada, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declararía pandemia al coronavirus y la situación global del turismo y los traslados aéreos y fluviales iba a empezar a complejizarse.
“Yo ahora estoy en Delhi, en un hotel que nos recibió, pero la situación es bastante hostil”, cuenta Marianela a Infobae. Allí, explican, muchos turistas fueron sacados de sus hoteles y la mirada de los locales hacia los extranjeros se tornó adversa. Además, los vuelos empezaron a cancelarse en cadena y las fronteras locales e internacionales fueron cerradas preventivamente. “La situación se está poniendo difícil. Las rutas están cortadas y no hay aeropuerto. Esto hace cuatro días era otro país”, dice.
Efectivamente, las medidas de contención del contagio adoptadas por el gobierno de la India afectaron todas las alternativas de salida. La India prohibió entre el 22 y el 29 de marzo el aterrizaje de todos los vuelos provenientes desde el exterior y todos los vuelos internacionales están cancelados hasta esa fecha. También se suspendieron trenes y autobuses hasta el 31 de marzo, excepto los de mercancías, un medio de transporte que es utilizado por más de 20 millones de personas a diario.
Aunque la India no estableció aún medidas drásticas de cuarentena como las que sí tomó Argentina o los países más afectados, como España o Italia, este domingo el primer ministro indio, Narendra Modi, ordenó un toque de queda “simbólico” en todo el territorio durante 14 horas como una suerte de primer ensayo para poner a prueba la capacidad del país de reaccionar ante la pandemia.
“A la gente que decidió irse hasta Delhi el cancelaron sistemáticamente los vuelos, aún pagando fortunas. Fue muy difícil salir de acá y en la última semana ya era imposible. Los pocos vuelos que salían eran imposibles de pagar”, dice Julieta Pizarro, de 41 años, que está viajando sola hace varios meses pero está en India hace dos y tampoco puede volver. A ella incluso le ofrecieron un lugar en un vuelo este domingo pero el precio era de 5 mil dólares. “El problema principal es la expansión del virus. En un país cómo este de muy bajos recursos y donde el sistema sanitario esa colapsado de por sí, sabemos que si se empieza a expandir va a estar muy complicado”, señala con preocupación desde la ciudad de Rishikesh, a 7 horas de Delhi.
“A los turistas en este momento nos están tratando bien y nos ayudan solo los que nos conocen”, observa Ana Laura Lloveras (29) que también está en esa ciudad, a la cual viaja desde hace 7 años para perfeccionarse en un estilo de yoga, y quiere regresar a Argentina. “El resto uno siente que se alejan y miran mal. A mí no me pasó nunca hasta ahora en los años que vengo, de hecho aman a los turistas. Pero de repente ahora vas caminando por la calle y no quieren mirarte, no quieren hablarte, te gritan ‘corona’ y es muy incómodo porque no sabés hasta que punto va la violencia, más cuando hay necesidades. Eso es lo que te hace pensar que quizás no es muy seguro quedarse acá”.
Hace algunas semanas, Ana Laura no tenía pensado volver todavía y hasta estaba planeando viajar a España. Pero el avance de la pandemia en Europa y el embarazo de su hermana que vive en Buenos Aires, sumado a la compleja situación que se vive en India, la convencieron de querer regresar y se contactó con la Embajada.
“Me contestaron en el momento, sin mucha certeza pero porque no la hay”, cuenta. “El aeropuerto de Delhi ahora está cerrado, probablemente cierre el de Ezeiza y seguramente en abril no haya vuelos, entonces no pueden darnos muchas respuestas. Pero sé que a quienes no tienen casa o un lugar seguro para quedarse los están ayudando y lo están resolviendo”.
“La verdad es que de la Embajada nos están ayudando un montón, junto con la Cancillería”, coincide Marianela. “Están haciendo todo lo posible, se comunican con nosotros todo el tiempo, pero sabemos que la situación es difícil. Los precios que nos piden por los boletos son desorbitantes y aun así muchos hemos comprado tickets de más para poder garantizarnos la vuelta, pero las rutas aéreas fueron canceladas. Es una situación bastante desesperante”.
“En la última semana hemos asistido con éxito a unos 60 argentinos a reubicarse en distintos vuelos de regreso a la Argentina”, informaron a este medio desde el Consulado en Delhi, donde hay contacto permanente con todos los ciudadanos argentinos varados. “Afortunadamente, en la noche de ayer [por el domingo] pudimos incluir a 12 compatriotas en uno de los últimos vuelos programados”.
Así fue que, ante la desesperación generalizada, los más de 150 argentinos en India se organizaron a través de un grupo de Facebook y un chat grupal en WhatsApp donde comparten sus situaciones particulares e información sobre vuelos y medidas oficiales. Lo que buscan ahora es que todos los argentinos varados se inscriban en un formulario de Cancillería para que allí cuenten con la información precisa para intentar gestionar su vuelta.
“Lo que se está haciendo ahora es recolectar información de quiénes somos los que querríamos volar a Argentina y dónde estamos. La idea es que en cuanto haya algún vuelo disponible podamos avisar para organizarnos y comprarlo", explica Ana Laura. “No es que yo quiero que me lleven a casa y nos regalen el vuelo, pero sí tener la asistencia y la certeza de poder volar, de tener la información”.
“La mayoría está acá desde hace bastante en India. Todo el mundo reaccionó el mismo día y se nos complicó a todos. Hace dos o tres días empezaron a echar a a extranjeros de los hoteles. No es una orden del gobierno, pero te dicen eso”, cuenta Julieta. “Tienen miedo porque, como en todos lados, hay paranoia y ya no se sabe quién puede contagiar y quién no. Hay mucha desinformación y acá nosotros somos los occidentales que traemos el virus. La situación para todos los extranjeros en general se está complicando bastante porque no están aceptando moneda extranjera y las pocas cosas que podés conseguir es a precios imposibles”.
En las últimas horas, el canciller argentino, Felipe Solá, admitió en una extensa entrevista a Radio Mitre que, en medio de las gestiones para repatriar a los argentinos varados por el mundo, está en los planes oficiales cancelar toda la actividad aérea internacional en el país como medida para profundizar la prevención de la expansión del virus.
Solá fue muy duro respecto a la situación de los argentinos que han podido regresar aún y dijo que “hay posibilidades de que algunos de los varados no puedan volver”. Con respecto a los varados en la India en particular fue poco esperanzador: “No lo veo posible, lo veo muy complejo".
“No estamos pretendiendo que nos manden un avión de Aerolíneas Argentinas a rescatarnos como dice mucha gente por allá, ni viajar gratis. Queremos que intervenga el Estado argentino y la Cancillería para tratar de buscar que algunas de la compañías que ya tienen la ruta regular nos pueda llevar”, dice Julieta. “Que nos puedan asegurar un vuelo que salga y sea un precio razonable. Sabemos perfectamente que el mundo está colapsado, que todo es un caos y que hay prioridades, pero por lo menos que se organice una vía para poder salir a corto plazo de manera segura. La sensación es que no nos vamos a poder ir por mucho tiempo y es muy angustiante. Sentimos que se nos viene el virus encima y es tremendo”.
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