Camilo Vargas, la figura de Colombia en El Alto y los problemas de sobrepeso que por poco terminan con su carrera

El bogotano reveló que antes de debutar con Independiente Santa Fe tuvo que bajar 15 kilos por petición del cuerpo técnico Cardenal en ese momento

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Camilo Vargas fue suplente de
Camilo Vargas fue suplente de David Ospina en los mundiales de 2014 y 2018 - crédito Imago

En la tarde del 10 de octubre, la selección Colombia perdió el invicto que tenía por eliminatorias tras caer derrotado 1-0 frente a Bolivia en El Alto; sin embargo, una de las figuras de la Tricolor fue el guardameta bogotano Camilo Vargas, que salvó en más de una ocasión el arco cafetero.

Debido a su actuación en Bolivia, Vargas fue tendencia en redes sociales, en donde los usuarios defendieron al arquero de Atlas tras la derrota, puesto que logró completar siete atajadas y dos despejes durante los 90 minutos, siendo el segundo colombiano con mejor calificación, solo superado pro James Rodríguez.

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Cabe recordar que, Camilo Vargas es el guardameta titular de Néstor Lorenzo, pero lleva en la selección Colombia más de 10 años, ya que hizo parte del combinado nacional que representó al país en los mundiales de 2014 y 2018, pero en esos momentos era suplente de David Ospina.

Las actuaciones del bogotano en la Tricolor también han provocado que los fanáticos se interesen más por su historia, ya es que es poco conocido que en su juventud sufrió de problemas de peso que estuvieron a punto de alejarlo de las canchas.

Camilo Vargas se ha convertido
Camilo Vargas se ha convertido en ídolo de Atlas en México - crédito Getty

Antes de llegar a la convocatoria de Colombia, Vargas habló con el periodista Luis García en México y aprovechó la ocasión para recordar como fueron sus inicios en el deporte. En primer lugar, el bogotano reveló que era delantero, pero debido a que cuando niño tenía un problema de sobrepeso, los entrenadores le indicaron que era mejor que estuviera como arquero.

“Empecé en el barrio de jugador de campo, en la escuela donde estaba era jugador, pero un día, a los 10 o 11 años, un profesor me dijo “ponte en el arco”, yo era delantero, pero en ese momento tenía algo de sobrepeso, mi apodo siempre en las fuerzas básicas era “Gordo””, indicó el colombiano.

Debido a su peso, Vargas buscó en el paraguayo José Luis Chilavert un referente con el que se convenció de que los kilos de más no serían impedimento para jugar fútbol de manera profesional.

“En Colombia teníamos buenos porteros a nivel mundial, pero me llamaba la atención José Luis Chilavert, su personalidad, me parecía que era un arquero grande y tenía una contextura que yo tenía en ese momento”.

Sobre el inicio de su carrera, Vargas recordó que en un torneo aficionado fue que un directivo de Santa Fe lo buscó para que se vinculara al club Cardenal.

“En mi niñez estuve vinculado a una escuela y tenía una participación en un torneo de barrio al que van jugadores profesionales. Yo tenía 15 años y tuve un par de partidos muy buenos, estaba el presidente de Independiente Santa Fe y le hace la invitación al director de la escuela para que me prestara un año”, declaró Camilo Vargas.

El guardameta fue uno de
El guardameta fue uno de los mejores calificados en el partido entre Bolivia y Colombia - crédito Reuters

El bogotano indicó que estaba ilusionado con llegar a debutar con Santa Fe, pero debido a que pesaba casi 100 kilogramos, el cuerpo técnico del equipo, en ese momento, le indicó que debía bajar al menos 15 kilos para poder sumarse al equipo profesional.

“Al final de temporada viene un entrenador y me dice que me invita al plantel profesional, pero con condiciones, que tenía que bajar 15 kilos. En el principio de la pretemporada hacía trabajo antes, durante y después, tenía un preparador físico para mí y un compañero que también tenía problemas de peso”.

Por último, Vargas recordó su debut como profesional, momento que comparó con un viaje difícil en avión, pero afirmó que desde ese momento entendió que estaba haciendo lo que verdaderamente le apasionaba.

“Debuto a los 18 años, en Colombia el debut de un arquero joven era difícil, pero la normativa de llevar un jugador menor ayudaba. En un partido expulsan al arquero y tengo la bendición de ganar 2-1. Era como cuando hay turbulencia en el avión, es una sensación muy linda, el debut es de máxima tensión, más que cuando entra un arquero sin calentar te comienzan a patear de todos lados”.

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