Restricciones de la Alcaldía de Cali tras los desmanes entre hinchas de América y Nacional: “Esto no fue fruto de la pasión”

La tribuna sur del estadio Pascual Guerrero en Cali estará cerrada durante seis meses, según anunció el secretario de Seguridad y Justicia de la ciudad, Jairo García.

Esta medida es parte de una serie de acciones implementadas por la Alcaldía de Cali y la Policía Metropolitana debido a los disturbios ocurridos el pasado 15 de diciembre de 2024 durante la final de la Copa BetPlay entre América de Cali y Atlético Nacional, que resultaron en ocho policías heridos.

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El alcalde de Cali, Alejandro Éder, por medio de un comunicado, solicitó a la Comisión de Fútbol que imponga sanciones severas a los responsables de los incidentes violentos. Además, Éder ha prometido que la Administración local hará todo lo posible para llevar a los culpables ante la justicia. Adicionalmente, en una publicación realizada en redes sociales, el mandatario afirmó: “En Cali no es aceptable que la violencia y el fútbol se sigan mezclando”.

Entre las medidas adoptadas, se incluye la prohibición permanente del uso de pólvora dentro del estadio. Además, durante los próximos seis meses, no se permitirá la entrada de instrumentos musicales ni banderas al recinto deportivo. Por su parte, García también mencionó la propuesta de transformar la tribuna sur, actualmente ocupada por la barra Barón Rojo, en un espacio familiar.

La Administración local evalúa imponer un control más estricto en el ingreso al estadio, en el que también solicita la colaboración del equipo escarlata para implementar estas restricciones. “Esta administración ha manifestado que quien viene a portarse bien, bienvenido”, añadió García.

Por otro lado, se ha decidido el cierre completo del estadio por cinco fechas a partir de 2025, como parte de las medidas para garantizar la seguridad y promover un ambiente constructivo en los eventos deportivos de la ciudad.

El secretario de Seguridad de Cali reiteró: “Queremos un escenario familiar que genere valor agregado a la ciudad”. Y afirmó: “Esto no fue fruto de la pasión, aquí hay una coordinación previa con un objetivo claro”.

Y agregó lo siguiente: “Mandamos un mensaje a todos aquellos que afectaron”. García fue tajante en aseverar que de manera permanente no se permitirá el ingreso ni el uso de pólvora en el estadio Pascual Guerrero ni en ningún otro escenario deportivo en la ciudad.

Cabe recordar que, el árbitro José Ortiz decidió finalizar el encuentro en el minuto 85, cuando un grupo de aficionados logró superar las barreras de seguridad e ingresar a la cancha.

El comandante de la Policía de Cali, coronel Carlos Oviedo, informó que tres policías resultaron heridos durante los disturbios y están recibiendo atención médica. Según Oviedo, los problemas comenzaron cuando miembros de las barras del América de Cali intentaron acceder al terreno de juego, lo que desencadenó una serie de desórdenes.

El alcalde de Cali, Alejandro Éder, desde el principio expresó en su cuenta de X que las autoridades continúan en la labor de identificar a los responsables de los actos violentos tanto dentro como fuera del estadio. Además, subrayó la importancia de tomar medidas para evitar que situaciones similares se repitan en el futuro.

Aparte de las lesiones personales, los disturbios causaron daños materiales significativos en el estadio. Los hinchas rompieron asientos, cristales, señales de evacuación y puertas de los baños, lo que representa un desafío adicional para las autoridades encargadas de la seguridad en eventos deportivos.

Este incidente resalta la necesidad de reforzar las medidas de seguridad en los estadios y de implementar estrategias efectivas para manejar a las multitudes en eventos de alto perfil. De esta forma, las autoridades locales y los organizadores del torneo evalúan las circunstancias que llevaron a este desorden para prevenir futuros incidentes.