El 14 de julio se jugó la final de la Copa América entre Colombia y Argentina en el Hard Rock Stadium, y aunque el seleccionado albiceleste logró imponerse a su rival para convertirse en el país más ganador del torneo continental, las primeras planas de los medios internacionales se enfocaron en los hechos registrados en la previa del compromiso.
Esto se debe a que en el escenario deportivo, con capacidad para 65.000 espectadores, se vivió un caos total cuando hinchas de ambos países, que no habían comprado su boleta, intentaron ingresar por diferentes accesos, lo que hizo que las autoridades cerraran las puertas del estadio y dejarán por fuera a varios fanáticos que tenían su boleto.
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Los inconvenientes con uniformados como protagonistas no solo se registraron antes del partido, ya que luego de que el árbitro finalizó el encuentro, el presidente de la Federación Colombiana de Fútbol, Ramón Jesurún, junto a su hijo, identificado como Ramón Jamil Jesurún, tuvieron un altercado con un uniformado en la zona de ascensores del estadio.
De acuerdo con Fox Sports, una comitiva de colombianos de hasta doce personas estuvieron durante el problema que terminó con Jesurún y su hijo arrestado con cargos por agresión a un oficial del estadio.
De la misma forma, se conoció una grabación sobre el momento del altercado, en el que se observa a Ramón Jamil Jesurún ofuscado mientras algunos de sus acompañantes intentaban evitar que continuará con el conflicto.
Con esto queda esclarecida la duda sobre por qué Jesurún no hizo parte de la premiación en la que James Rodríguez recibió el premio a mejor jugador de la Copa América y la selección Colombia el galardón que lo reconoce como selección que tuvo mejor muestra de Fair Play durante el campeonato.
Las consecuencias que podría tener el accionar de Jesurún
Para la justicia de Estadios Unidos, la agresión a un oficial es considerada un delito menor, pero hay una serie de circunstancias que pueden hacer que pase a ser un crimen grave.
Para tomar una decisión sobre el caso puntual, la fiscalía debe tener en cuenta varios elementos que serán de ayuda para definir la acusación formal, los cuales son:
- Los antecedentes penales que tenga el acusado.
- Que la víctima haya requerido atención médica tras la agresión
- Un balance de las lesiones sufridas por la víctima.
En caso de que las lesiones del uniformado sean leves (como se presume que fue en el caso protagonizado por Jesurún), el señalado será imputado por un delito menor y deberá comparecer ante una corte de fianzas y recibirá una multa de hasta $2.000 dólares (poco menos de ocho millones de pesos) por sus acciones.
Otra de las opciones que existen para este tipo de casos es que el acusado reciba una condena de hasta un año de prisión o libertad condicional, pero esto depende del informe que tenga la fiscalía de los actos registrados.
En caso de que el uniformado que fue golpeado por los colombianos tenga algún tipo de lesión de nivel intermedio, la fiscalía podría exigir un pago de hasta $10.000 dólares de multa (alrededor de 40 millones de pesos), cárcel por un lapso máximo de un año o libertad condicional simple.
Por último, si se tratará de un delito mayor, las sanciones que se aplicarían en el caso es una multa de hasta $10.000 dólares, una condena de entre 16 meses y hasta tres años de prisión o libertad condicional bajo régimen de control.