Incertidumbre y angustia, son las palabras que repiten quienes están en cuarentena en hoteles o durmiendo en aeropuertos de distintas ciudades a la espera de un lugar en alguno de los aviones de bandera argentina que iniciaron la repatriación de turistas del país varados en el mundo, detenido a causa del COVID-19.
El viaje soñado de dos amigas de Mendoza que se convirtió en la pesadilla de pasar horas en el Aeropuerto de Cancún, no saber si podrán viajar en un vuelo de Aerolíneas o si deberán esperar un mes para volver. La historia de una familia de Neuquén que desde el 11 de marzo vive aislada en distintos hoteles europeos, pero que finalmente este fin de semana retornará al país.
Estefanía está en el Aeropuerto de Cancún, sin fecha de regreso y esperando por un espacio en el avión para regresar
“¡No sabemos cuándo vamos a regresar! ¡Esto es desesperante! Copa Airlines nos mandó un mail avisando que será después del 21 de abril”. La voz angustiada del otro lado del teléfono es de Estefania Balmaceda, una empleada del Ministerio Público Fiscal de Mendoza, que desde hace más de 24 horas está en el aeropuerto de Cancún a la espera de una respuesta. Hasta allí llegó para disfrutar de sus vacaciones junto a una amiga con la que querían conocer Playa del Carmen.
El lugar estaba elegido desde hacía meses. El año laboral rogaba un merecido descanso y del otro lado del continente comenzaba a escucharse las primeras noticias sobre un extraño virus, el COVID-19. Lo veían lejano.
“Con mi amiga siempre salimos de vacaciones entre febrero y marzo, y este año quisimos visitar Playa del Carmen. Organizamos este viaje con nuestros ahorros y el sacrificio que hicimos en un año de perdernos un montón de cosas”, contó a Infobae mientras esperaba por alguna noticia en el Aeropuerto de Cancún, en México.
Desde el 19 de marzo viven en la incertidumbre de no saber cuándo podrán regresar a Argentina. Esto es porque llegaron a esa ciudad haciendo escala en Panamá, país que cerrará sus fronteras este domingo. “Volamos de Mendoza a Chile, de allí hicimos combinación a Panamá y de ahí a Cancún. Cuando llegamos estaba todo bien: teníamos fecha de regreso para el 27 de marzo saliendo de Cancún a Panamá y de allí directo a Mendoza, pero ahora no podemos volver porque el aeropuerto de Panamá está cerrado y la aerolíneas con la que volamos reprogramó todos los vuelos”.
Las oriundas de Mendoza se enteraron ayer, por Twitter, que “a partir de este domingo 22 de marzo a las 11:59 pm (04H00 GMT de lunes) quedarán suspendidas las llegadas y salidas de todos los vuelos internacionales a nuestro país, por un periodo de 30 días”. Así comunicaba su decisión el presidente panameño, Laurentino Cortizo.
La medida afecta particularmente al Aeropuerto Internacional de Tocumen, una de las terminales áreas más importante de Latinoamérica y hub principal de operaciones de la empresa panameña COPA, que anunció este semana la reducción en un 80% de sus operaciones como consecuencia de la crisis por el COVID-19. Estefanía y su amiga habian viajado por esa empresa.
“Estaba mirando twitter y leo que se iban a cerrar las fronteras de Panamá y que no habría más vuelos desde el 22 y nosotras con pasajes para el 27 de marzo... Enseguida se lo mostré a mi amiga porque no podía entender”, recuerda y explica que “no podemos volver porque la empresa en la que volamos no tiene convenio con Aerolíneas y al igual que otros mil argentinos quedamos en una lista de espera”.
La noticia la paralizó y siguió averiguando qué estaba pasando y qué tenían que hacer. “Comenzamos investigar y supimos que no había más posibilidad, que no era posible salir de Cancún antes del domingo. Nos sentimos desconcertadas. Quisimos adquirir algún pasaje por las páginas de Copa pero fue imposible. Tenemos estadía paga en Playa del Carmen hasta el viernes 27, pero decidimos quedarnos en el aeropuerto de Cancún para tratar de conseguir un vuelo que nos regrese a Argentina”, cuenta.
Al llegar ese día al mostrador de la compañía aérea se encontró con una fila de 100 personas con el mismo reclamo. “Había gente de Brasil, Chile, Perú y Estados Unidos, de todos lados y muchísimos argentinos. Cuando fui a otro sector del aeropuerto para averiguar por los vuelos de repatriación me dijeron que comenzaban a atender a las 5 de la mañana y que harían una lista de espera por orden de llegada así que volvimos a Playa del Carmen a hacer la valija y llegamos al aeropuerto a las 3:30 de la madrugada. Decidimos quedarnos en el aeropuerto hasta poder conseguir un vuelo, pero no sabemos cuánto tiempo estaremos aquí”, admite consternada.
El vuelo del domingo con destino a Panamá, la escala que hace Copa Airline, está lleno y será el último hasta el 21 de abril. “Dijeron que los vuelos cancelados se van a reprogramar a partir de esa fecha y que si queríamos algún tipo de solución teníamos que hacer un trámite en la Embajada, llenamos un formulario online”.
