La infección por COVID-19 puede conducir a que los pacientes sufran también neumonía, insuficiencia respiratoria aguda severa y, en casos más graves, ser fatal. Las personas con afecciones médicas preexistentes, como diabetes y enfermedades del corazón, son más vulnerables a los peores resultados. Para evitar las complicaciones, los centros hospitalarios deben planificar y adaptar la atención de los pacientes cardiovasculares en el contexto de la pandemia, de acuerdo con prestigiosas médicas cardiólogas de Italia e Inglaterra, que forman parte de entidades médicas como la Sociedad Europea de Cardiología que impulsan el mejor uso de los recursos para reducir los contagios y los fallecimientos.
De acuerdo con la doctora Maddalena Lettino, ex presidenta del Centro del Cuidado Cardiológico ACUTE, en Italia los pacientes cardiovasculares están accediendo al sistema de salud cuando tienen los síntomas más severos. Pero en cantidad no superan al número total de pacientes con la infección por COVID-19. “La mayoría de los pacientes que arriban a los hospitales presentan enfermedades infecciosas. Probablemente los pacientes cardíacos se quedan en sus hogares esperando a presentar síntomas más severos, para ahí recién ir al hospital. El número de camas dedicadas al COVID-19 son muchas más definitivamente que las dedicadas a pacientes cardiológicos. Este es un miedo común que rodea a nuestros pacientes en estos tiempos”.
Para protegerlos mejor, se cambió la organización de la red de emergencia cardiovascular porque no podían tener tantos departamentos de cardiología disponibles para los pacientes, ya que los médicos de atención intensiva y los doctores en general estaban dedicados al COVID-19.
“En el norte de Italia en particular están siendo reducidos en un 75% más o menos, estos hubs o punto de atención reciben a muchos más pacientes que antes. Y así y todo están tratando de mantener las camas de cuidados intensivos para ellos. Por supuesto el número total de camas de cuidados intensivos disponibles para pacientes cardiológicos es menor a la de los afectados por el coronavirus. Pero de esta manera es más fácil organizar el transporte de estos pacientes”, afirmó la doctora Lettino.
A la hora de atender pacientes cardiovasculares, “una de las cosas más difíciles son los dolores de pecho”. Porque muchos pacientes con dolores agudos ingresan al hospital quejándose por dolor de pecho. “Esto es porque suelen relacionar estos dolores con complicaciones respiratorias. Algunas veces, los cardiólogos somos llamados a las salas de emergencia para lidiar con estos pacientes para tratar de reconocer si sus cuadros son cardiológicos o tienen una estadía previa del COVID-19. Esto dificulta mucho las cosas si se piensa que muchos de los doctores están abocados al cuidado de pacientes con COVID-19 y los nuevos profesionales de la salud están en las salas de emergencia y algunas veces sólo tenemos cirujanos, o médicos jóvenes que tienden a llamar muchas más veces que los doctores con más años”, detalló como uno de las dificultades que encuentran en Italia ante el aumento abrupto de los infectados por la pandemia durante el último mes.
“Es difícil decir cuál es la tasa de mortalidad de pacientes cardiovasculares con el COVID-19, pero desde ya que si observamos que tienen un peor desenlace. La mortalidad es más alta en pacientes cardíacos que en aquellos que no presentan antecedentes en este sentido. La mortalidad es inclusive más alta en pacientes con complicaciones cardiovasculares comparados a aquellos que son hipertensos, que a su vez tienen más riesgo comparados con aquellos que no tienen factores de comorbilidad. La escala viene de pacientes sin riesgos, tendrán una menor tasa de mortalidad mientras que a medida que se presentan más factores de riesgo la mortalidad aumenta, sobre todo en pacientes con problemas cardiovasculares”, comentó Lettino.
En casos de pacientes cardiovasculares con test positivo del virus o sospechosos en centros hospitalarios, “se deben desarrollar procedimientos operativos estándar y simulacros, ya sea que se traiga al paciente desde la ambulancia o desde su unidad de cuidados intensivos, su unidad de cuidados coronarios o donde sea que se encuentren en el hospital, se necesita tener un equipo de transporte especializado y les acabo de mostrar aquí un ejemplo de lo que implicaría esa capacitación y de lo que se necesita pensar”, dijo Susanna Price, presidenta de la Asociación de Cuidados Cardiovasculares Agudos, en Londres.
En Inglaterra, si un paciente necesita ir del laboratorio de cateterismo al quirófano o al escáner CT, se alerta a la seguridad del centro hospitalario y a los equipos de destino 30 minutos antes de asegurarnos de que estos corredores estén despejados. “Cuando terminamos nuestro procedimiento en el laboratorio de cateterismo, por supuesto, tuvo que dar tiempo para la limpieza para asegurarse de que sea seguro de usar para el próximo paciente en esta transición y, aunque necesita minimizar nuestra aerosolización de aislamiento y si hay alguna riesgo de que su paciente necesite ventilación de integración, hágalo antes de utilizar su equipo de intubación y ventilación dedicado”, sostuvo Price como recomendación a sus colegas.
La doctora Price hizo un llamado de atención para que los centros hospitalarios se preocupen no sólo por los pacientes sino también por el personal de la salud. “El primer deber de cualquier empleador es proteger a su fuerza laboral y creo que nunca ha sido tan importante y evidente, y durante esta pandemia emergente, el equipo de protección personal es absolutamente vital”. Se debe entrenar al personal para que se ponga un equipo de protección y para quitarlo “La fase más peligrosa es cuando se lo sacan”, advirtió. También hay que “aislar al personal no esencial y enviarlos a casa si no necesita que desarrollen nuevas formas de trabajar con un trabajo en equipo remoto y recuerde que está en él a largo plazo. Esto no son unas vacaciones. Eso es lo que hemos aprendido de China e Italia, es que nos espera una maratón”.
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