Entre las limitaciones en el transporte público y la cuarentena obligatoria que impondrá hoy el presidente Alberto Fernández, la violación del aislamiento impuesto por decreto -un delito perseguido e investigado por la Justicia federal que llevó a diversas detenciones en las últimas horas- se convierte en una preocupación social.
Para canalizar las denuncias de vecinos que reportan a aquellos que violan el período de 14 días de encierro tras regresar de zonas de riesgo como China, Irán, Corea del Sur, Europa y Estados Unidos, el Ministerio de Seguridad de la Nación encabezado por Sabina Frederic instaló la línea 134. En su primer día, a comienzos de esta semana, la línea recibió 1.400 llamados, de los cuales 130 resultaron casos remitidos a la Justicia.
Hoy, esa línea llegó a su pico. Según aseguraron fuentes en el Gobierno, entre las 5:00 y las 12:00 horas de hoy se recibieron 1.483 llamadas, un incremento del 30% con respecto al día anterior.
Como parte de la iniciativa se creó un Comando Unificado, integrado por la Dirección Nacional de Inteligencia Criminal y las cabezas de las cuatro fuerzas federales. De esos 1.483 llamados, se remitieron 60 casos hasta el momento al Comando para su análisis.
Se recibió una gran cantidad de llamadas vinculadas con otras cuestiones relativas a la emergencia: sobre cuestiones de competencias y directivas emanadas por el Ministerio de Salud, cuestiones relativas a empleadores que obligan a concurrir a sus lugares de trabajo a sus empleados; denuncias sobre lugares de esparcimiento que permanecen abiertos y con concurrencia de público y sobre establecimientos que no respetan las distancias sociales. La línea funciona de 5 AM a 2 AM, con 28 operadores en línea. Viernes, sábado y domingo funciona las 24 horas.
Los casos, mientras tanto, se acumulan.
Ayer por la tarde, una médica, de 72 años, que, paradójicamente, trabaja en una fundación que atiende personas con problemas respiratorios, regresó de Barcelona el 8 de marzo pasado y fue arrestada por no cumplir con la cuarentena obligatoria
La mujer, sin advertir sobre los protocolos de sanidad impuestos por el Gobierno nacional, a su vuelta continuó con su vida regularmente. Salía a trabajar, hacía las compras, iba y venia. Se comportaba como siempre. Sus vecinos alertados por la situación y por el miedo a contagiarse el virus la denunciaron. Está tarde, la Policía Federal la localizó, la llevó a su casa y le colocó custodia para que cumpla con el aislamiento correspondiente. Mientras, la Justicia la acusa por romper la ley federal que rige en medio de la pandemia.
El miércoles por la noche, el empresario Fernando Riccomi, cabeza del equipo de rugby Ceibos, también fue detenido por violar la cuarentena tras un viaje a Estados Unidos.
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