Sin duda alguna, Ricardo Gareca es uno de los entrenadores más reconocidos en toda Latinoamérica. Luego de su exitoso paso por la selección peruana, con la que consiguió el tiquete para una cita mundialista tras 36 años de espera, el argentino se convirtió en uno de los directores técnicos más respetados del continente.
Y no es para menos; a lo largo de su carrera como entrenador, El Tigre, que hizo parte de la generación dorada del América de Cali en los años 80 en su etapa como jugador, ha conseguido siete títulos, así como que selecciones como la chilena, con la que actualmente ejerce.
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No obstante, a lo largo de su etapa como director técnico, el argentino ha establecido una “maldición” que ha dejado a uno de los íconos de la salsa latinoamericana como uno de sus principales “enemigos”.
Tal situación tuvo su punto de partida en 2006, cuando Ricardo Gareca asumió como director técnico de Independiente Santa Fe. El argentino llegó al cuadro bogotano en marzo de ese año con el objetivo de pelear el campeonato local, así como protagonizar un buen papel en la Copa Libertadores de América, certamen al que los capitalinos habían clasificado luego de una destacada gesta en 2005.
No obstante, el periodo del argentino en el cuadro Albirrojo no fue como se esperaba. A pesar de cumplir con un buen papel en el certamen continental, al que llegaron a los octavos de final frente a Chivas de Guadalajara, a nivel local el rendimiento de los bogotanos fue pobre.
En el primer semestre, los capitalinos, con Gareca al mando, finalizaron en la posición 14 del todos contra todos, mientras que en la segunda mitad del año sumó cuatro derrotas, dos empates y dos victorias, siendo relegado de su cargo antes de que terminara el campeonato.
Y es que, al parecer, el rendimiento de los capitalinos en esa temporada tenía un único “responsable”, que no era precisamente el entrenador argentino. Según explicó el periodista Facu Montanaro, para aquel entonces Marc Anthony era uno de los artistas más escuchados a nivel mundial y los jugadores del club cardenal no eran ajenos a ello.
Es por ello que en los camerinos de Independiente Santa Fe se habrían escuchado múltiples canciones del estadounidense en medio de la mala racha de los bogotanos en ese entonces. Fue allí cuando el entonces entrenador cardenal tomó la decisión de prohibir rotundamente escuchar o incluso “tararear” los éxitos del artista.
Aquel dictamen se habría prolongado a largo de toda su carrera; incluso, el periodista Miguel Villegas reveló que, cuando Gareca era entrenador de Universitario de Perú, él decidió detener un entrenamiento por el simple hecho de que miembros de la logística del estadio Monumental habían puesto un CD de Marc Anthony para hacer una pruebas de sonido.
“Era una mañana previa a un concierto y había una prueba de sonido. En ese momento, la U (Universitario) entrenaba de manera privada en la cancha auxiliar que quedaba al lado de la explanada sur. De pronto, se escucha la voz de Marc Anthony. Gareca llamó a José Olaechea, el jefe de prensa, y le dijo: ‘Que pongan la música que quieran, pero no Marc Anthony. Si no paran, no sigo con los entrenamientos’”, explicó el periodista al diario El Comercio de Perú.
Además, dicha cábala se habría prolongado a su periodo como entrenador de la selección peruana. Por ejemplo, cuando se disputaban las eliminatorias al Mundial Rusia 2018, el entrenador argentino habría hecho cambiar la sede de un partido de la Albirroja debido a que el artista estadounidense se presentaba en el estadio Nacional de Lima, donde acostumbra a hacer de local dicho conjunto, tan solo unos días antes.
En aquella oportunidad, Gareca escogió el estadio Monumental como sede y allí sus dirigidos derrotaron 2-1 a Bolivia el 31 de agosto de 2017.
Ahora, el argentino es el entrenador de la selección chilena y podría ser rival de la selección Colombia en la Copa América, que se disputará en junio del presente año.