Tras llenar el formulario, Estefanía recibió un llamado del Consulado de México para interiorizarse de la situación. “La mujer que me llamó dijo que era la aerolínea la que debería darnos una respuesta y no hubo más chance comunicación”.
La voz de Estefanía se confunde con la silbatina del aeropuerto y se disculpa por si no se le entiende bien cuando porque usa barbijo. Cuenta lo que ve y minutos después envía fotos y un video que pide se use para ilustrar lo que relata. “La desesperación y el desconcierto que tenemos es grandísimo. Hay gente con niños, gente adulta. Y el nivel de desinformación es impresionante porque nadie nos dice nada”, admite.
“El último mail que nos envió Copa Airlines dice que los vuelos se reprogramarán a partir del 21 de abril, que es cuando abran el aeropuerto de Panamá. A raíz de eso hay unos mil argentinos anotados en la lista de Aerolíneas para esperar el vuelo de repatriación que además reprograman el vuelo para tener una fecha de regreso certera. La nuestra es el 23 de abril. De Cancillería habilitaron un numero de WhatsApp que nadie responde y del Consulado no han venido para hacer las gestiones correspondientes. Lo único que nos repiten es que hay orden de prioridades y que en base a eso la gente irá subiendo a los aviones. Es desesperante”.
El triste experiencia de Claudio Foigel y su familia
“Cumplí 20 años en la empresa en la que trabajo y me regalaron el viaje que quise compartir con mi esposa y mis hijos. Planeamos pasear juntos por Madrid, París y Frankfurt, y desde el 12 de marzo estamos aislados en distintos hoteles. Incluso haciendo cosas que jamás imaginé, como bajar escaleras con las manos en los bolsillos para no tocar nada”.
Esas palabras son de Claudio Foigel (48), en aislado con su familia en Madrid desde hace 3 días, pero que antes estuvo de la misma manera en Paris y Frankfurt. Los días de inquietud ya se acaban: luego de esperar 8 días y vivir con el interrogante sobre el regreso, en pocas horas tomarán el vuelo que los traerá de regreso.
“Salimos de Neuquén el 8 de marzo con un tour armado. Este viaje fue para mi un regalo de la empresa donde trabajo porque cumplí 20 años. Cuando salimos de Argentina lo complicado era Italia, pero como no estaba en nuestros planes pensamos que todo marcharía sin problemas. Nuestro itinerario eran algunas ciudades de España, Francia y Alemania que no estaban tan complicadas, por eso decidimos hacer el viaje porque el riesgo era perder todo”, cuenta a Infobae desde la habitación de un hotel de Madrid en la que desde hace 3 días la familia de cuatro integrantes está aislada.
Al salir tomaron precauciones: llevaron barbijos y alcohol en gel. Al llegar a Madrid tomaron un día de descanso para adaptarse al cambio de horario. De allí fueron a París. “Solo pudimos ver la Torre Eiffel. Al otro día, el 11 de marzo, empezaron las restricciones y nosotros a averiguar cómo volver antes”, cuenta.
Allí se inició el rally para moverse por las ciudades en las que comenzaba las restricciones por la pandemia. Cumplían con las disposiciones sanitarias, pero intentaban moverse de acuerdo al cronograma original para no perder ni los pasajes ni las estadías pagas.
“El 12 de marzo fui al consulado de Argentina en París para averiguar qué podíamos hacer y nos dijeron que teníamos dos opciones: volver antes o usar los pasajes que ya teníamos programado moviéndonos por las ciudades donde todo estaba más tranquilo. En ese momento no estaba claro de qué manera podríamos volver por lo que decidimos quedarnos. Esas dos noches en París estuvimos aislados, pero veíamos que los franceses no respetaban el aislamiento. Los bares estaban llenos”, recuerda y dice que al día siguiente se vieron obligados a salir en busca de comida porque “en el hotel ya no estaban dando ni desayuno ni comida”.
De París viajaron a Frankfurt, donde se enteraron que “el gobierno argentino había decretado el cese de los vuelos a partir del 16 de marzo y que nuestro vuelo quedaba cancelado. Después supimos lo de los aviones de repatriación y debíamos regresar a Madrid”. Hacerlo fue una odisea.
Claudio y su familia lograron entrar al listado de pasajeros que serían repatriados por un avión de Aerolíneas Argentinas. “Nos confirmaron por mail que el 21 de marzo un avión nos esperaba en Madrid para volver a casa. Esto no se lo deseo a nadie porque vivimos mucha incertidumbre y si bien no tuvimos miedo, sí sentimos ese interrogante de no saber qué va a pasar. De tener cualquier síntoma, porque salí de Neuquén con faringitis, y pensar `¿me habré contagiado?´ Tomamos todos los recaudos, hicimos lo que jamás pensamos que fue hasta bajar escaleras con las manos en los bolsillos para no tocar nada”.
El hombre que llegó a Europa para celebrar con sus seres queridos los 20 años de trabajo en una empresa de energía eléctrica de Neuquén no quiere dejar de agradecer a sus familiares y amigos que en ningún momento los dejaron solos. “Hasta nos ofrecieron dinero y mi suegra quería venir a buscarnos”, cuenta y se ríe esperanzado de que nada cambie los planes que los regresen a su querida provincia sureña.
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