El Gobierno está funcionando a pleno pero solo con el personal político o de mayor jerarquía, realizando un nuevo esquema de agenda y prioridades. En Casa Rosada no hay ingresos por la puerta de Balcarce 50, de invitados para los eventos. Y muy pocos por la puerta de Balcarce 24, que es la que utilizan los empleados. La entrada VIP de avenida Rivadavia, conocida como “explanada", fue habilitada para el ingreso general para que la seguridad presidencial pueda hacer un control exhaustivo de la temperatura y de las personas que entran.
“Buscamos funcionar con la menor cantidad de personal posible, queremos que la gente se quede en casa haciendo la cuarentena obligatoria, sin poner en riesgo su salud ni la de la población”, aseguró un destacado funcionario con oficina en el primer piso. De hecho, el restaurante del personal cerró y solo se ve personal de limpieza y seguridad. La sala de periodistas sigue abierta.
En cada oficina el mensaje es prepararse para lo que se viene, lo que se traduce en suspender la agenda que se venía desarrollando y prepararse para las nuevas responsabilidades, que en todos los casos supone tomar algún aspecto de la emergencia sanitaria. Esto puede traducirse en paliar la falta de insumos para terapia intensiva en el interior, desplegar un sistema logístico eficiente para que algunos recursos como el agua lleguen en tiempo y forma adonde no hay potabilización, o diseñar un nuevo esquema de consenso político con funcionarios de provincias que están en manos de la oposición.
“¡Estamos en otra Argentina!”, dijo un funcionario político experimentado en situaciones de crisis, que jamás imaginó que llegaría a la Casa Rosada para enfrentar una situación semejante. "Ingresamos en la dimensión desconocida”, agregó otro, igualmente preparado para todo lo que puede venir en esta guerra contra un enemigo invisible, que exige no mirar para otro lado.
Mientras tanto, Alberto Fernández se quedará en la Residencia de Olivos, acompañado por el ministro de Economía, Martín Guzmán, quien a las 16 anunciará por webcast una actualización sobre el desarrollo macroeconómico que tiene previsto y “los principios de sostenibilidad de la deuda”, según el comunicado que ayer por la tarde distribuyó, antes de la reunión que el Presidente mantuviera con los gobernadores, donde se acordó la cuarentena obligatoria.
Al mediodía, en su calidad de comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, el Presidente auditó las “acciones de apoyo a la comunidad y asistencia humanitaria que se llevan adelante simultáneamente en todo el territorio nacional”, para las que se desplegaron efectivos en todo el país.
En el encuentro en el que participaron el ministro de Defensa, Agustín Rossi, el jefe del Estado Mayor Conjunto, Juan Martín Paleo, el jefe del Ejército, Agustín Cejas, de la Armada, Horacio Guardia, y de la Fuerza Aérea, Xavier Isaac, también se anunció que este fin de semana saldrán dos aviones Hércules hacia Perú para colaborar con el retorno de argentinos que quedaron varados en ese país.
A la Rosada llegó más tarde de lo habitual el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, en contacto permanente con lo que está sucediendo en las provincias. No se lo vio como es habitual al jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, a primera hora, pero al mediodía ya estaba reunido con el ministro de Transporte, Mario Meoni, la ministra de Seguridad, Sabina Frederic, el ministro de Turismo, Matías Lammens, y la secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti. En cambio, sí se encuentra el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello, asistiendo a su jefe en la compleja logística para poner al Gobierno en línea con la emergencia sanitaria que, entre otras cuestiones, exige un cuidado especial de las condiciones de cuarentena de los funcionarios que hayan estado de viaje por el exterior.
“Hay que tenerlo en claro para que no estén cerca del Presidente ni de sus asesores, tenemos que ser muy estrictos al respecto para que no nos pase lo que a otros países", explicaron desde una privada. Sin decirlo, hablaban de la descuidada situación por la que está pasando Brasil, con la mayoría de los funcionarios principales cursando el COVID-19, incluyendo al propio general Heleno, que tiene oficina junto a Jair Bolsonoro, con quien está en contacto permanente.
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