Más temprano o más tarde, el coronavirus Covid-19 llegará a nuestro país. Y el grito de alerta cuando se confirme el primer caso saldrá del Servicio de Virosis Respiratorias del Anlis-Malbrán.
Elsa Baumeister, la jefa de ese servicio, habló con Infobae. Ella está a cargo de los diez científicos que trabajan en la Unidad Operativa Centro de Contención Biológica (UOCCB), la plataforma de laboratorios de alta complejidad y niveles de bioseguridad 2, 3 y 3 animal. Un centro high tech que cuenta con una autonomía de 48 horas de carga máxima de trabajo por una línea de media tensión dedicada a ellos y un grupo electrógeno exclusivo por las dudas; tres autoclaves y una planta de tratamiento de efluentes en línea para la disposición de desechos patogénicos; heladeras, freezers, ultra freezers e incubadoras.
Para estudiar posibles casos de coronavirus, usan un área con cabinas de Seguridad Biológica 2. Allí trabajaban con un equipamiento especial, una bata blanca que usan sobre el delantal, guantes, un barbijo con respiradores -”Un N95 al menos”, indica- y protección ocular. El lugar posee un sistema de flujo de aire continuo por dentro, que hace imposible la salida al exterior de cualquier patógeno que puedan manipular, así como la entrada de cualquier contaminante para las muestras. Es el sector donde se abren los paquetes que contienen los tubos con las muestras que llegan de los diferentes hospitales.
“Hasta el momento los casos analizados no llegan a veinte -cuenta Baumeister-. Y los que concluimos (el estudio tarda 48 horas) han dado negativo. Debemos estudiar los de quienes han estado en un crucero en Camboya que están en aislamiento domiciliario. Son dos personas de La Plata y dos más de la ciudad de Buenos Aires”
-¿Cuál es el protocolo que siguen?
-Primero, los pacientes deben responder a una distinción de casos que estipuló el ministerio de Salud; cumplir con ciertos signos y síntomas: fiebre, algún síntoma respiratorio. Pero es muy importante el nexo con un lugar donde esté documentada la transmisión viral, o que hayan estado en contacto con algún caso confirmado. Esas indicaciones de cuál es el caso sospechoso están en la página web del ministerio de salud.
-¿Pero al haber casos en más de 33 países se sigue tomando esto en cuenta?
-Tenemos que considerar dónde hay transmisión sostenida, no solo los países donde ha habido casos. Por ejemplo, Brasil recién tiene un caso, e importado. No se puede documentar que hay circulación del virus allí. Es distinta la situación de China, donde hay una situación sostenida, o en Corea o Irán. Tenemos que considerar eso.
-Se sabe de casos sospechosos en el interior del país. ¿Cómo se transportan las muestras?
-Lo hacemos en triple envase. Consta de tres capas: la primera, el tubo con la muestra. La segunda, un envase rígido con un material absorbente, el que va colocado el tubo con la muestra. De esa manera se lo protege de golpes o roturas. Y ese, a su vez, se coloca dentro de una caja, que tiene la información de quien lo manda y quien lo recibe. Y todo se envía refrigerado, porque las muestras se deben conservar en frío.
-¿Viaja en un avión sanitario o en uno de línea?
-El Malbrán tiene una cuenta de Jet Pack para todas las provincias, donde se entregan en la oficina.
-¿Se entrenaron de forma especial para analizar el coronavirus?
-Tuvimos reuniones multidisciplinarias para ver cómo enfrentamos esta situación. Estamos planeando para marzo una capacitación para nuestra red nacional de laboratorios. Como consecuencia de la pandemia del 2009, pudimos transferir, durante la misma, la técnica de diagnóstico molecular de influenza a todas las provincias. En este momento hay por lo menos un laboratorio por provincia que diagnostica influenza A y B. Y la técnica específica para este coronavirus es muy similar, así que tendríamos personal en las provincias capacitados para hacerlo. Nos reuniremos para repasar toda la situación. También habrá participación de epidemiólogos, para decidir qué casos hay que estudiar y cuáles no.
-¿Hay reactivos suficientes en el país para coronavirus?
