Atlético Nacional tiene nuevo presidente: Sebastián Botero promete devolverle la confianza a la hinchada

La Junta Directiva de Atlético Nacional designó a Sebastián Arango Botero como el nuevo presidente del equipo, y asumirá su posición oficialmente a principios de mayo.

Arango Botero, con una destacada formación académica como ingeniero Administrador de la Universidad EIA, llega a la institución tras una trayectoria de once años en roles de liderazgo dentro del Grupo Éxito, donde ha demostrado amplias habilidades gerenciales y de liderazgo, clave para la gestión y dirección de equipos hacia la consecución de metas.

Esta selección representa un hito importante para Atlético Nacional, ya que Sebastián trae consigo no solo un destacable bagaje profesional, sino también una notable pasión por el equipo, elementos que, seguramente, contribuirán al desarrollo y fortalecimiento de la institución deportiva en futuros desafíos.

Su experiencia previa en el Grupo Éxito ha sido marcada por su capacidad para administrar complejas estructuras organizacionales y liderar grupos de trabajo, cualidades que se espera impacten positivamente en el entorno dinámico y competitivo del fútbol profesional.

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El nuevo encargado de la parte administrativa del verdolaga en su primer acercamiento con la hinchada escribió una emotiva carta en donde destaca su papel como hincha y retrata los sueños de la hinchada por volver a estar en lo más alto del fútbol colombiano con títulos:

“Desde que era un niño, Atlético Nacional me mostró el significado de la grandeza. Querer al verde se convirtió en una expresión de sentimientos que me han acompañado a lo largo de la vida. El Verde era jugar en la cancha creyéndome una leyenda. Hoy, el verde es ir al estadio con amigos, a apoyar al equipo, conversar sobre nuestros jugadores, sentir el orgullo que despierta una institución con la que hemos tocado la gloria, a pesar de haber tenido también momentos duros.

Nacional me ha enseñado que todo puede estar bien y que podemos levantarnos con fuerza. Me ha mostrado que no se puede perder la fe y que se puede confiar, porque eso es a lo que los invito. Sí, confiar en lo que somos: ¡una gran institución, un gran equipo! Hoy, la vida, mi carrera y la pasión por este equipo, me condujeron a la Presidencia de Atlético Nacional, el club de mis amores y estoy listo para que juntos hagamos de la confianza el punto de partida desde el cual la pasión y la razón nos orienten para volver a brillar.

Aquí estoy, orgulloso de ser uno más en el mundo verdolaga, que llega a liderar un gran talento humano comprometido a seguir escribiendo páginas en la historia del equipo. Volveremos a estar cerca: la institución, la afición, los jugadores y todos los que compartimos el sentimiento de grandeza que despierta Nacional.

Juntos seguiremos siendo grandes.

Juntos volveremos a confiar”.

En el enfrentamiento número 333 del clásico paisa entre Independiente Medellín y Atlético Nacional, correspondiente a la fecha 18 de la Liga BetPlay I-2024, el resultado fue un empate 2-2. Durante el juego celebrado en el estadio Atanasio Girardot, se reportó un incidente violento que marcó el evento. El mediocampista uruguayo Pablo Ceppelini, de Atlético Nacional, fue víctima de un ataque con el mango de una navaja mientras preparaba un tiro de esquina, un suceso que destaca las preocupaciones en torno a la seguridad en los eventos deportivos.

“Sabemos que el árbitro Roldán es de mucha jerarquía, pensamos que lo iba a suspender (el partido), que se iban a tomar medidas. Cobrar un tiro de esquina condicionado no es bueno, pero bueno me gusta hablar es de fútbol”, aseguró el mediocampista de Nacional.

Este ataque no solo resaltó el potencial peligro para la integridad física de los jugadores sino también suscitó dudas sobre la eficacia de las medidas de seguridad implementadas en el Atanasio Girardot. La reacción, o falta de ella, por parte del personal de logística y la Policía, así como de los oficiales del partido, recibió críticas por su manejo del incidente. El árbitro principal Wilmar Roldán y la jueza de línea Jenny Arias fueron particularmente señalados por su falta de acción inmediata ante el ataque a Ceppelini.