Así es el plan de Corea del Norte, campeona del mundial femenino Sub-20, para ser potencia mundial en el fútbol

Corea del Norte ha sorprendido al mundo del fútbol femenino al lograr su tercer título en la Copa Mundial Femenina Sub-20, esta última tras eliminar a Estados Unidos, Brasil y derrotar a Japón en la gran final, todos tras reñidos partidos que terminaron 1-0, en el torneo que tuvo lugar en Colombia.

Este logro es aún más impresionante considerando que las selecciones norcoreanas estuvieron inactivas durante años debido a la pandemia.

El éxito del fútbol femenino en Corea del Norte no es un fenómeno reciente. Desde la década de 1980, el país ha desarrollado un proyecto estatal para fomentar este deporte. La selección femenina aparte del título ganado en Colombia, fueron campeonas del Mundial sub-20 en 2006 y 2016, y fue subcampeona en 2008.

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Kim Jong-il dio luz verde a un proyecto que cambiaría el panorama del fútbol femenino en Corea del Norte. La idea surgió durante el Congreso de la Fifa en el Mundial de México 1986, donde la noruega Ellen Wille pronunció un discurso memorable contra la discriminación en el fútbol femenino.

Este evento inspiró a los delegados norcoreanos a invertir en el desarrollo de su selección femenina, con la esperanza de obtener una ventaja competitiva.

El discurso de Wille, considerada la ‘madre’ del fútbol femenino, fue un punto de inflexión. “Yo mido apenas 1,50 metros y el micrófono estaba demasiado alto. Allí me planté, junto a cien hombres, consciente de ser la primera que estaba ahí. Fue aterrador. Cambié mi discurso en el último minuto. ¡La Fifa nos había enviado su informe anual unas horas antes y solo había destinado media página al fútbol femenino! No tuve más remedio que mostrar toda mi ira”, reconoció Wille en una entrevista años después.

El líder norcoreano Kim Il-sung aprobó la idea, que luego fue potenciada por su hijo y sucesor, Kim Jong-il, aficionado del fútbol. La ‘dinastía Kim’ vio en esta disciplina una oportunidad para mejorar la imagen del país a nivel internacional y superar a otras potencias mundiales.

Los responsables del programa recurrieron al atletismo para encontrar a las primeras jugadoras, quienes inicialmente mostraron reticencias a cambiar de disciplina. Sin embargo, en un régimen donde no hay lugar para la disidencia, el modelo se consolidó rápidamente, especialmente después de ver cómo Corea del Sur ganaba la batalla por organizar los Juegos Olímpicos de 1988, según Denís Iglesias en un reportaje para El Periódico de España.

En un año, Corea del Norte ya contaba con 18 equipos femeninos distribuidos por todo el país. El primer equipo tuvo que entrenarse en medio del bosque debido a la vergüenza que sentían las jugadoras por su falta de dominio del balón. A pesar de las dificultades iniciales, el fútbol femenino en Corea del Norte se desarrolló rápidamente, convirtiéndose en una herramienta de propaganda y orgullo nacional.

La repercusión de la selección femenina ha sido tal que inspiró la telenovela ‘Nuestro equipo femenino’. La protagonista, la capitana Yong Hui (nombre ficticio), pide un mayor protagonismo, considerándose la mejor jugadora del equipo. Sin embargo, es reprendida por su “exceso de individualismo” y termina suplicando a su entrenador que no la despida. Solo es aceptada de nuevo cuando decide seguir todas las órdenes del técnico, reflejando el espíritu aleccionador y alineado con los valores de la doctrina Juche, pensamiento rector y único del país.

Un hilo en la red social X, publicado por el periodista argentino Nahuel Lanzón en 2020, compara con imágenes de Google Earth como entre 2000 y 2006 se construyeron canchas de fútbol e institutos en zonas que anteriormente eran campo abierto. Los planes de la dinastía Kim apuntaba a captar talentos en regiones apartadas a la capital, para que fueran reclutadas en estos nuevos centros de entrenamiento, en donde la práctica de fútbol sería obligatoria.

El gran centro deportivo de Corea del Norte fue nombrado como Pyongyang Football School, situado junto al estadio más grande del mundo el Rungrado Primero de Mayo. Allí no solo hay campos para la práctica de fútbol, sino numerosas aulas donde forman académicamente a las futbolistas y habitaciones donde hospedan a los talentos reclutados en las ciudades.

La construcción de estos sitios de entrenamiento habrían sido respaldados por la FIFA que a 2013, según reportes norcoreanos, aportó más de 2 millones de dólares, a través del programa Goal Projects.