-En este momento tenemos. Son limitados los recursos, piense que estamos tratando de adquirirlos, y en todo el mundo también están tratando de adquirirlos. Nosotros tenemos los que nos dio la OPS (Organización Panamericana de la Salud) en un entrenamiento que recibió nuestro laboratorio en un taller de Diagnóstico y Detección por Laboratorio del Nuevo Coronavirus (2019-nCoV) que se hizo el 7 de febrero en el Instituto Oswaldo Cruz (Fiocruz) de Brasil. Nos dieron alrededor de 100 determinaciones nada más. Pero ahora hemos adquirido más, que mandamos a sintetizar para tener en el laboratorio los reactivos necesarios. Y estamos por recibir otra tanda de la OPS. Pero, además, desde el principio del brote usamos un PCR (reacción en cadena de la polimerasa) de punto final para detectar todos los coronavirus, aunque no nos dice cuál. Entonces, primero usamos ese análisis, y si tenemos resultados positivos, hacemos el más específico para confirmar. Excepto en casos que sean muy urgentes de resolver.
-¿Hay distintos tipos de coronavirus?
-Son muchos. Es un grupo que infecta especies animales diferentes. Algunos a las aves, otros a los bovinos. Huésped de muchos coronavirus son los murciélagos. Y en este caso, el virus llegó al humano a través de un huésped intermediario que son unos mamíferos, los palm civets, o civetas, animalitos que se comen en el sudeste asiático, en China, estuvieron infectados con el virus y le trasladaron la enfermedad al ser humano. Y una vez que ingresó, como este virus tiene una buena transmisión entre las personas, comenzó a diseminarse.
-¿No fue a partir de murciélagos o el pangolin, entonces?
-El pangolino estaría relacionado con el SARS o Coronavirus 2.
-¿Cómo se diferencia de una gripe común?
-Ese es el gran reto de los que estudiamos virus respiratorios. En este caso especial, nosotros estamos en verano, pero a la mayoría de los virus respiratorios los detectamos desde comienzos del otoño hasta la primavera, incluso un poco más. Los respiratorios son un grupo de virus que circulan en un momento muy similar. El laboratorio nos termina diciendo de cuál se trata. Hay algunas presentaciones muy particulares, como el virus de influenza (gripe) que es característico. En el caso del SARS, la presentación podría ir desde una enfermedad tipo gripal hasta una infección respiratoria aguda grave, con neumonía; y luego, si el individuo no logra superarla, se podía entrar en distrés respiratorio y morir. De SARS hubo un diez por ciento de mortalidad global. La gripe A tiene una mortalidad no tan grande. En el país, todos los años hay un número importante de fallecimientos por influenza, tanto H1N1 como H3N2. Y también, en menor proporción, por los virus influenza B.
-¿Es más o menos mortal el coronavirus que la gripe A o el SARS?
-En este momento no lo puedo decir. Debería ver como va a terminar la epidemia para afirmarlo. Por ahora, lo que se ve es que la mortalidad no es tan elevada, un 2 o 3 por ciento, y está focalizada en los grupos de edad avanzada. Ahí, y en pacientes con enfermedades de base, se ve que es superior.
-Si no hay vacunas ni antivirales ni antibióticos que lo curen, ¿cómo se trata a una persona con coronavirus?
-No hay nada de probada eficacia. Se están probando algunos antibióticos, viendo si surten efecto. Hay diseños nuevos en base a estudios moleculares del virus para impedir su replicación en el organismo. Y vacunas tampoco hay. Todavía falta bastante, pasarán meses hasta generar resultados. Lo que sí se trabaja es en la producción de antisueros monoclonales artificiales, que sean específicos contra el virus para tratamientos de pacientes muy graves. Este tratamiento ya existe para virus respiratorios en niños pequeños de alto riesgo. En esos casos se les aplica tres veces en el año para ayudarlos a transitar el invierno, y así, si se infectan, que no sea grave, o que directamente no se enfermen.
-Por último, ¿qué expectativas tiene con respecto a la respuesta que se le puede dar al virus?
-Este es un problema de salud pública y es importante ocuparse, pero quizás hay que bajar un poco el nivel de ansiedad que uno observa en los medios de comunicación. Hay otras patologías que ocurren y son también muy importantes. Por otra parte, tenemos una red de laboratorios con plataforma molecular en el país, y un buen sistema de vigilancia de infecciones respiratorias. Eso se fortaleció en el 2009 con la pandemia.
-Pero en ese momento, Argentina fue el segundo país en cantidad de muertes a nivel mundial.
-A diferencia del hemisferio norte, nos agarró de lleno en el invierno. No sólo circulaba el virus de la Gripe A, sino que se combinó con otros patógenos que circulan habitualmente en esos meses. Hubo enfermos muy graves que tenían la gripe A junto al neumococo, los dos patógenos juntos, y eso generaba más riesgo de muerte que los que tenían solo gripe A.
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