Li Yonh, un hombre de origen chino y dueño del supermercado “Luna Market" de la localidad bonaerense de Avellaneda, fue detenido ayer por la Policía Bonaerense luego de volver de su país por no cumplir con la cuarentena obligatoria decretada por el gobierno nacional tras el avance del coronavirus. Según informaron fuentes policiales a Infobae, la situación fue denunciada por un vecino del barrio.
En el lugar se hizo presente el comando de patrullas de Avellaneda, quienes constataron que el dueño del comercio -ubicado en la avenida Galicia al 630- había viajado a China el 24 de enero y regresado a la Argentina el pasado 2 de marzo. Esto supone que debía cumplir con el aislamiento preventivo, por lo que procedieron a la clausura inmediata del lugar.
Yonh, al momento del operativo, estaba en compañía de al menos dos personas más. Por eso, se le solicitó también a los funcionarios del Área de Salud Municipal que realizaran todos los análisis médicos correspondientes para determinar si tenían presencia del virus. Para ello, acudió personal del SAME, que dictaminó a priori que ninguno de los pacientes presentaba síntomas compatibles con una infección.
Sin embargo, por orden del Juzgado Federal de Quilmes, a cargo del doctor Luis Armella, se dispuso la detención del comerciante, alojarlo en un lugar aislado y hacerle un hisopado para su análisis posterior en el instituto Malbrán y así establecer si está contagiado con coronavirus.
De igual forma, el magistrado ordenó continuar con el protocolo con el resto de las personas que estaba dentro del supermercado, a quienes se les notificó que deberán usar barbijo, guantes de látex y también respetar la cuarentena estipulada por ley.
El caso de Yohn no fue el único. Ayer, un vecino del barrio porteño de Parque Chacabuco alertó a las autoridades de la Ciudad de Buenos Aires sobre un ciudadano chino dueño de un supermercado que había viajado reciente a su país de origen y que pese a ello, continuaba trabajando en su local con normalidad.
Dos móviles de la policía de la ciudad se acercaron a la Avenida Asamblea 672. Allí se comprobó que había estado un mes en Hong Kong. Viajó en febrero y había retornado a la Argentina doce días antes. Según se constató, arribó al aeropuerto de Ezeiza el martes 3 de marzo.
Si bien no se le encontraron síntomas, el comerciante fue obligado a mantener el aislamiento junto a su mujer y su hijo en su domicilio, que se ubica arriba de su local. Durante los próximos 15 días, la familia tendrá custodia policial las 24 horas en su puerta para controlar que cumpla con la resolución. El local, por su parte, también fue clausurado hasta que finalice la cuarentena.
Esta mañana, el Ministerio de Seguridad de la Nación habilitó la línea 134 para denunciar a quienes no respeten la cuarentena, en un comando unificado con las cuatro fuerzas federales.
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